Veintiuno.

437 31 5
                                        

A la mañana siguiente sonó el despertador y me estiré en la cama, nos habíamos quedado hasta las dos de la mañana conversando con Juan Pablo y luego cada uno entró a su respectivo cuarto. Agradecía tener la pieza de invitados ordenada como nunca porque esto me tomó de sorpresa y no lo podría haber recibido con todo el caos ahí.

Era viernes por lo que no sabía qué querría hacer Isaza, los viernes podía salir más temprano del trabajo por lo que pensé que quizá quería acompañarme, así aprovechaba de conversar con Nicolás los asuntos pendientes del contrato, me di vueltas en la cama y sentí la puerta de mi cuarto abrirse.

-¡YA DESPIERTA, ENANA! -dijo Isaza gritando y le lancé una almohada, colocándome otra en mi rostro.

-Ay, vete a otro lado idiota.

-¿No tienes que ir a trabajar? -Preguntó tirándose en mi cama en el lado desocupado mirando hacia el techo.

-Síp, y tú tendrás que acompañarme en mi día laboral porque ni loca te dejaré en mi casa, con mis cosas, sin mi supervisión.

-¿Pero por qué no? ¿Crees que no puedo cuidarme? ¿Crees acaso que no puedo sobrevivir sin tu presencia? -Y les juro que en este momento estaba odiando la efusividad de mi amigo tan temprano por la mañana.

-Que no, Isaza. Sí puedes cuidarte solo pero no pondré en riesgo mi departamento así que ahora te vas a duchar porque después me tengo que duchar yo, tomaremos desayuno en el camino o no sé pero levanta tu culo y llévalo al baño.

-Uh, ¿en serio Simón tuvo que soportarte así de amargada por la mañana? -Y diciendo esto entre risas se levantó, aproveché de tirarle una almohada con fuerza y lo vi salir de mi cuarto, entrando al baño y cerrando la puerta detrás de él. Suspiré tomando mi teléfono de la mesa de noche y entré a Instagram, Martín había subido una foto y de Villaco ni siquiera rastros, al menos no desde hace un par de días. Solamente de masoquista entré al perfil de Simón y busqué el post que había subido aquí en Chile sonriendo al ver lo feliz que salían todos y sintiendo una pequeña punzada en mi corazón cuando mi foto apareció en la pantalla.

-Maldito Vargas, ¿qué hiciste conmigo? -murmuré volviendo a su perfil y mirando las historias que había subido. Las primeras dos salían fotos de su computador con 4 horas de diferencia, supuse que terminando algún ensayo o leyendo, vaya a saber uno qué cosas hacía este chico a estas alturas, la última foto era una de él con un poco de ojeras, cara de sueño y con el pelo de recién bañado. No tengo idea cuánto tiempo estuve viendo la foto, solo sentí el grito de Isaza anunciando que ya había salido de la ducha y después la puerta de su cuarto cerrarse así que bloqueé mi celular y decidí que la ducha iba a llevarse todo lo que sentía en este momento, quería por una vez en la vida sentirme plena y no estar preocupándome de cosas que están lejos, o en este caso, en una persona que está a kilómetros de mi.

No sentí como voló el tiempo con Juan Pablo que ya estábamos llegando a la oficina de Universal así que cuando llegamos a mi piso señalé la oficina de Nicolás.

-Tu puedes irte para allá a terminar tus papeles y luego vas a mi oficina, hoy salgo temprano así que podremos ir a almorzar a algún lado o qué sé yo.

Juan Pablo asintió y besó mi cabeza para después entrar a la oficina de Nicolás, yo caminé a la mía y aproveché de activar un poco más las redes sociales, colocando anuncios de los próximos conciertos, el concierto de Camila Gallardo sería el próximo viernes y con ese evento se resta una semana menos a la espera de irme con los chicos de gira. ¿Isaza se iría a quedar todo el mes o qué? Oh diablos, no podría ni siquiera pensar bien algunas cosas teniéndolo por todos lados, además, ¿cómo uno lograba convivir con un chico como Isaza?

Entre que pensaba en cómo poder sobrevivir con Juan Pablo en mi departamento un mes tres semanas si es que se llegaba a quedar publiqué imágenes para un concurso de entradas para Camila Gallardo, llevaba un tiempo trabajando aquí y nunca la había visto en persona pero de verdad ansiaba conocerla. El toque de la puerta me interrumpió y cuando elevé mi mirada vi entrar a Juan Pablo con una pequeña pelota, ¿en serio aún guardaba esa pelota tan molestosa?

-Así que tienes que cubrir el concierto de Camila Gallardo eh. -Dijo sentándose frente a mi.

