Era obvio que Golden quería irse en el bus escolar; como un estudiante normal haría, sin embargo, hay que recordar que Golden no es un estudiante normal, sino el millonario heredero de una gran compañía internacional, que domina varios ámbitos empresariales y que tiene al setenta por ciento de la población nacional bajo su ala trabajando arduamente para suplicarles las ganancias. Obviamente no llegaron como los "plebeyos", sino que tenían su propio bus.
Pero claro, Golden odiaba ser tratado con diferencia y superioridad, por lo que no se lo pensó dos veces antes de irse al bus escolar. Claro que...
— ¡Gold!
— No — sentenció severo.
— ¡Pero le dije que iría con ella! — señala a Usagi, que seguía esperando pacientemente.
— No
— ¡Pero Gold!
— ¿Cuál fue la condición para venir del abuelo?
— ... Usar el bus familiar...
— ¿Y tú qué dijiste?
— ... Qué si...
— ¿Entonces?
— ... — Golden puso su cara de perrito regañado, Gold le seguía mirando seriamente, suspiró irritado para llevar sus dedo al puente de su nariz realmente irritado por la insistencia de Golden. Ya sin más remedios, sabiendo que Golden no le dejaría de golpear la culpa si lo arrastraba al bus familiar, Gold decidió poner sus términos para permitir aquello:
— Todas tus cosas me las llevo yo e inmediatamente que estés en el colegio pasaré a buscarte, además, no mencionaremos esto al abuelo o enloqueceria; ¡Mucho menos a nuestras madres! Y tú serás quien pague el soborno del conductor para que se quede callado.
— ¡Si, si, si! — asintió múltiples veces.
— Y te llevas a José contigo — apunto a la paloma.
— Guillermito — corrigió Golden.
— ¡Bueno, eso dije! — puntualizó aquello con cierto estrés —. ¿Quedé claro?
— ¡Sí señor! — hizo un saludo militar para correr hacia el bus seguido de Usagi, que por alguna razón le vio con cierto deje de amabilidad. Chasqueo la lengua, dejando que un sonido húmedo y bajo se escapará para desviarse a su propio bus, el chófer arqueo una ceja mirándole inquisitivo.
Gold tomo aire y lo dejo salir buscando acumular toda la paciencia que pudiera. Claro que ese no era su fuerte, por lo que busco en su chaleco –ese que trajo al principio del campamento, de hecho, lleva esa misma ropa cara al estilo de empresario que cuando de presentó.
— Tu solo deja que te soborne ¿Vale? — y le lanzó unos billetes de cien, el chófer se encoge de hombros, de todos modos no hubiera dicho nada, Golden le caía muy bien y Gold siempre le lanzaba billetes de cien. Pero bueno, esos dos y sus "travesuras adolescentes" le pagan la universidad a sus hijos.
Gold se sentaba, intentado ignorar que soborno al conductor para que se dejará sobornar de Golden. Dios, las cosas que hacía por su primo no valían su pedicura ni su arreglo al cabello, pero aún así las hacía casi de forma inconsciente, como una costumbre el cubrir siempre a Golden.
Aún no se perdonaba el haberlo dejado solo por casi tres años –tal vez más o tal vez menos, ya no se acordaba–, y cuando por fin regresa con angustia en su interior al imaginar los peores escenarios para Golden, resulta que su primo se lo pasó de lo lindo al tener una "escapada" de sus labores por dos meses en los cuales se apego a una secundaria pública, puntualizando que es pu-bli-ca, o sea, con la prole.
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- Luciérnagas - [Gold×Freddy] [FINALIZADA]
Fanfiction- Que hermosas son las luciérnagas ¿no? - Freddy murmura contemplando el resplandor de aquellos insectos luminosos - Aja - Gold contempla a Freddy cuyos ojos se iluminan con el resplandor de las luciérnagas ¡Mas Golddy pal body! Tengo un nada sano...