Frydda miraba a su novia luego a su suegro, repitió esto una y otra vez, es que no se lo creía. Su novia, chillaba emocionada, con sus enormes ojos grises plantados sobre su nuevo regaló, mientras daba brinquitos y agitaba sus puños llena de emoción. Hay estaba, una Yamaha FJR1300AE de un resplandeciente plateado, la petición de Gold fue cumplida a los quince minutos de haberla hecha
"Pa ¿Puedo tener una moto?"
¡Mientras Emilio sea su padre, claro que sí! ¡Puede tener una moto, hasta la empresa Yamaha completa si así lo quiere!
— ¡Gracias, gracias, gracias! — se lanzó a brazos de su padre para darle un montón de besos en las mejillas. Frydda ya conocía esa faceta de su novia, solo es así con su padre y algunas veces esa actitud se le escapaba con ella o con Golden, la cual también chillaba de emoción tras ella
— ¡No es nada princesa! Cualquier cosa que pidas — le aseguro el hombre acariciando la cabellera dorada de su hija con el gesto mas meloso que pudiera tener.
— ¡Emilio! ¡¿Qué diablos es esto?! — exclamó la madre de Gold desde la ventana de su despacho. El hombre rodó los ojos con fastidió, todo su buen animo se fue en picada al escuchar la histeria de su esposa al revisar entre sus documentos la factura que dejo Emilio.
— Ya regreso chiquita, déjame le explicó a tu madre que es una factura — le dió un suave golpecito en la nariz con su dedo índice. De inmediato, Gold se lanzó a abrazar su motocicleta, acariciando con una mano su costado
— Es hermosa — dijo apunto de babear, escucho un leve carraspeó de parte de su novia, inmediatamente recobro la compostura recordando que hacer el ridículo frene a Frydda estaba terminantemente prohibido por sí misma, aclaró su garganta a la par que su gesto volvía a uno neutro —. ¿No es adorable?
— ¡Quiero ir de paseo! — Golden se lanzó al asiento trasero de la moto dando leves saltos, Gold frunció el entrecejo y como si cargará a un bebé la bajo
— No, es muy peligroso y tú eres muy delicada, jamás te subirás en eso — señaló su nueva adquisición
— ¡No es justo! — Golden se cruzó de brazos molesta, inflando sus mejillas —. Apuesto que si Frydda te lo pide si la llevas, hasta la dejas conducir — Gold soltó unas fuertes carcajadas
— No, jamás. Frydda es lo más preciado que tengo y si por mi culpa le pasa algo, mandaré a demoler a Yamaha — dicho esto, rápidamente regreso a su hogar, a los treinta minutos regreso con ropa de cuero que se ajustaba perfectamente a su figura, y un casco, porque Gold sabía que su padre no le negaría la petición y ya estaba preparada, se montó sobre la motocicleta
— Amor ¿Primero no debes aprender a conducir? — cuestionó Frydda insegura
— Esto debe ser como un triciclo — aseguro Gold con confianza en si misma.
— ¿Sabes andar en triciclo? — pregunto Golden con muchísimo asombro, como si le hubiera preguntado si era capaz de caminar en la cuerda floja.
— ¿Para que? Los sirvientes me llevaba a todos lados en mi trono — Gold le resto importancia al detalle que nunca se habia montado en un vehículo y conducido ella misma.
— ¡¿Por qué a ti te dan un trono y a mi trabajo?! —señalo molesta Golden — ¡No es justo! ¡Yo debería tener más privilegios! ¡Soy mayor!
— Ve, quejarte con la abuela y notarás la diferencia
— ...
Gold encendió la motocicleta, se coló su casco y pronto... La motocicleta arrancó pero ella ahora estaba en el suelo, la motocicleta corrió por si sola hasta caer. Golden y Frydda contuvieron sus risas, ganándose una mirada severa de Gold, aunque no se notaba igual que el sonrojo, gracias al casco. Se quito el casco furiosa ante su caída y lo tiró al suelo
— ¡Papá! ¡Me compraste algo disfuncional! ¡Papá! — Gold gritaba histérica, mientras Jenna, su asistente, y Victor, su mayordomo, llegaban a levantar la moto y dejarla como estaba, Víctor examina el vehículo con la mirada
— Señorita, la motocicleta sigue en óptimas condiciones — aseguró el joven de cabello oscuro, captando la atención de Gold que se giro a verlo
— ¿Estás insinuando que no soy capaz de conducir esta cosa? — pregunto Gold indignada.
— Me parece lo más lógico, ya que usted nunca uso una — afirmo el mayordomo sin perturbarse por la mirada furiosa de Gold.
Víctor y Gold discutían, aunque Víctor solo buscaba hacer entrar en razón a Gold. Jenna hablaba con Golden.
— ¿Y por qué ella tiene un sauna y yo no? — señala Golden.
— Su tío lo compro — responde Jenna sin mayor interés.
— ¿Que hay de la isla? — volvió a preguntar, arqueando una ceja.
— Su tío se lo compró a la señorita — respondió nuevamente Jenna.
— ¿El cohete?
— Su tío lo compro
— ¡¿Por qué a ella le compran todo y a mí no?! — Golden empezo a agitar sus brazos enojada, sintiéndose menos al ver que su prima tenía y disfrutaba mas lujos que ella.
— Usted también tiene muchas cosas... — le recuerda Jenna con las cejas fruncidas
— ¡Pero ella si las disfruta! Yo las tengo de decoración
— No es tan grave, mi señorita
— ¿Así? ¿Y por qué ella tiene una Torre Eiffel? ¡¿Dónde está mi monumento?! ¡Quiero un monumento o construcción histórica!
Mientras ellas discutían, cada una sumisa en su propio berrinche. Frydda se acercaba a pasitos cortos a la motocicleta. Delineó con su dedo índice el contorno del asiento y sus ojos estaban clavados en el volante, miró a su novia. Estaba segura que no pasaría nada y ella no se enojaría
El rugir de la moto silencio a todos, se giran y encuentran a Frydda arrancando y desapareciendo de su vista. Todos estaban en silencio
Silencio que las dos histéricas primas rompieron con un grito de horror
— ¡Frydda! — exclaman a la par. Gold estira sus cabellos mientras Golden sujeta su rostro apretandolo con fuerza, para bajar sus manos por sus mejillas haciéndolo una expresión rara de desesperación
— ¿Quiere que vaya por ella, mi señora? — pregunto Victor sin mayor preocupación
— ¡Ve pronto!
Víctor tenía su propia moto, por lo que alcanzar a Frydda le resultó bastante sencillo, la encontró dando vueltas sobre su radio pequeño mientras gritaba, fue bastante difícil detenerla y bajarla
Víctor trajo a Frydda en su motocicleta mientras acarrea la otra con una cadena que llevaba ¿Que por qué? Frydda no fue capaz de preguntar porque tenía mucho miedo de preguntar porque estaba manchada...
— Señorita Frydda, agradezca que los límites de la mansión son amplios, sino, pudo haber pasado algo grave — le reprocha bajandole de su moto
— Descubrí un nuevo jardín en esta mansión...
— ¡Tú! — Frydda se aterró al ver a su novia sosteniendo un enorme mazo, se veía furiosa.
— ¡Go-Gold! — pero antes de decir nada, su novia le pasó de largo para ir hasta la motocicleta y empezar a destruirla
— ¡Nunca! — un golpe —. ¡Volverás! — otro golpe —. ¡A lastimar! — le dió una patada para luego darle otro golpe con el mazo —. ¡A mí ángel!
Frydda observa todo con la mandíbula en el suelo, miró a Víctor que parecía bastante tranquilo
Ahora el nuevo capricho de Gold, era un convertible...
.~ TURUTUTURU ¡Extra! ~.
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- Luciérnagas - [Gold×Freddy] [FINALIZADA]
Fanfic- Que hermosas son las luciérnagas ¿no? - Freddy murmura contemplando el resplandor de aquellos insectos luminosos - Aja - Gold contempla a Freddy cuyos ojos se iluminan con el resplandor de las luciérnagas ¡Mas Golddy pal body! Tengo un nada sano...