-Sí, y me tendrás que acompañar si piensas quedarte todo este mes aquí.

-Eso no estaba dentro del contrato, señorita. Nadie me dijo que tendría que acompañarte a todos lados.

-Nadie me dijo que te vendrías todo un mes a mi casa y aquí estamos, Isaza, la vida no es justa.

-Qué maldita. -Se cruzó de brazos y me mostró la lengua tal como si tuviese cinco años, provocando una ternura inexplicable en mi. Reí negando con la cabeza y cuando estaba terminando de escribir sobre un archivo entró Nicolás a mi oficina.

-Belén, hay alguien que quiero presentarte antes de que te vayas, ve a mi oficina. Y tú Juan Pablo, si quieres también puedes ir. -Terminó con una sonrisa y nos dejó solos de nuevo en la oficina. Termine de escribir lo que estaba haciendo y guardé el archivo elevando mi mirada hacia Isaza.

-¿Vamos? -pregunté mirando hacia mi amigo y aceptó a regañadientes, sabía que quería ir a pasear o en verdad, salir del encierro que era estar en mi oficina pero hey, no era mi culpa que no avisara nada, por lo menos ahí hubiese tenido algún tipo de panorama para que no se aburriera tanto, qué sé yo, un juego de cartas o algo. Me levanté de mi asiento y Juan Pablo siguió mis pasos, caminamos a la oficina de Nicolás y sentí más voces al interior.

-Hey. -Dije entrando y me quedé solo por un segundo en mi lugar al ver que frente a mi estaba Camila, justo cuando pensaba en que la tendría que conocer el día del concierto me cayó la bomba y luego de mover mi cabeza para ambos lados le sonreí, presentándome.

-Hola, soy Belén. -Dije extendiendo mi mano la cual fue totalmente ignorada ya que fue reemplazada por un abrazo y un beso en mi mejilla.

-Nico me ha hablado un montón de ti y por fin pude conocerte, no había podido venir porque andaba de gira por el sur pero ahora he vuelto para quedarme rondando por Santiago. ¡Qué emoción verte al fin! -Dijo emocionada como si yo fuera la artista acá y luego miró por sobre mi hombro. - ¡Juan Pablo! -Dijo igual de emocionada y saltó ahora a abrazarlo a él. Lo que me parecía más gracioso era que Camila era de mi porte y recién cuando la vi abrazar a Isaza pude dimensionar lo pequeña que me veía yo.

-¡Cami, tanto tiempo! -Contestó abrazándola por la cintura y quedándose así unos segundos para después separarse y mirarse.

-¿Y tú que andas haciendo por acá? ¿Andan también los chicos? Uy, ya quiero ver a Simón. ¿Dónde se están quedando?

Y el escuchar el nombre de Simón hacia que mi estómago se revolviera y me recordara que en un par de semanas nada más estaría por meses junto a él. Pareciera que Isaza notó mi 'incomodidad' y negó con rapidez explicándole que el había venido por un tema puntual y que se estaba quedando en mi departamento.

-Qué genial que hayas encontrado un buen amigo en Juan Pablo y en los chicos -Dijo Cami después de terminar con Isaza. -Y me alegro que hayas aparecido también en la vida de estos niños, les hacía falta su toque chileno. -Se rió y comenzamos a reír todos para luego conversar de los arreglos del concierto. Nos quedamos media hora conversando los últimos detalles y al final antes de irnos cada cual por su camino nos sacamos una foto. La miré por unos segundos y sonreí, salíamos genial todos, especialmente Cami y yo porque salíamos a los costados de Isaza y se veía casi como un triángulo perfecto.

Entré a mi Instagram y la subí colocando de pie ''Lejos el mejor trabajo con las mejores personas'' y guardé mi celular. Nos despedimos y acordamos vernos antes del concierto aunque por la agenda que tenía Cami iba a ser un poco complicado.

-Iré a buscar las cosas a mi oficina, gigante. -Dije dejándolo en el pasillo y corrí a buscar mi bolso y mi chaqueta. Revisé mi celular y mi rostro se sintió helado al igual que mis manos, sentí un calor recorrer desde mis pies a mis mejillas y un fuerte suspiro salió de mi. Simón había likeado la foto. Simón había comentado la foto con un ''Qué guapas.''. Simón se había dignado a mandarme un whatsapp después de más de un mes de silencio entre nosotros dos y ni siquiera sabía si estaba preparada después de todo ese tiempo para abrir el mensaje que tanto había esperado porque no sabía si quería ver el contenido.

Mi nuevo vicio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora