024

984 140 148
                                    

Freddy no había terminado de entender a Gold, de hecho el mismo Gold no comprendía lo que dijo. Notó que llevaba su mano a sus labios, como cubriendo vergonzosas palabras que se las cobra sus sonrojadas mejillas. Freddy proceso con paciencia, a muy corta velocidad la situación.

— Gold...

— Eres tan perfecto que me espantas — sentenció Gold. Freddy no sabía si aquello fue un halago o un insulto, pero en cualquier caso termino sonrojado.

— Lo que dijiste yo...

— Ni yo sé que diablos dije ¿Por que te lo dije? — en su mente, se dibujaba una imagen pequeña de Toddy burlándose con una sonrisa mientras se sujeta las mejillas, sería adorable si no se riera de su mísero estado.

— Gold, yo...

— Eres la primera persona que veo de este modo — afirma algo temeroso, ocultando con solemne seriedad. Con nerviosismo, que solo pudo calmar pasando un mechón de cabello tras su oreja, Freddy se atreve a contestar y sin ser interrumpido está vez:

— Yo no se como responderte a eso, Gold.

— Es evidente que si tu respuesta es afirmativa, no voy a caber en mí mismo — las mejillas de Freddy se tornaron rojas ante aquella declaración, Gold siempre es tan honesto que le cae como piedra.

— ¿Y qué pasa si me niego? — era mera curiosidad, porque realmente no estaba tomando ni aceptar ni rechazar como alternativa.

— El solo pensarlo, me siento estrujado en un sentido realmente doloroso — le contesta, esperando que Freddy fuera capaz de decirle algo, ante un longevo silencio decidió continuar hablando —. Suelo se muy severo con mis elecciones, mi gusto es muy costoso y realmente no sé vivir en la modestia. Realmente siento, que si te he elegido sin siquiera pensarlo dos veces, significa que eres el indicado de algún modo.

— Tu visión de mí es muy extraña ¿Sabes? Estoy seguro de que hay mejores partidos...

— Me tomara mil y un formas el olvidarte si intento eso.

— Siento que es apresurado.

— Mi primo se enamora a primera vista cada nada ¿Te parece esto rápido? Conoce a William bajo la lluvia y cambiarás de parecer — tajo a decir, recordando la maravillosa historia de amor en la que Golden era participe. Si su primo se podía enamorar de una gorila en una hora, el tenía todo el derecho de enamorarse de un alma tan buena como la de Freddy en una semana que se le hizo tan eterna.

— Bueno, eso no puedo discutirlo — Freddy sonríe con amargura recordando como Fred andaba tras una chica nueva cada vez que las conocé, el cambia de amor platónico como cambia de boxer —. ¿Pero realmente nos conocemos lo suficiente? Yo por ahora te veo como un allegado muy preciado.

— ¿Estas evitando usar la palabra amigo para no herirme?

— ... ¿Perdón?

— Descuida, lo aprecio mucho.

— Pero aún así creo que...

— ¿Sabes que? — Gold le puso una mano en la boca impidiéndole una respuesta —. Olvidalo, mejor olvida lo que te dije ¿Si? Solo hagamos como si no hubiera dicho nada. Ni de las luciérnagas, ni de ti. Es lo más sensato. — evitando una respuesta y una estrujada a su corazón, Gold entro a la tienda sin prestar mayor atención a los ojos azules de Freddy, que lo seguían en silencio.

Freddy tenía un estallido de sentimientos en su interior, entre la culpa y la sensación de abandono que Gold le dejo, y muy lejano y pequeño egocentrismo, que regocija emocionado ante la declaración de Gold. Ese sentimiento de pura emoción y soberbia le susurraba que no olvidará las bellas palabras de Gold y su bizarra honestidad, y Freddy obediente, rememoraba con cariño la sensación tan placentera que le brindaba ser la luz de la vida en alguien más.

- Luciérnagas - [Gold×Freddy] [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora