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A veces podías ser un poco despistada con el tiempo, por lo que te sorprendiste bastante cuando se cumplieron tres meses desde que habías llegado y muchísimas cosas habían ocurrido para bien. Principalmente estaba tu relación con Winston y Ángela, como debían estudiar el comportamiento de tu cuerpo debiste pasar bastante tiempo junto a ellos en el laboratorio u a veces la enfermería, y aunque todavía no tuvieran una respuesta para detener los males en tu cuerpo pudiste desarrollar una amistad apegada con los dos. E incluso habías cumplido tu palabra de pintarle las uñas al gorila y a eso se le agrego Ángela.

Tu relación con Morrison también ha mejorado hasta el punto en el que ya te dejaba vagar sola por algunas zonas, excepto en la sala de entrenamiento y la sala de juntas, aun te acompañaba y entrenaba. Entrenar era otra que te ayudo para acercarte a él de manera competitiva, ya que con el poco tiempo que llevabas como lo era un mes de entrenamiento te desarrollaste bien en técnica. Más aun no lograbas vencerlo.

Habías conocido una pequeña parte del equipo, como lo eran Lena y Reinhardt. Llevabas una buena relación con esos dos, incluso reías antes sus bromas pero cuando eran pesadas se las devuelves peor aún, más sin embargo se llevaban bastante bien. Luego estaba McCree, ese vaquero las primeras veces que interactúo contigo te traba un poco distante pero solo basto una semana más para que luego apareciera de la nada y te diera un gran abrazo llegando a frotar su barba contra tu rostro. Era divertido. Por supuesto que había más agentes dentro de la base, pero esos eran con los que más tratabas durante el día.

Hoy la mayoría iría a una misión y según por el todos los que subían te quedarías con McCree y Gabriel, te dio curiosidad saber porque esos dos no irían esta vez, siendo que ambos eran excelentes acertado disparos. Pero preferiste no meterte en ese tema y una vez que la nave se elevó y se perdió de tu vista diste vuelta a tus talones y empezaste a caminar hacia dentro, rumbo a tu habitación puesto no podías entrar a la sala de entrenamiento y Morrison no estaba presente. Pero te detuviste en seco cuando te abrazaron y sentiste el picor de una barba sobre tu cabeza.

– Hola Jesse – Saludaste tranquila, acostumbrada a sus acciones. Empezando a caminar ahora a pasos cortos, aun siendo abrazada por el vaquero, quien también se desplazaba de manera pausada.

– Hola señorita – Respondió risueño. – ¿Qué harás ahora?

– No mucho, pensaba dormir el resto del día.

– Que aburrida ¿Por qué no vienes a practicar tiro? – Propuso sonriente mientras te soltaba y tú te girabas para verlo de frente. Negase lentamente.

– No puedo, solo puedo entrenar cuando Morrison me acompaña.

– Pero él no tiene por qué enterarse ¿Verdad? – Sonrió de manera picara, incitándote a ir y romper la promesa interna que le habías hecho al soldado.

– No lo sé. – Comenzaste a dudar.

– Y te dejo usar mi arma.

Y ese el incentivo final, tomaste el brazo del castaño y corriste arrastrándolo hacia la sala de entrenamiento. Diste ligeros saltos mientras caminaba hacia la sección de tiro, llevándote las manos a los oídos apenas entraste puesto que se escuchaban las detonaciones de un arma que era bastante estruendosa. McCree rio ante tu acción y tu buscaste al responsable, dando con la imagen de Gabriel empuñando sus escopetas, paro de disparar apenas ustedes dos estuvieron a una distancia prudente de él, aunque sabías que Jesse lo hacía por ti, puesto que a deferencia tu llevabas una lejana relación con Gabriel. Ni siquiera sabias si se podía llamar 'relación'.

– ¿No se supone que solo debías entrar cuando Jack estuviera aquí? – Pregunto serio, observándote y luego al vaquero. – ¿Tú tuviste que ver en esto?

– Tal vez, no lo sé. Ten mi arma – Ignoro por completo a Gabriel y te tendió su revólver, dudaste unos segundos y terminaste sujetándolo con mucho cuidado, aunque sabias que el castaño no sería tan descuidado como para dártelo de una vez sin el seguro ¿Verdad? Lo miraste otra vez solo para asegurarte.

– Esto no terminara bien. – Sentencio para luego seguir disparando a las dianas. Eran bastante ruidosas sus armas, te estaban causando un pequeño dolor de cabeza además.

– Sostenla firme, así y fija tu mirada en la mira – Jesse sostuvo con cuidado tu mano para alzar el revolver hacia la silueta metálica que asemejaba ser un enemigo, fijaste tu mirada en la mira y el castaño retiro su mano de la tuya, dejándote sostener sola el arma. – Ahora aprieta el gatillo.

Y así lo hiciste, tu brazo y parte superior de tu cuerpo dieron una sacudida cuando se detono causando un ligero estruendo en tus oídos. Frunciste tu rostro cuando a tu mente llegaron diversas imágenes de disparos y gritos de personas, pero no eran como los que habías visto durante las prácticas de Morrison o McCree. Estas eran como si tú les estuvieras abriendo fuego hacia diferentes personas, asesinándolas, y eso no te agrado en nada. Por lo que de manera torpe por el temblor en tus manos le devolviste el revolver a McCree. Quien noto tu repentino estado.

– ¿Qué sucede? – Pregunto confuso ante tu repentino cambio, puesto que antes parecías muy alegre y ahora tus manos temblaban.

– No me siento cómoda, es todo. – Respondiste, notando como por detrás Gabriel también fijaba su atención en ustedes.

– Pero solo disparaste una vez y mira ¡Hasta atinaste al centro al primer intento! – Exclamo ahora con una sonrisa, intentando darte ánimos para seguir practicando. Negaste lentamente mientras comenzabas a retirarte, realmente tenías una sensación incomoda por todo el cuerpo.

– Gracias, pero ya debo irme.

Y sin más, te retiraste del campo de tiro, dejando a un McCree confundido y a un Gabriel de igual manera. Aunque no es como que sí realmente le importara lo que te sucediera, por supuesto.

Tú por otro lado ya estabas rumbo a tu habitación, repasando cada parte de lo que habías visto. Estabas segura de que era un recuerdo, no podía ser una alucinación ¿Verdad? No, por supuesto que no, no había razón para alucinar tal cosa por lo que solo podía ser un sueño. Cuando estuviste dentro de la habitación buscaste algo en lo que anotar todo y a la vez lo poco que habías visto. No querías perderlo de tu mente, ya que podría ser una pista a tu pasado.

Algo que te podría ayudar a recordar quién eras realmente. 

Sujeto 2 8 9| Overwatch Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora