- Luciérnagas - [Gold×Freddy] [FINALIZADA]

012

Empezó a abrir los ojos algo aturdido, completamente fuera de sí. Se había quedado sin sentido hace ya bastante, o al menos eso sospechaba al verse dentro de la carpa y con Gold a un lado cambiado para dormir, sostiene  una taza en su mano derecha mientras con la otra sostiene un libro tamaño bolsillo, lleva unos lentes puestos que tiene una lamparita incluida en el marco. Se acomodó para sujetarse la cabeza, Chica le dió un fuerte paseó que lo llevo a quedar inconsciente, tal vez ayudo un poco el golpe que se dió con la rama de un árbol cercano al que pasaron. Gold salió de su lectura y lo observó.

— Seis horas, quince minutos y diez segundos desde que te traje aquí, ya son las ocho por si no entendiste— contaba calmado, siempre se ve tan estoico —. Pasó la hora de cenar, pero te logré salvar una manzana — de su bolsillo le saca una manzana para pasársela.

— Grácias — balbuceó algo ido. Freddy miro atontado al rubio, le parecía curioso que llevara lentes, pero no se le veían mal. También, le llamaba la atención el color metalizado y la pequeña linterna integrada, parecía estar preparado para esperar horas o tal vez trabajaba mucho por las noches. Sabia de antemano que los Golden's son personas ocupadas, que siempre se la pasan con las cabezas en papeles importantísimos en los cuales se juega mucho dinero. Aunque más curiosidad le daba la taza de la cual Gold daba leves sorbos ¿De dónde la saco? Los ojos grises se posaron en él, desvió la mirada apenado y para disimular le metió un mordisco a la manzana, ojalá no lo viera como un impertinente.

— ¿Gustas? — Gold me ofrece la taza. Las mejillas de Freddy se tornaron rojas pensando que Gold supuso que era un muerto de hambre, no quería verlo para que le diera de lo que bebiera, solo sentía curiosidad. Antes de responder que estaba bien, este posó un extremo de la taza en sus labios y la levanta dejando que Freddy bebiera; un espeso líquido muy dulce le pasó por la garganta, acariciando su lengua de tal manera que él sabor afable se quedará impregnado en su boca, aunque pronto empezó a ser mucho y se atragantan, teniendo que alejar la taza para empezar a tocer, el líquido se escurrió un poco por la comisura de su labio.

Gold le miró fijamente para acercar su dedo índice al hilo que se le escapó de los labios y sujetarlo con su dedo, para llevarlo a su boca.

— No lo desperdicies, me costó conseguirlo — habló una vez alejó su dedo de su boca. Freddy ladeó la cabeza aturdido por la acción de Gold, para luego, sacudir su cabeza y mandar su vista a otro lado. De sintió incómodo de forma diferente a la usual al ver a Gold lamer su dedo, no era un "incómodo molesto" sino un "incómodo pero agradecido de ser el único que lo vio".

Ni el comprendió esa sensación de entre pudor y egoísmo.

— No pensé que te gustarán las cosas dulces, pareces más el tipo que toma café amargó — comenta Freddy para sacarse la imagen de la cabeza, que parecía reproducirse miles de veces en su cerebro.

— Y no te equivocas, daría mi brazo por una buena taza de café en estos momentos — alegó en un suspiro de anhelo, recordando el sabor tan exquisito del café que se le preparaba cada mañana en la mansión —. Pero las probabilidades de que se me antojara algo dulce, son las mismas que las de visualizar el cometa Halley. Mis antojos son a los niveles de una mujer embarazada, así que me cuesta ignorarlos — aclaró haciendo un cabeceó, tal vez como un gesto de exageración que acompaña el movimiento de sus manos al explicarse —. Esta vez el antojo fue leche con azúcar y miel, por cierto ¿Me acompañas a devolver la taza? La tomé prestada sin que se enterarán — comento enseñando la taza vacía.

— ¡¿Como?! ¡Eso está mal Fred! — exclamo Freddy como un regaño.

— Soy Walder...

— ¡Ay perdón, la costumbre!— hablo avergonzado. Escuchó la risa baja de Gold, se vió impresionado y le miró con los ojos de par a par —. ¿Te reíste?