Ocho.

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Aún aturdida bajé en el ascensor y apenas llegué abajo caminé al lobby donde estaban los tres restantes de la banda, conversando y riendo entre ellos.

-Simón se bañaba y bajaba, así que no sé cuánto se demorará. -Dije cuando estuve lo suficientemente cerca y saludé a Villamil, quedándome a su lado al final. - ¿Pensaron dónde comer o prefieren comer aquí?

-Es mejor comer acá y luego nos vamos al teatro donde tocaremos, de almuerzo pedimos alguna cosa y como el concierto es a las nueve tendremos tiempo para cambiarnos. -Dijo Villamil cargándose en mi hombro como si yo fuera algún tipo de mueble, a su lado era pequeña pero nunca me había dado cuenta de que era tanta la diferencia.

-¿Y tú qué crees? ¿Qué soy algún tipo de muralla de la que te puedes apoyar? -pregunté riendo cruzándome de brazos. Ésta pregunta llevó a que entre Villamil y yo comenzáramos una pelea de broma del por qué tenía derecho a apoyarse en mi y el por qué no tenía que hacerlo, así estuvimos por unos minutos hasta que la voz de Simón me sacó de la pelea.

-¿Qué pasa Villaco? ¿Encontró a su Drama Queen? -Dijo en una suave risa, metiendo sus manos en los bolsillos de sus pantalones rotos, traía una polera azul con rojo y sus típicos zapatos, los cuales no había soltado en estos tres días que los había visto.

-Hey, yo no soy Drama Queen, dormilón. -Dije esto y le mostré la lengua, tomándome del brazo de Villa para comenzar a caminar hacia el comedor, sonriendo cuando escuché la risa de Simón pisándonos los pasos. - ¿No están nerviosos? O sea, habrá mucha gente y todo eso.

-Para nada, solo un poco, pero los nervios se pasan cuando comenzamos a tocar. -Dijo Martín sentándose y me senté a su lado, sacando mi celular de mi bolso y dejándolo así sobre la mesa.

-Pero igual, es su primera vez aquí y ya tuvieron mucho éxito, hubiesen visto como estaban sus fans en la firma de discos esperando por subir.

-Y estamos seguros de que sin nervios le daremos lo que se merecen por apoyarnos en todo el camino. -Dijo Simón sentándose al otro lado, frente a mí.

-De verdad admiro el como se entregan tanto a esto y hasta yo estoy nerviosa por verlos hoy. -Conteste sincera, sonriendo cuando la comida llegó a la mesa. Envolví el té en mis manos y sople, bebiendo un poco de él.

-Oh, y te aseguro que tendrás un buen show, enana. Y no te pongas nerviosa si ves a Simón saltando como loco, es normal en él. -Dijo Isaza dándole una probada a su comida.

Miré a Simón y el solo elevó sus hombros y rió, me gustaba esta versión que estaba viendo, risueño y despreocupado, sumando lo que había pasado en el piso de arriba, era nuevo para mi pero no era malo.

-Trata de no caerte porque sino, te aseguro que mi cámara captará ese momento. -Dije riendo y los chicos comenzaron a molestarlo, ganándome una que otra mirada y mueca de Simón a lo que solo pude levantarle los hombros, mostrándole una sonrisa. Decidí comenzar a comer porque moría de hambre, de hecho últimamente había estado comiendo más de lo que acostumbraba y solamente porque estos 4 chicos habían llegado a desordenar mi rutina y se veía reflejado en algo tan simple esto.

Cuando terminamos de comer tomé mi celular y lo desbloqueé, llamando a Nicolás para saber con detalle como iba a ser el tema del evento porque pese a que lo estaba pasando muy bien con los chicos, no podía ni debía desenfocarme de lo que me había traído hasta ellos, mi trabajo.

Me paseé por el comedor mirando de vez en cuando a los chicos mientras hablaba por teléfono y topándome varias veces con la mirada de Simón fija en mi. Comencé a morder mis dedos como era la costumbre cada vez que los nervios se apoderaban de mi y solo podía hacer sonidos básicos en respuesta de asentimiento hacia Nicolás hasta que se despidió, cuando corté y guardé el teléfono en mi bolsillo giré, encontrándome con Simón detrás de mi.

Mi nuevo vicio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora