- Extra 04 -

820 67 10
                                    

La universidad privada de la ciudad, es muy exclusiva para gente rica y poderosa, donde se forman a los chicos para ser los siguientes dueños de sus empresas familiares, aquí sale solo lo mejor de lo mejor.

La sola hoja de inscripción vale una fortuna, excepto para Emily Miller, una afortunada becada extremadamente brillante y despreocupada de sus deberes, tachada despectivamente como "la becada" por sus compañeros, quienes siempre se la pasaban viéndola con envidia y menosprecio por ser ella misma.

La joven lleva su celular en la mano aún sabiendo que en los pasillos está prohibida la entrada con aparatos que puedan distraerte, de hecho, toda ella sería como la viva imagen de lo prohibido del manual. Su cabello corto de color negro está lleno de mechas de colores sujetadas por ganchos y ligas, unos aretes largos que decoran sus orejas de un color chillón que resaltaba más con la luz que chocaba por el resplandor que desprendían, sus uñas están largas y pintadas de colores diferentes, lleva su uniforme mal puesto; su camisa estaba mal abotonada, y el corbatín está suelto, su falda es más corta  llegando sobre el muslo, sus medias están caída y sus zapatos tienen calcomanías brillantes. Aún cuando los profesores le reprocharán, aún teniendo el coordinador tras de ella toda las jornada escolar, aún cuando el director le diera mil y un sermones, ella ignoraba todo por completo y seguía llendo así, porque le gustaba.

Le parecía absurdo usar uniforme estando en la universidad, pero era una exigencia para mantener la perfecta apariencia de las instalaciones. Todos iguales y arreglados como decoraciones de los estantes.

Emily era tan desinteresada en todo que costaba llamar su atención, siempre manteniendo la vista fija en su celular. Lo que de verdad la hizo estallar fue el hecho de que un cuaderno cayera sobre su celular y causará que lo soltará, miró el teléfono recién comprado en el suelo, no se había roto pero si se apagó. Rodó la vista en la dirección donde vino el cuaderno negro y encontró un grupo de chicas rodeando algo, justo a una lado de la biblioteca mientras se reían. Tomó el cuaderno y el teléfono para acercarse firmemente, usando el cuaderno, golpeó la nuca de la primera rubia que se le cruzó tirandola a un lado de su compañera, el grupo de chicas la miró entre enojadas y temerosas. Ella señala su teléfono.

— La próxima que tiren algo — hablo primero de muy mal genio —. Que no sea sobre mi celular, monto de arpías —

— ¡El cuaderno es de esta urraca! — señala una de las chica. Emily dirigió su mirada a donde señalan, ahí parada en silencio, una joven con la vista en el suelo —. ¡Ella lo ha lanzado! —

— ¡Uy, si! Y yo nací ayer — alzó su mano, y con sus largas uñas le hace un rasguño a la cara de la que hablo, sacándole un grito.

— ¡Me las pagarás, becada! — las chicas se fueron enojadas con un rápido trote. Emily vuelve a mirar a la chica.

— Gracias por... — antes de que terminara de agradecerle. Emily la tomo del cuello de su camisa y la sujeto frente a su cara, sus ojos azules mostraban fiereza y confianza absoluta.

— ¿Has sido tu? — la contraria niega repetidas veces, mostrando terror en su semblante. Emily paso su vista a los ojos de la chica, que estaba demasiado asustada como para mentir. La bajo con cuidado, casi de inmediato que toca el suelo, se echa atrás abrazándose a sí misma —. Perdona, Jessica —

— ¿Tú sabes mi nombre? — exclamó extrañada, con ojos curiosos.

— Pues si, tu padre diseño casi toda la ropa de mi armario — dijo con simpleza.

— Yo no se el tuyo; siempre te han llamado Becada — dijo con vergüenza.

— ¿Te das cuenta que estudiamos en el mismo curso durante casi un año, y sigues llamándome becada? — le señala Emily, colocando una mano sobre su cadera con una mirada potente.

- Luciérnagas - [Gold×Freddy] [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora