- Luciérnagas - [Gold×Freddy] [FINALIZADA]

017

— ¡No me quiero ir! — chillaba abrazando a Guillermito —. ¡No quiero ir a mi casa! ¡Ni dejar a Guillermito! ¡Ni comer caracoles! ¡Quiero quedarme y seguir comiendo malvaviscos! — Golden metía de mala gana y con pequeñas lágrimas en sus ojos su ropa y sus cosas, de verdad irse era algo que esperaba hacer en su momento, cuando ya fuera Domingo y hubiera disfrutado de su primer campamento. Fred y Foxy se miran para botar el aire por la boca y caminar al rubio y ver quién daba los consuelos más lamentables.

— Ya deja de llorar — Foxy le ordenó cruzándose de brazos.

— ¿Quién no quisiera regresar a su lujosa mansión? — hablo Fred, poniendo su mano sobre el hombro de Golden, quien se aparto malhumorado de Fred.

— Yo no quiero — responde Golden —. ¡A veces me pierdo para ir al baño!

— Golden, si tu problema es ese dibuja en las paredes — le aconseja Foxy desinteresado, no podía entender como se quejaba de una casa tan grande y hermosa mientras que él vivía feliz en su rancho con goteras en el techo.

— No quiero — se metió bajo la cama, abrazando a Guillermito —. De verdad que no... — Golden soltó un suspiro

— Pues dile a tu madre que no y ya — responde Foxy, Fred asiente de acuerdo con eso.

— No lo entiendes, mamá nunca se había enojado tanto — respondió saliendo de su escondite al haber visualizado un movimiento extraño —. Creó que nunca se había enojado conmigo.

— ¿Y eso que? — dudo Fred, no es que fuera anormal una madre enojada si su hijo hacia algo fuera de su radar de control ¡Su madre se enojaba todo el tiempo y era solo por estar preocupada!

— Que nunca me había asustado tanto... — responde bajito con lamento, tomo a Guillermito mirándolo con infinita tristeza, la paloma era completamente ajena al sentimiento que Golden tenía, soltó un suspiro abrazando por última vez al animal y luego dejándola suavemente en el suelo, tomo su mochila y se alejó. Guillermito se veía confundido ante el repentino abandonó, pues aquel chico lo había estado cargando de arriba hasta abajo durante dos días, Guillermito consideraba que el cabello de Golden era su nido, que le proporciona calidez y comodidad, le agradaba la suave voz del chico, simplemente se había acostumbrado a él, volo torpemente en dirección a Golden, para caer suavemente sobre su cabeza —. No Guillermito — el rubio bajo a la paloma —. No puedes venir — hablo firme en busca de que la paloma captará el mensaje, sin embargo, Guillermito solo escuchaba sin entender la suave voz de Golden. Volvió a volar en dirección a la cabeza de Golden, que nuevamente lo bajo —. No puedes ir conmigo — reafirma dejándola en el suelo nuevamente, esta vez, alejándose corriendo para que Guillermito no fuera capaz de seguirlo. La paloma empezó a hacer ruidos y aletear sin moverse a ningún sitio, como si mostrará su inconformidad ante la ausencia de Golden, Fred tomo al animal y lo coloca en su cabeza buscando calmarlo

— ¿Lo ves? Rubiales no es el único que puede hacer de Cenicienta al hablar con los pajaritos y ratoncitos — sin embargo, Giullermito empezó a picotearle la cabeza enojado. Fred se queja y agita los brazos mientras la paloma abría y cerraba las alas mientras picotea la cabeza de Fred, cuyo cabello era crespo y seco, no era sedoso ni cómodo como el de Golden. Foxy tomo a la paloma y la coloca sobre su cabeza, esperando no recibir el mismo trato que Guillermito tuvo que Fred.

Giullermito observó su nuevo entorno rojizo, el cabello de Foxy es bastante grasoso, pero en abundancia y cálido, también había algunos bocadillos caminantes que podía distinguir, se acomodó mejor en el cabello de Foxy, aunque no era como el de Golden, si era un entorno más aceptable. Foxy río burlón

— Por lo menos sabemos quién es la hermanastra fea de la historia de Goldencienta — río Foxy sacándole una expresión de indignación a Fred, que se cruzó de brazos enojado