No tengo idea si fue durante segundos o fue solo un roce de labios el que tuvimos pero cuando se separó, solo pude bajar la mirada y quitar mi brazo de sus hombros. Vale, besar daba igual, era normal que dos personas simplemente se besaran porque querían o porque estaban ligando, yo qué sé, pero uno: Estaba siendo besada por Sebastián y dos, no me había desagradado pero tampoco me había encantado la idea de hacerlo.
Después de compartir un -casi beso de monólogo, si es que eso existe en alguna dimensión de nuestro mundo-, Sebastián me bajó de sus brazos y entré al auto cuando quitó la alarma.
-Belén, perdón si te incomodó, yo solo actué porque en serio te veías preciosa y aparte tenerte así en mis brazos fue...
-Déjalo, Seba. Podemos ir a comer ahora y hacer como si nada de esto hubiese pasado, por mi no te acomplejes.
El resto del camino hasta el local de comida rápida fue en silencio y tranquilo, o al menos, eso quería creer. Mientras la Belén en mi interior saltaba de felicidad porque había besado al casi adonis para ella, Sebastian Yatra, mi mente solo discutía en lo que era éticamente correcto frente a estos casos. Tampoco era que Sebastian fuese a ser mi novio a futuro ni nada de eso pero el solo haber compartido un beso... ¿donde nos dejaba? Tampoco es como si yo hubiese hecho algo para hacerle entender que no estaba interesada en que pasara, fui yo quien aceptó la cita y fui yo quién no se separó al instante de sentir los labios de el sobre los míos pero de todas formas la sensación de incomodidad comenzaba a nacer desde mi pecho y solo quería llegar a casa, acostarme en mi cama y no despertar hasta el año 3000.
-Llegamos. -Escuché decir a Seba y solo le sonreí, bajé del auto y caminé detrás de él, sabía que el también estaba incomodo con lo que había sucedido así que esperé hasta estar sentados para poder conversar bien y solucionar esto.
-Hey, Sebastian. -Dije apenas estuvimos sentados en la mesa esperando a ser atendidos. Mañana nos íbamos así que de todas formas no podríamos tener nada.- Yo, en verdad no sé en qué te fijaste en mi ni tampoco lo voy a preguntar, solo quiero que ambos estemos cómodos siendo amigos y que las cosas no se malinterpreten.
-No debería haber hecho eso contigo, Belén, no cuando sé que tu corazón sigue latiendo por una persona que no soy yo.
Y en ese momento fue que comprendí que pese a que mi idea era pasarla bien y quizá sí conocer a más personas, no podría hacerlo si mi corazón seguía latiendo por Simón, pero, ¿salir con gente no era lo que necesitaba para sacarlo aunque fuera un poco de ahí?
-¿Por qué todo tiene que ser tan jodido? -Gruñí apoyando mis brazos sobre la mesa y una pequeña risa se escuchó, a los segundos sentí la mano de Sebastián en mi cabello y elevé apenas mi mirada para poder encontrarme con la suya.
-Supongo que asi es el amor, ¿no? Las grandes historias parten así, bonita.
Pese a que en un momento se me pasó por la cabeza el hecho de que el resto de la jornada se nos hiciera incómodo, no fue para nada así. Entre los mil y un consejos que me dio Sebastián para olvidar a 'Simón Potter' como había tomado la manía de decirle hasta que el estaría ahí si algún día decidía que mi corazón latiera por otro llegamos de vuelta a la casa que sería mi hogar hasta mañana por la noche antes de partir.
-En serio, pese a todo la pasé excelente contigo, Belén, eres una buena chica.
-¿Ya volvió tu cursilería barata, Yatra? -Mencioné riendo mientras caminaba hacia la puerta con Sebastián a mi lado.
-¿Belén?
-¿Sí?
-Vamos a darle una lección a la gente que le gusta meter sus narices donde nadie los llamó.
Bang. Simplemente bang. En un día estaba teniendo por segunda vez los labios de Yatra sobre los mios y la verdad, no tenía ni ganas ni fuerza para discutir por lo que me separé de él con suavidad y bajé la cabeza.
-Ya entenderás, bonita. Pasa una buena noche y que la gira esté buenísima.
Se despidió y desordenó mi cabello con suavidad, esperé a que se subiera al auto y me senté en la entrada, suspirando y escondiendo mi rostro entre mis rodillas. ¿Realmente todo tenía que ser tan difícil o solo era yo quien se estaba impidiendo avanzar? Vale, acostumbraba a boicotearme muchas veces pero realmente esta no era una de esas veces, o eso creía yo. Todo lo que sabía es que necesitaba un cigarro y una cerveza en este momento porque sino, me volvería loca. Y como si las puertas del cielo se abrieran, sentí la voz de Isaza y luego que abrían la puerta, gracias ser todo poderoso que no sé donde estás pero probablemente existes, gracias gracias.
-¿Belén? -La voz de mi mejor amigo me hizo sonreír de costado y con la misma sonrisa volteé a verlo.
-Hola gigante. -Me levanté, limpiando mis piernas y di un pequeño suspiro.- ¿Crees que puedas llevarme a comprar cigarillos y cerveza? Lo necesito.
Y sin decir nada asintió con la cabeza y entró durante unos segundos a la casa para después salir con las llaves del auto en una de sus manos. Si había algo que había aprendido a conocer de Isaza y que amaba, era que pese a su alma de vieja chismosa, no preguntaba si tú no hablabas del tema. Prefería que uno empezara a soltar las cosas antes de que el empezar a hostigar con preguntas, y sabía que él me conocía lo suficiente como para saber que si le pedía cigarros y cerveza, algo pasaba.
Me subí al auto y abroché mi cinturón, Isaza comenzó a manejar a la tienda más cercana que, realmente, no era tan cercana (¡Gracias por decidir tener una casa en medio de la nada, chicos!), por lo que sabía que en algún momento tendría que hablarle de la guerra mental que estaba teniendo y, oh, sorpresa, qué mejor hacerlo ahora, cuando estábamos atascados en el tráfico.
-Gigante, del uno al diez, ¿Qué tan idiota es que mi corazón siga latiendo por Simón? Y me refiero en el sentido de que ni besando a otra persona pueda sacar al cuatro ojos de mi mente, y aunque quisiera arrancarlo sigue ahí, dando vueltas sin que yo quiera.
-Cero, Belén.
-¿Cero? -¿Han oído el dicho la curiosidad mató al gato? Bueno, a mi la curiosidad me podría haber matado en las siete vidas de gato más las siete próximas de mi otra vida como ese felino.
-Cero. ¿Qué tiene de malo aceptar de una vez por todas que te enamoraste de él? ¿Quieres que te sea sincero, completamente sincero? Aquí los únicos que se están poniendo contras e inventando excusas hasta en el baño son ustedes. Se quieren, pueden estar juntos y siguen luchando contra la corriente y separándose cada vez más. Parecen unas jodidas almas en pena, todos los días durante mi tiempo en Chile tenía que verte con una cara de muerta, como si fueras un alma en pena. -Dejó de hablar durante unos segundos solo para arrancar el auto y por fin, salir del tráfico hacia la tienda.- Llegamos acá y tengo que soportar que Simón ande odiando la existencia porque ve a la chica que quiere irse con otro, y ojo, no digo que esté mal pero en serio, en serio, o hacen algo para remediar la maldita situación o con los chicos tomaremos cartas en el asunto y te aseguro que no somos lindos ni considerados cuando tenemos que arreglar algo.
-Pero...
-Pero nada, enana. -Estacionó y me miró.- Te quiero y lo sabes, así que o arreglas esto o lo hago yo, porque no pienso ver como dos de mis mejores amigos se destruyen de esta forma solo por un corazón.
Asentí, aún aturdida con el vomito de información y de palabras que había tenido Isaza y caminé a la tienda, podía apostar que ahora si que sí parecía cualquier cosa menos una chica común y corriente. Caminé por los pasillos tomando algo de comida, cervezas y luego caminé a la caja, pedí mis cigarros y pagué el resto. Me daba miedo volver al auto, era esa sensación de como cuando peleas con tu mamá y luego tienes que volver arrepentida a pedirle permiso para alguna cosa, solo que aquí habían dos diferencias, uno, no existía ninguna discusión, solo el descargo de mi mejor amigo hacia la situación y dos, yo le había pedido el consejo a Isaza antes de su explosión.
Cuando me subí al auto suspiré, dejando las cosas bajo mis pies y emprendimos el rumbo de vuelta a la casa, si bien ahora tenía claro que no era bobo seguir embobada con Simón me había surgido otra duda, ¿seríamos capaces de dejar nuestro orgullo a un costado y solucionar la relación o simplemente nos rendiríamos, una vez más?
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Mi nuevo vicio.
FanfictionElla estaba acostumbrada a esconderse detrás del lente de su cámara. Lo que no sabía es que la costumbre cambiaría al encontrarse con los ojos detrás de las gafas que cada vez que los veía sonreían. El se concentraba en la música como si su vida se...