23.
—Me estaba acostumbrando a vivir sin verte la cara—Harry, al igual que de costumbre, arribó en el lugar donde me encontraba platicando con Ian para interrumpir de manera irrespetuosa nuestra conversación.
—Para tu alegría aun sigo aquí, y no tengo pensado marcharme—contestó Ian abruptamente—digamos que solo me tomé unos días de descanso, ya sabes
—Como sea—bufó Harry—no es como si eso me interesara.
Me froté la sien con las manos mientras me preguntaba internamente que habría hecho para merecer todo aquello. Eran como niños, no existía jamás una conversación madura entre ellos.
Siempre empleando frases sarcásticas o insultos.
—¿Pueden parar?—rogué—el tiempo no me sobra como para malgastarlo en ustedes dos— Ambos se mantuvieron en silencio, mirándose el uno a otro con nada más que odio y repulsión. Algún día lograría averiguar la raíz del problema entre ellos, tenía que ser algo grande para que existiese tanto rencor, tanto desagrado de por medio—Ian, te escucho, ¿qué tenías que decirme?
Ian miró a todos lados y luego enfocó nuevamente sus ojos en Harry, pidiéndole indirectamente que se marchara, sin embargo Harry parecía tener otros planes en mente.
Él se encontraba parado a uno de mis lados, con sus brazos cruzados sobre su pecho, y manteniendo una postura arrogante.
—Me muero por saber—ironizó Harry—¿Por qué no nos cuentas?
—Quizá porque es un tema delicado que me incumbe únicamente a mí, y a Noelle—gruñó—en serio es algo importante, me urge que lo hablemos, pero en privado—sus palabra se dirigieron a mi esta vez. Sus ojos, llenos de necesidad, me miraban expectantes.
—Muy bien—suspiré—llámame esta noche y coincidimos para encontrarnos en algún lugar y hablar acerca de ese tema que tanto te urge hablar y en el que me veo involucrada—cedí—pero te advierto, no estoy para perder el tiempo, ni para juegos.
Harry se mantuvo todo el tiempo en silencio.
—Te llamaré esta noche. No estoy de broma, es importante—Y esas fueron sus últimas palabras antes de que le echara un último vistazo y me lanzara a andar en el corredor rumbo a la salida.
Los pasos de Ian no me siguieron, para mi suerte, sin embargo los de Harry sí.
—¿Siempre sos así de grosero? ¿Con todo el mundo?—detuve mi paso una vez que nos encontramos en el aparcamiento de la preparatoria, cuestionándolo.
Había tenido esa duda desde que lo había conocido. Quería saber si quizá existía alguien en el mundo a quien Harry tratase bien, con modales.
—Casualmente tengo la misma duda acerca de ti—sonrió—es decir, tú pareces llevarte mal con la vida, todo el tiempo.
—Digamos que yo tengo razones por las cuales llevarme mal con la vida, todo el tiempo
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Racer
Fiksi PenggemarUn mismo sueño cruzará los caminos de ambos, volviéndolos prisioneros de una pasión que lo pondrá en riesgo absolutamente todo. ¿Cuanto están dispuestos a sacrificar para ser el próximo invicto corredor? (Portada: Beoncheshire)