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– ¿Saben? No necesitan observarme a cada rato. – Comentaste mientras notaba la mirada atenta de Reinhardt alrededor de la mesa en la que estabas sentada.

– Solo es por precaución. – Escuchaste responder a Reinhardt, quien estaba sentado a un lado mirando alguna cosa en un libro, agradecías que estuviera sentado.

– No tienen por qué hacerlo. Puedo alimentarme perfectamente sola.

– ¡Precaución! – Repitió ahora Lena, mientras acomodaba su saco ocultando la percha sobra su pecho, parecía que iba a salir. Tú querías salir también, no te agradaba mucho la idea de estar siendo vigilada solo por qué estuvieras algo baja de peso, te parecía absurdo.

– Oye Lena, ¿A dónde iras? – Preguntaste levantándote de tu asiento con el plato vacío entre tus manos.

– Iré a comprar algunas cosas, pronto será navidad. – Miraste su rostro sonriente y lleno de vida, su actitud era muy contagiosa. – ¡Les traeré algo a cada uno, vuelvo luego!

Moviste tu mano a despedida como Reinhardt al ver la figura de la castaña salir por la puerta.

Te concentrabas en leer atentamente todas las cartas que enviaba Winston mientras iba a las conferencias con las naciones unidas, acompañado por Ángela, Jack y McCree. Luego de una semana habían logrado llegar a un acuerdo para hacer conferencias privadas con ellos luego de que los sucesos de Rusia salieran a la luz y en todos los medios, haciendo resonar el nombre de la maliciosa organización Talon. Las personas estaban atemorizadas por eso. Todos los líderes pedían una explicación, y ahí es cuando el regreso de Overwatch debía ser planteado. Por supuesto que también quisiste ir con ellos, pero se negaron alegando que preferían evitar por el momento tu exposición en dichos diálogos, si te presentaba como el principal objetivo de Talon por el contenido de tu sangre querrían tenerte en un laboratorio. No iban a permitirlo, claro que no.

Por ese mismo lado todos los agentes que participaron en la misión regresaron a sus lugares, todavía habían armas de Talon repartidas por el mundo y no podían dejar de trabajar en ello. Los únicos que se quedaron fueron Reinhardt, Lena y un apartado Genji. La mayoría del día era tranquilo y algunas risas pero a las horas de comer se volvía un tanto quejoso todo. Cuando te entregaste a Talon a cambio de Jesse tu cuerpo apenas estaba recuperando peso, luego las torturas de Talon lograron retroceder la poca masa que habías recuperado en Santa fe. Estabas por debajo de tu peso normal y eso era una alerta para Winston, quien insistió en que antes de irse deberías recuperar todo ese peso y se fue dejando a cargo a los tres agentes que te acompañaban en el lugar. Los querías pero llegaban a hostigarte.

Desde tu regreso a Londres, luego de haber acabado con la base en Rusia, te habías sumido en melancolía. Te sentías mal; las palabras de Moira hacían eco en tus pensamientos y el hecho de que ninguno de los agentes se cruzara con Reaper, con Gabriel... Él seguía afuera, en alguna parte. Seguramente divagando, ya que si tus suposiciones no eran erróneas, no haría alguna otra cosa al menos que alguien de Talon le ordenara. No estabas completamente segura de ello, pero sabías que debías encontrarlo. Su reacondicionamiento neurológico, o borrado de memoria, tenía fallas; ahora estabas segura de que el hecho de que te salvara aquellas dos veces no había sido parte de alguna orden.

Y por supuesto que tampoco se lo mencionarías a alguien.

Terminaste por recostarte en el viejo sofá, utilizando todo el espacio para estirar tu cuerpo. Levantaste tu brazo y comenzaste a observar con atención las manchas lucidas que aún estaban en tu piel desde hace mucho, producto de los electrochoques que habías recibido. No guardabas rencor respecto a eso.

Sujeto 2 8 9| Overwatch Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora