bang love ➳ jaemin

[007]

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— ¿No crees que estás muy grande para eso?

Las cejas de Jihee se fruncieron rotando su cabeza con rapidez, dio una mordida a su bocadillo de chocolate mirando al dueño de la voz con desinterés.

— No lo creo.

Cuando el caballito dejó de moverse la pelinegra añadió una última moneda a la máquina haciendo que el animal metálico reiniciara su movimiento repetitivo.

— ¿No deberías estar ya en casa?

Rodó sus ojos y dio un último bocado al chocolate guardando la envoltura en su bolsillo. El castaño sonrió mostrando su perfecta hilera de dientes y acomodó su mochila en sus hombros.

— ¿Deberíamos ir al PC Bang?

— Nana, recuerdas... — hizo una breve pausa como si esperara a que el chico completara su frase, sin embargo nunca ocurrió — Estoy castigada tonto — exclamó con obviedad.

— Entonces, ¿Qué haces aquí? — Jihee soltó un suspiro encogiéndose de hombros.

— Esperando a mi hermano — señaló la tienda donde se encontraba el mencionado comprando unas cuantas cosas que su madre le había pedido.

— Ya veo. Será para la próxima entonces — asintió. La campanilla de la tienda sonó y la puerta fue abierta por Jisung quien traía unas cuantas bolsas en sus brazos.

— Pulga, vámonos —. Alzó su mirada encontrándose con la del castaño — Oh, hyung, hola.

— Hola — sonrió como regularmente lo hacía —. Bueno nos vemos luego chicos.

Ambos asintieron sonriendo hacia su mayor.

De inmediato cuando Jaemin se encontraba lo suficientemente lejos de ambos, el mellizo rubio se giró hacia su hermana mirándola expectante con una de sus cejas enarcadas y con sus largos brazos cruzados sobre su pecho.

— ¿Desde cuándo Na Jaemin es tan amable contigo?

Hasta la misma Jihee se lo preguntaba, ¿Por qué de la noche a la mañana Jaemin no se enfadaba?, incluso él había sido que se acercó a charlar con ella.

El rostro de la pelinegra en cuestión de segundos se prendió en un color rojizo, sus gafas se resbalaron por el puente de su nariz y no tardó en empujarlos con su índice para que regresaran a su sitio.

— No lo sé, dímelo tú.

Se bajó del caballo mecánico y caminó hacia la bicicleta de su hermano — ya que dentro de su castigo también le habían quitado su bicicleta — quitándole la cadena de seguridad para de una vez irse a casa.

Jisung no volvió a tocar el tema, no porque él quisiera sino que lo había olvidado al igual que su hermana.

Los días de su hermana se reducían a escuela, casa y casa, escuela. No hacía absolutamente nada, incluso el aburrimiento la había obligado a realizar sus deberes escolares sorprendiendo a los mismos profesores.

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— Woah, la novia de Jeno es tan bonita.

Su mejor amiga dejó caer su mejilla sobre su puño observando con admiración a Lee Heejin, la chica dos cursos mayor que ambas.