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— Estás diciendo que con el dinero que te dio tu mamá para comprar verduras lo usaste para... ¡comprarte un erizo!  — Jihee cubrió su cara avergonzada. Hayoung masajeó el puente de su nariz pensando en como su amiga podía ser tan estúpida. — Cada día me sorprendes más.

— Lo siento — alargó. — Es que esa cosa con púas me miraba desde su jaulita diciendo "Jihee por favor no me dejes". — hizo un puchero y sus manos formaron la figura del erizo como si lo estuviera estrujando.

— Cielos, eres todo un caso. — Hayoung miró a su amiga y se removió en su sitio para una mejor comodidad. — ¿Qué castigo te pusieron?

— Lo de siempre — exclamó sin importancia.

— ¡Eh, tonta! Recuerdas que este mes es la Convención de vídeojuegos.

— ¡Ah, mejor me muero! — su cabeza cayó estrepitosamente sobre el pupitre causando un sonido seco en toda el aula. Su mejor amiga rió negando con la cabeza.

— Deja de lamentarte y vamos a comer algo a la cafetería.

Jihee ya no le quedó de otra, caminó con los brazos entrelazados junto a su mejor amiga. Cuando ambas entraron sus bocas se abrieron al ver el tumulto de gente intentado comprar.

— Luego se preguntan porque existe la hambruna.

— Sólo tenemos que esperar nuestro turno, verás que pasaremos muy rápido — Jihee pateó el suelo molesta. Hayoung se asustó al ver la sonrisa que se avecinaba en el rostro de su amiga. — Ya, ¿Qué te pasa?

— ¡Hermanito! — Jisung al escuchar la voz de su molesta hermana trató de esconderse entre la multitud, una pequeña mano lo jaló del cuello de la camisa haciendo que retrocediera.

— ¡Ah! ¿Ahora que quieres? — gruñó, Jihee rodó los ojos y le tendió dinero.

— Compra nuestro almuerzo. — la amiga de su hermana sonrió apenada hacia Jisung. Suspiró regresando el dinero de mala gana.

— ¿Estás loca? Yo no me meteré ahí  — señaló a la multitud — Es tu problema por llegar tarde.

Jihee miró mal a su hermano a la hora en la que se marchó resistiéndose de las ganas de ahorcarlo ahí mismo.

— Ora por mí. — su amiga la miró preocupada por lo próximo que haría — Tal vez no salga viva pero recuerda que todo esto es para que te alimentes bien, no sufras por mí — apretó el hombro de su amiga y tocó su pecho justo donde se encontraba su corazón.

— Sólo métete — Jihee no pudo decir nada ya que su amiga se encontraba empujándola hacia la bola de animales.

La pelinegra se hizo pequeñita pasando a un lado de los traseros de los demás estudiantes, la mayoría se quejó en el momento que sintieron el roce de Jihee.

Los ojos de la chica se abrieron al ver un trasero redondito y apachurrable frente a ella, sus manos picaron con ganas de tocarlo pero se preguntó ¿Qué tan extraño sería tocar el trasero de un desconocido?

— No lo voy a hacer — masculló, pero sus manos tomaron vida propia y ya se encontraban pellizcando aquel trasero rendondito. — Tiene buena forma.

— ¡Ya! — el chico dueño de aquel bonito trasero se giró molesto, la causante apretó sus ojos con fuerza dando pequeños pasos lejos del chico. La gente no tardó en quejarse por culpa de Jihee y la pobre víctima de sus manos traviesas jaló de su camisa — ¿A dónde crees que vas? Pervertida.

bang love ➳ jaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora