Cuatro.

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Mi despertador sonó a las ocho de la mañana y lo apagué, levantándome y arrastrando mis pies hacia el baño, aproveché de darle comida a Gala que estaba llorando por atención y luego me metí a la ducha. Me quedé un par de minutos dejando que el agua solo corriera por mi cuerpo, no estaba cansada pero me relajaba sentir el agua caliente, ¿a quién no? Después de vestirme con una falda y una blusa tomé mi bolso, mi cámara y partí a mi oficina. Agradecí que el metro no fuera lleno porque si hubiese sido así mi humor hubiese cambiado y nadie quería verme de mal humor, ni siquiera yo era capaz de soportarme en días así.

-Hola Nico. -Saludé al entrar con mi jugo en la mano, Nico se acercó y me besó la mejilla, volviendo a lo que estaba haciendo antes de mi llegada.-

-¿Qué tal dormiste? -preguntó, parándose al lado de la impresora mientras yo bebía un poco de mi botella, sonriéndole al final.

-Dormí como un bebé.

-¿Y eso? ¿Simón acaso hizo algo para hacerte dormir así? -preguntó haciendo la misma mueca que Isaza la noche anterior. El jugo que tranquilamente estaba bajando por mi garganta decidió quedarse ahí, ahogándome durante unos segundos para después finalmente poder tragarlo, ¿qué carajo les sucedía conmigo y Simón?

-Isaza y tú tienen que hacerse ver, en serio. ¿Hay algo que yo no sepa que molestan tanto al pobre chico conmigo?

-¿Bromeas? Ayer se quedaron mirando como bobos durante un rato y me preguntas eso Bel.

-Nico, por favor, lo conozco hace menos de un día y se están inventando toda una historia de amor, ¿ahora me dirás que tienen hasta los nombres de nuestros hijos ficticios también?

-¿O sea que sí tuvieron sexo? -Dijo fingiendo su cara de asombro a lo que se ganó un golpe en su hombro de mi parte sumado a fuertes risas de los dos. Hace mucho tiempo no tenía un ambiente laboral tan grato y donde principalmente me sintiera cómoda.

Y así se pasó la mañana, edité las fotos de los fans y entré al Facebook de Universal comenzando a subirlas, revisé los vídeos que había grabado y sonreí a la pantalla cuando veía la mirada de sus fans cargadas de emoción y amor hacia ellos, algunos videos habían sido justo cuando los chicos se reían con ellos así que no dude en crear un archivo para comenzar a crear un video general del día de ayer.

Cuando comencé a ver las fotos que había tomado en la van sonreí de costado mirando el resultado del viaje y el click de mi cámara frente a los rostros de los chicos, logrando varias fotos improvisadas en el momento. Saqué mi celular y fruncí el ceño al ver tantos mensajes acumulados y después el impacto había sido mayor al ver la hora, eran las tres de la tarde y yo no salía de mi oficina desde las doce del día. Abrí los mensajes y entré al de Cata, era la primera en los mensajes.

'Si no me contestas quiere decir que ya me olvidaste por completo? Pd: Si es así, puedo quedarme con tu chaqueta azul?' Hace 3 horas.

'No te olvidé, tonta, solo cargo con mucho trabajo encima. Pd: Ni lo sueñes, la quiero de vuelta.'

Apreté a enviar y luego seguí mirando los mensajes, mensajes en el grupo de las chicas, mensajes en el grupo del trabajo, de Nicolás, uno de Isaza y otro de un número desconocido. Cuando apreté el de Isaza apreté, pasando a llevar, el ícono de llamada y como si se fuera mi alma y mi vida en ello corté, colocando mi mano en mi pecho y tirándome aire con la mano esperando a que por algún milagro no la hubiese recibido.

'Sálvanos del aburrimiento y de Simón hablando acerca de la historia de tu país.' Hace dos horas.

Reí intentando imaginarme la escena de Simón hablando hasta de los inicios de Santiago, el como habían colonizado el país, o como en el Sur los españoles engañaron a los mapuches para quitarles sus tierras. Me sorprendería si supiera y manejara toda esa información porque era demasiada historia para un cerebro. Justo cuando estaba por bloquear mi teléfono llegó una video llamada entrante, nada más ni nada menos que de Isaza, reí negando con la cabeza y contesté, esperando a que se conectara dejé el celular sobre unas carpetas y continué tecleando en el computador, esperando escuchar la voz del colombiano desde el otro lado de la línea.

-¡Belén! ¿Qué hace que no contesta el teléfono? ¿Ya se olvidó de su super amigo?

-Sabes que hay gente que trabaja con horario de oficina, ¿verdad? -pregunté en una risa y miré hacia el celular, esperando a que Juan Pablo siguiera hablando pero me sorprendí al ver a Simón, frunciéndole el ceño a la pantalla.- ¿Qué hiciste con Isaza, chico?

-Nada, solo dijo que tenía que ir al baño y fui yo el designado para cuidar el teléfono. -dijo, acomodándose en un sofá rojo, fruncí el ceño nuevamente, ese sillón lo conocía pero no sabía de dónde o más bien, no recordaba.

-Demasiada información para mi, Simón, con un enseguida viene me queda más que claro. -Comenté riendo a lo que el también rió, sentí mi Belén interior derretirse y de un momento a otro me sentí como una niña, torpe al haber hecho reír al niño lindo de la clase.

-Tú querías saber, yo solo te informo de los hechos, Belén -contestó aún riéndose mientras miraba la pantalla del celular. De repente se paró y pude ver por qué los sillones me eran tan conocidos, estaban en las oficinas de Universal. Cuando pude relacionar todo mi puerta se abrió mostrando a un Villamil agitado y con las mejillas ligeramente coloradas.

-¡ESCÓNDETE DE ISAZA! -dijo intentando mantener la voz baja pero fracasando totalmente en el intento, solo sé que obedecí y me levanté de mi escritorio, mi oficina era pequeña pero sí que tenía donde esconderme y no solo era debajo de mi computador. La sensación de ser pequeña y esconderte de tus amigos cuando juegas a las escondidas me invadió y dentro de la desesperación por esconderme caminé a dos muebles grandes aún con el celular en mis manos, negué el acceso a la cámara y me aguanté la risa cuando escuché la puerta cerrarse nuevamente, haciéndome saber que Villa había salido de la oficina. Le bajé el volumen a la llamada y a través de esta misma iba notando que cada vez se acercaban más a mi oficina hasta que la puerta se abrió.

-Ah claro, justo ahora no está. -Escuché hablar a Isaza y tapé mi boca para no reír, ahora era que me preguntaba en qué carajos me había metido con estos chicos encima.

-Villaco, ¿no nos dijo que estaba aquí? -La voz de Martin sobresalió y me asomé ligeramente para poder mirarlos, Isaza y Martin me estaban dando la espalda y Villa con Simón miraban hacia donde yo estaba, miré a Simón haciéndole el gesto de mantener el silencio con mi mano y me levanté, quitando mis zapatos para no hacer ruido. ¿Por qué estaba haciendo esto en mi oficina? Y ¿por qué con 23 años? Cuando llegué atrás de Isaza tomé una botella de agua que estaba en el mueble de atrás y en un segundo, colocándome de puntitas vacié el contenido por la nuca y espalda del chico.

-¿Qué mierda? -dijo en un grito y por fin solté la risa que tanto había estado guardando, llevando mis manos a mi estómago mientras seguía riendo.-

-Jesús, Isa, deberías haberte escuchado y haberte visto -Intenté decir bajando la intensidad de mi risa hasta lograrlo y poder mirarlos a todos, los saludé uno por uno dejando a Simón al último, besando su mejilla y dándole un abrazo. Curiosamente el brazo de Simón se quedó en mis hombros e intenté de todo para desviar esa atención hacia otra parte.

-Te ves mucho más enana sin zapatos. -Dijo Villa colocándose a mi lado a lo que golpeé su brazo.

-Deja mi metro sesenta, que estoy orgullosa de él. -Me separé de Simón para poder colocarme mis zapatos y luego los miré, esperando la respuesta a su visita. - Bueno, en vista de que ninguno dice nada, ¿pueden explicarme qué hacen acá?

-Te venimos a buscar para ir a cenar, además, podrías enseñarnos un poco de la capital, ya hablamos con Nico y está de acuerdo. -Dijo Marto enseñándome la sonrisa que ya sabía, lo caracterizaba. Ahora entendía a sus fans, ¿Cómo no caer rendidas con la música sumado a lo fácil que es querer a estos chicos?

-Claro que iba a estar de acuerdo, ¿cómo no? -dije sarcásticamente mientras tomaba mi bolso y guardaba mi cámara en el escritorio, si iba a pasear prefería evitar cualquier riesgo y de última, sacar fotos con mi celular. Guardé los avances que tenía en el video y lo mismo hice con las fotografías, colgándome el bolso en mi hombro para después mirarlos. -Vamos antes de que me arrepienta.

Salimos de mi oficina y pasamos por el pasillo, me despedí de Nico haciéndole una seña de 'ya hablaremos sobre esto' a lo que solo recibí una risa y elevó sus hombros. Cuando salimos del edificio saqué el cálculo y sabía que estábamos cerca del cerro Santa Lucía, que siempre era atracción a los extranjeros.

-Si quieren conocer lo haremos a mi modo, eh. -Dicho esto comencé a caminar hacia la estación de metro más cercana, sabía que así nos demoraríamos un poco más pero sería mi venganza por el plan de sacarme de mi trabajo sin siquiera preguntarme antes.


Mi nuevo vicio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora