bang love ➳ jaemin

[016]

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Sus ojos se entreabrieron lentamente mientras intentaba reponer su visión. Jaemin se acercó con rapidez asomando su cabeza encima de la camilla como un niño pequeño, observando atentamente los movimientos de la pelinegra.

— Te ves muy guapo — una sonrisita pícara se apoderó de sus labios. Jaemin ladeó su cabeza como un perrito y soltó una risa corta.

No se lo creía.

— Ya, ¡¿te la pasaste dormida casi medio día y eso es lo primero que dices?! — Jihee sonrió extensamente como si lo que había pasado hace unas horas atrás no fuese relevante. El castaño masajeó el puente de su nariz intentando comprender la frivolidad de Jihee.

— Nunca había dormido tan cómodamente, sin duda una de las mejores experiencias — lucía tan feliz y energética, Jaemin boqueó.

Su piel estaba más blanca, más pálida y enfermiza las pequeñas bolsas negras debajo de sus ojos estaban más remarcadas y sus diminutos labios estaban resecos.

— Tienes suerte, mucha mucha suerte — habló el castaño un tanto enfadado mientras ayudaba a Jihee a sentarse —. Te despertaste justo cuando tu madre se fue con Jisung a casa, te salvaste de sus regaños. Jisung se la pasó llorando ¿no te sientes mal?

Su pregunta había sido un tanto irónica, se refería más sobre si la pelinegra se sentía culpable de que a su hermano lo regañaran tan severamente. Y la respuesta era no, no se arrepentía de nada, arrepentirse no tenía una utilidad en este mundo, si lo hiciste pues te jodes. Ese era su gran dilema.

Jaemin se sentó en el borde la camilla, rozando sus piernas con las de la chica y la miró detalladamente.

— No recuerdo mucho lo que pasó
— soltó, entrecerrando un poco los ojos al sentir el ardor en ellos los talló con suavidad. Jaemin inclinó un poco su cuerpo tomando las gafas que estaban sobre la pequeña mesita y se las colocó con suavidad —. Gracias.

— Mm... solo sé que toda la golosina dañó tu apéndice y por suerte la ambulancia llegó antes de que se perforara, ¿habías sentido dolor días antes? — formó un mohín con sus labios pensativa, asintió insegura como si tuviese miedo de que le gritaran por aquella confesión.

— Podía aguantar el dolor así que no le tomé importancia... si le decía a mamá me iba a llevar al hospital y yo los odio.

— Bueno niña, pues por tu chistesito te tuvieron que operar — golpeó con su índice la punta de su nariz. Jihee emitió una risita cubriendo su rostro con sus manos, el pelicastaño sonrió extensamente dejando ver su perfecta hilera de dientes y sus ojos cerrándose ligeramente.

— ¿Y tú cómo supiste que estaba aquí? — inquirió tratando de excavar en el tema.

— Jisung me avisó a las cinco de la mañana.

— Y lo más normal para ti fue venir sin importar la hora — la picardía en su voz obligando a Jaemin carraspear la garganta en un gesto de incomodidad —. Oh, Na Jaemin se preocupa por mí.

— ¡¿Quién dijo que me preocupo por ti?! Solo... solo no podía dejar que te murieras estando enojada conmigo.

Jaemin le dio espalda colocándose de pie, caminó hasta el sofá blanco y se dejó caer, recargó sus codos sobre su rodilla mientras su rostro reposaba sobre sus manos. El padre de Jihee entró con un par de bolsas en su mano izquierda mientras que con la contraria sostenía difícilmente una bandeja de metal, el castaño al darse cuenta no tardó en acercarse con rapidez para ayudarlo.