8.
Reconocí el claxon al momento de escucharlo y para cuando abrí la puerta, lo observe. Estaba como nuevo, y no tenía indicios que delataran que había sufrido un drástico choque trasero. Grace apareció con una enorme sonrisa y me entrego las llaves.
—Gracias, Grace—Le brinde un abrazo.
Me hice a un lado para dejarla pasar antes de cerrar la puerta. Tendría que dedicarme luego a buscar un trabajo con el que en pocos meses obtuviera el dinero necesario para saldar la deuda del arreglo de mi auto. Grace era mi mejor amiga, pero no podría jamar aprovecharme de sus dotes en la mecánica.
—¿Cómo te ha ido con la firma del permiso?—Pregunto mientras se acomodaba en el sillón a un lado mío.
—Horrible—suspiré—Mike se negó rotundamente a firmar al igual que Amy.
—¿Por qué no falsificas las firma?—Pregunto sonriente como si se le hubiera ocurrido la mejor de las ideas.
—Si compito quiero que sea bajo el consentimiento de él, no quiero correr a escondidas. Quiero que sea un padre que este orgulloso de su hija y que se sienta feliz al verla cumplir sus sueños. Estoy cansada de hacer todo a sus espaldas.
Abrió la boca para decir algo pero la interrumpió el timbre que indicaba que había alguien en la puerta. Me paré a regañadientes para abrirla. La anatomía de Ian apareció ante mí, junto a una sonrisa.
—Ian—Hablé sorprendida—¿Qué haces aquí?
—¿Puedo pasar?
Me hice a un lado para dejarlo pasar y de ese modo cerrar la puerta. Me cruce de brazos frente a él mientras esperaba a que hablara. Me había tomado de sorpresa ya que él había dejado de visitarme luego de un duro enfrentamiento que tuvo con mi padre. Jamás había visto a mi padre tan enfadado cómo aquella vez en que discutía fuertemente con Ian, si me lo preguntan nunca llegué a enterarme la razón por la que había comenzado, sabía si que el padre de Ian odiaba a Mike y viceversa, supongo que por esas niñerías que a veces tienen los adultos, nunca fue de mayor interés.
Note su incomodidad y como husmeaba en cada rincón de la casa.
—Mike no está—Reí—relájate.
Sonrió ladeado. Grace aprecio y se posiciono a mi lado luego de saludar a Ian con una tímida sonrisa. Le gustaba, a Grace le gustaba desde que lo había conocido y nunca se animo a decírselo. Se le veía en las mejillas cuando lo saludaba o en su tartamudeo cuando le hablaba. Grace podía ser a veces una chica dura y sincera, pero a la hora de hablar de amor ella era la más sensible.
—Quería invitarlas a una fiesta—Hablo él.
Fruncí el ceño, y noté aquel brillo de emoción en la mirada animada de Grace.
—¿Una fiesta?
—Un amigo se entero de una fiesta esta noche y no dude en invitarlas, se cuanto aman las fiestas—Rascó su nuca.
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Racer
Fiksi PenggemarUn mismo sueño cruzará los caminos de ambos, volviéndolos prisioneros de una pasión que lo pondrá en riesgo absolutamente todo. ¿Cuanto están dispuestos a sacrificar para ser el próximo invicto corredor? (Portada: Beoncheshire)