- Luciérnagas - [Gold×Freddy] [FINALIZADA]

013

— ¡Gold, Gold, Gold! — el mencionado se despertó sobresaltado escuchando que le llamaban mientras lo movían bruscamente, con su vista nublada y algo confundido empezó a parpadear intentando que su visión se adaptará, solo era capaz de distinguir puntos y manchas cafés, pronto se volvieron una visión borrosa de la figura de Freddy. Restregó sus ojos con cansancio para soltar un bostezo, ignorando que Freddy le despertó con gritos.

— ¿Freddy, que pasa? Tardaste en llegar — hablo con pereza. Freddy daba saltos leves en su lugar, mirando ansioso a la salida de la carpa —. Me dejaste esperándote hasta las dos, ¿Donde te metiste? ¿Qué hacías? ¿Con quién...?

— ¡Vamos! — lo tomo de la muñeca y lo saco de la carpa a punta de jalones. Gold soltó una exclamación siendo arrastrado por Freddy a algún lado, despertando por completo tras ser arrastrado sin calzado y medio vestido.

— ¡Espera! — exclamó al sentir el pasto chocar contra sus pies descalzos —. ¿A dónde me llevas? ¡¿No ves que no llevo zapatos ni tampoco pantalón?! ¡Freddy! — Gold iba corriendo en boxer y con franelilla tras Freddy, que parecía muy entusiasmado. El cielo seguía de un color oscuro, apenas se veía la leve luz del amanecer a lo lejos —. ¡Freddy es muy temprano ¿¡A donde carajos me llevas?! —

— ¡Aquí! — más la sonrisa de Freddy se borró de su rostro. El lago se veía completamente opacado, como si hubiera muerto, las tonalidades verdes oscuras se ven alegras gracias a los suaves rayos del amanecer bañando las hojas y el agua, que no tenía ningún brillo, parecía sucia y contaminada, el lugar había perdido todo su esplendor en el rato que se fue a buscar a Gold. Este miraba extrañado el lugar, cubrió su nariz percibiendo un olor nauseabundo, como si un animal hubiera muerto y se estuviera descomponiendo.

— ¿No te huele mal? Freddy... — Gold le miro extrañado, aunque el castaño se veía triste y decepcionado, soltó un suspiro cansado. Se giró tomando la muñeca de Gold

— No importa Gold, vámonos — menciona Freddy decaído.

Gold se encontraba confundido, miró el lugar por un rabillo de ojo para arquear una ceja y seguir a Freddy en silencio ¿Que le había emocionado tanto? No estaba seguro, pero Freddy pasó todo el día pensativo, sentado en un tronco con el entrecejo fruncido, era las tres de la tarde y seguía en la misma posición. Gold lo miraba a lo lejos, ya vestido con una camisa azul marino y unos pantalones blancos, solo veía a Freddy suspirar pensativo desde una distancia considerable.

— ¿Que le pasa? — pregunta Golden llegando a su lado

— No lo sé, creo que está triste pero no te sé decir porque — contesta Gold confundido.

— ¿Que? ¿Triste? Mmm... — ladeó la cabeza intrigado, aunque se encoge de hombros —. No creo que sea eso ¡Tal vez le hace falta pizza!

— ¿Pizza? — Gold observo a Golden como si dijera una estupidez, confundido e incrédulo por la conjetura de Golden.

— Freddy ama la pizza, tal vez le hace falta — le cuenta Golden. La expresión de Gold volvió a la serena de siempre.

— ¿Como a ti te gusta los tacos? ¿Así? — compará Gold.

— ¡Tal vez más! — exagera Golden, alzado los brazos.

— Ya veo — Gold se giró, comenzó a caminar a algún sitios siendo visto con confusión por Golden.

Gold llegó frente a una cabaña, está era más grande y arreglada que cualquier cabaña del campamento, entro con suma confianza, y como si nada paso por el pasillo hasta llegar a una puerta donde paso a una oficina. La cabaña estaba vacía, no había más que un escritorio y unos archiveros, Gold paso hasta el escrito y abrió uno de los cajones donde había un manojo de llaves. Lo tomo y salió de ahí con suma calma, cerrando la puerta. Cuando se alejó de la cabaña, Towntrap venía llegando sosteniendo un sujeta papeles, con la mirada clavada en las hojas que traía. Entro a la cabaña, dos segundos después pegó un grito que estremeció toda la montaña. Salió de la cabaña cual bala, sujetando su cabello con desesperación y una cara de enloquecido.