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— ¡No me ocurre nada! — exclamó rápidamente —. Solo es hambre, he pasado un largo rato aquí — se apresuró a escusarse. Springtrap no dudó en lo que Freddy le dijo, especialmente por el rugido que a los pocos segundos resonó entre ellos. La cara de Freddy se fue tornado de un tono rosa pastel, para llegar a un rojo claro y finalizar con un intenso y chillón rojo que le cubre hasta las orejas.

— ¡Pues mira que no comer está mal! — Springtrap le reprende con amabilidad para sujetar sus mejillas y estirarlas, como un regaño fraternal —. Vamos al comedor antes de que se desaparezca toda la buena comida — le sonríe amable, Fredy asintió para bajar la vista y seguir a Springtrap.

— B-bueno — tartamudeo nervioso caminando al ritmo de Springtrap, que le miró por un rabillo de ojo con su natural tranquilidad —. También hay algo que me inquieta — comentó intranquilo, jugando con sus dedos.

— ¿Puedo saber qué es?— pregunto con la intención de hacer sentir mejor a Freddy, el cual movió su cabeza suavemente a los lados y suspiró para contar:

— Un amigo me ha pedido guardar un secreto que le tiene patas arriba; está muy angustiado. Le he prometido guardarlo, pero creo que es mejor que diga la verdad por su bienestar y de aquellos a los que afecta — comento rápidamente, sin mencionar nombres ni situaciones —. Aunque es un tema delicado para... Su familia — Springtrap medito lo que le contó Freddy, cerró su ojo izquierdo mientras alzaba el mentón levemente pensándolo.

— Tal vez deberías de dejar de darle vueltas al asunto — recomendó —. Si tu amigo está tranquilo y siente que lo correcto es permanecer en silencio, debes hacer caso. Además, cuando llegue el momento, se dará cuenta de que es mejor ser honesto. Tal vez... — musitó lo último un poco desconfiado, al no saber de quién se trataba puede que esté equivocado —. Y no creó que le guste saber que te estás carcomiendo la cabeza por su asunto, se sentirá culpable.

Freddy pudo respirar tranquilo, asintió con una sonrisa agradecida para ir a comer junto a Springtrap. No es que se haya resuelto el problema, pero me agradó conversar como se sentía con alguien. Llegaron a la cafetería que estaba casi vacía a excepción de las gemelas, Loon, Towntrap y Maggie: Las gemelas parecían divertidas jugando con su comida mientras gritaban algo sobre una guerra de comida y ataques de leche de fresa sobre un batallón de frijoles en el territorio de miel sobre tostadas, dos tazones vacíos estaba sobre sus cabezas y sujetan utensilios como si fueran espadas poderosas e imponentes; Loon y Towntrap tenían una conversación alejados, por debajo de la mesa se miraban sus manos entrelazadas en un suave apretón; Maggie dormía usando sus brazos como almohada, con un plato de comida limpio justo delante de su cabeza, parecía haber comido mucho para luego dormirse. El dúo paso a la barra de comida, donde apenas y quedaban sobras, la cocinera que se había alejado para fumar rodó los ojos con fastidió para gritarle a las asistentes que los atienda. La asistente, se acercó con dos platos limpios.

— Llegan un poco tarde — susurra sonriendo la chica castaña, con su cabello atado en una coleta —. Giulliana se ha comido todo lo decente que quedaba — río mientras​ veía de reojo a la pecosa de cabello corto, que ignoraba olímpicamente a Vivi y su comentario.

— Cualquier cosa está bien — contesta Freddy con calma. Vivi les sirvió pan tostado y huevos, habían sobrado frutas por lo que les lleno dos tazones y les indico donde podían conseguir sus bebidas, solo quedaban cajas de avena con leche. Se dirigieron a una mesa, donde se sentaron y comieron sin mucho de qué hablar, más allá de las bromas dirigidas a Foxy y anécdotas bastante al azar, sobre temas poco interesantes, de esta manera Freddy alejó sus preocupaciones sintiendo un peso menos.

Mientras Gold, había llevado a Toddy a la granja con el único propósito de presentarle a Algodón —nombre recién puesto al corderito que indudablemente se llevaría a casa así tenga que comprar la montaña entera para tenerlo–, al principio, Toddy se rehusó a convivir con vacas mal olientes o cerdos inmundos, pero al conocer al esponjoso animal quedó enamorada de su ternura. Ahora le decoraba con un lazo rojo escarlata que le coloco en el cuello, el cordero como gesto de agradecimiento por el obsequio lame la mejilla de Toddy.

- Luciérnagas - [Gold×Freddy] [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora