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Hace apenas unos días que habías tenido aquel destello de memoria, o al menos eso pensabas tú, pero ahora tenías otros más pero mucho más cortos y lo poco que duraban solo mostraban imágenes violentas o inhumanas, pero ninguno te daba pista de un nombre. Y todos estaban anotados en la libreta que ahora utilizabas como diario de recuerdos que guardabas bajo la almohada.

Fuera de eso, todos los que se habían ido a la misión ya habían vuelto, cansados y algunos heridos pero nada agrave por suerte, lo primero que habías hecho al ver la nave aterrizar fue dar un corto abrazo a Winston, y este te lo devolvió con justo señalando que luego de unos días necesitaría tu ayuda con un nuevo intento de aquel escudo que exploto meses atrás. Por su parte Ángela te dio un abrazo y un beso en la mejilla sin mediar palabra. Y finalmente estaba Morrison, él solo sacudió tu cabello y siguió de largo. Tampoco esperabas mucho.

Esta mañana estabas en la cocina, desayunando sola, puesto que todos decidieron al parecer seguir durmiendo de largo y tampoco querrías ir a despertarlos, las misiones podían exigir realmente mucho. Mientras comías repasaste un poco lo que habías escrito en la libre pero no avanzabas más allá de la sangre y los gritos de personas de rostros borrosos. Como un callejón sin salida. Considerabas de primera opción la ayuda de Winston, puesto que tenías mayor confianza con él, pensarías primero como pedirle ayuda.

Quitaste la vista del plato cuando viste una silueta por el rabillo del ojo. Giraste un poco y era Gabriel, no tenía buena cara (Como la mayoría de día), y estaba refunfuñando cosas mientras que caminaba hacia nevera y sacaba algo para luego sentarse a una silla de distancia de ti. Sonreíste un poco cuando tomo una caja de cereal y la vacío en su plato, lo divertido es que era el cereal de Lena, por lo que tenía muchos colores vivos y alegres siendo completamente lo contrario al rostro y las vestimentas oscuras del moreno. Te miro unos segundos antes de poner una cuchara en su boca.

– Buenos días. – Dijiste mirándolo un momento.

– Ah, sí. Buenos días, aja. – Respondió este a secas. Pocos segundos después se escucharon unos pasos por el pasillo antes de que la imagen de Jesse con el pelo revuelto apareciera.

– Buenas, oye, ¿ese no es el cereal de Lena? – Señalo con su mano la caja que yacía sobre la mesa al lado de Gabriel.

– No me importa. – Respondió esta vez con un gruñido, para seguir comiendo.

Te levantaste de la silla una vez que terminaste, dejando a ambos morenos comer solos. No compartías muchas con McCree desde tu cambio de actitud en la sala de tiro, y por tu parte también lo habías notado extraño, ya que ahora resultaba que hacia misiones nocturnas con Gabriel y Genji, esos dos últimos veías su actitud solitaria como algo normal pero el Jesse era más notable. Pero como en muchas otras veces, decidiste no meterte en el asunto y silenciar sobre el tema.

Te dirigiste en silencio hacia el laboratorio, teniendo ya las palabras para pedirle ayuda a Winston, sabían que a estas horas ya estaría despierto. La puerta del laboratorio se deslizo dejándote paso y te sorprendiste un poco al encontrar a Winston y Morrison, ambos estaban sentados al parecer, esperando. Entraste por completo en silencio. Pero decidiste ser directa.

– Espero no interrumpir Winston, pero quería pedirte un favor.

– Para nada, de hecho también debíamos hablar sobre un tema. – Señalo la silla en frente de ambos, por lo que sin mirar mucho te sentaste. – Tú no tienes recuerdos, eso nos quedó claro y tampoco encontramos papeles en la base, por lo que las opciones para obtener información solo se limitan a una forma.

Sujeto 2 8 9| Overwatch Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora