Harry POV.
Estaba tan sumido en mis pensamientos que el chirrido que produjo la desgastada puerta al abrirse, me sobresaltó.
Vi a mi padre ingresar a la pequeña, gris y deprimente habitación—que solo contaba con una mesa y dos sillas—acompañado de dos corpulentos guardias de seguridad, que conocía por ya haberlos visto junto a mi padre más de una vez.
—Cinco minutos—advirtió uno de ellos y se marchó.
Sin embargo ambos sabíamos que se mantendrían parados tras la puerta, como de costumbre, contando el tiempo para que no demorase ni un minuto más, ni un minuto menos.
Suspiré.
—Me da asco que te sigan tratando como a un delincuente.
—Supongo que porque aquí dentro todos somos eso, delincuentes.
Mierda. Eso era pura mierda.
Mi padre cumplía una pena de seis años por un supuesto homicidio. Cinco años atrás la corte, y el pueblo, lo acusaron culpable, no obstante fueron ligeros con la pena caracterizando el homicidio como negligente. No sabía de qué modo, pero se las ingeniaron para rejuntar las pruebas necesarias que lograrían entonces encerrarlo por algo en lo que yo no creía. Ellos le veían homicida, yo sin embargo me mantenía firme a la idea de que era inocente.
Porque era mi padre y lo conocía, creía en lo que decía. Él podía ser todo, menos asesino o mentiroso. Y lo que hizo fue sin intención.
—Tu abogado viene en camino, me dijo que tenía unos puntos que dialogar contigo.
El simplemente asintió con la cabeza, y suspiró.
Las bolsas bajo sus ojos mostraban el cansancio que padecía. Su tez era más blanca que lo usual, y era notorio el desánimo al hablar o al efectuar acciones como asentir o negar con la cabeza. La cárcel lo estaba consumiendo, le estaba de a poco consumiendo la vida.
Quien lo viera en tal estado jamás creería que algún momento fue el rey de copas, un joven corredor entusiasta, invicto vencedor. Él lo había tenido todo, una familia unida, dinero para derrochar, autos de diferentes colores y modelos, triunfos, títulos y medallas, el sueño de su vida haciéndose realidad.
¿Ahora que tenía?
Un hijo dispuesto a dar pelea y seguir los pasos de su padre. Un hijo dispuesto a todo por ser campeón y demostrarle al mundo que no está muerto quien pelea. Un hijo que va por los triunfos, las medallas y los títulos. Un hijo honrado de portar el apellido Styles.
—Será mejor que me vaya antes de que me echen a patadas—lentamente me paré del asiento que había estado ocupando. Mi padre hizo lo mismo de forma inmediata.
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Racer
FanfictionUn mismo sueño cruzará los caminos de ambos, volviéndolos prisioneros de una pasión que lo pondrá en riesgo absolutamente todo. ¿Cuanto están dispuestos a sacrificar para ser el próximo invicto corredor? (Portada: Beoncheshire)