20

881 86 14
                                    


Tú vida se resumía en palabras: problemas familiares, ruina, asesinatos, secuestro y laboratorios. Te habías dado cuenta de esto hace tiempo, mientras escuchabas como había sido la vida de algunos antes de volverse agentes.

– ¿Cómo era antes de...? Ya sabes, eso. – escuchaste preguntar a Mei, sabias que limitaba sus palabras por miedo a herirte sin intensiones. Y agradecías que lo intentara.

– Bueno, ya ustedes lo saben. – respondiste calmada, observando las burbujas en tu vaso. Apenas y habías tomado un trago desde que terminaste en la mesa.

– Creo que Mei intenta preguntar cómo eras antes de ser mercenaria, (Tn). – hablo Ana, a lo que Mei solo te dio una mirada a modo de disculpa.

– No tienes por qué decirlo si no quieres. – dijo por lo bajo.

– Está bien. – respondiste aliviando el rostro de Mei y quitando la tensión del lugar al mostrar una sonrisa. Todos en la mesa fijaron la atención en ti, incluso Genji. – Provengo de una familia de campo, cosechábamos papas, zanahorias... en su mayoría era tubérculos. – quitaste importancia a esa parte moviendo tu mano. – Vivía con papá y mis hermanas.

– ¿Hermanas? – notaste un brillo en los ojos de Jesse.

– Si, dos hermanas mayores. Eran muy ruidosas.

– ¿Y qué paso con tu familia? – tragaste saliva ante la pregunta de Lena, borrando tu pequeña sonrisa.

– Están muertos. – Las sonrisas de los demás se extinguieron como la tuya al oír esa respuesta. Descolocados, por supuesto que no eras la única que había perdido a alguien, o a toda tu familia. No podías ser la única con familia muerta. Sonreíste un poco dejando de lado el vaso. – Descuiden, paso hace muchos años ya.

No te afectaba el tema, para nada. Sí, tuviste buenos recuerdos con ellas y la noticia de su muerte de tomo por sorpresa pero habías aprendido a dejarlos ir. Te levantaste del asiento.

– Creo que me retiro. Buenas noches.

Te retiraste por el pasillo hasta el jardín, ni siquiera te quitaste las botas del uniforme; no tenías intensiones de venir a distraerte. Venias a repasar todo lo que habías dicho hace dos días en el laboratorio de Winston; no planeabas seguir operando luego de acabar con el sujeto. Le habías comentado eso a la pareja de científicos frente a Morrison tu petición con calma.

– ¿Criogenizarte?

– ¿Por qué pides una cosa así (Tn)? – miraste por un momento a Morrison.

– No es seguro que siga activa luego de terminar mi misión. – respondiste seria.

– Lo dices como si fueras una máquina – comento ahora Winston, arrugando su rostro.

– No soy una máquina, pero mi sangre es el riesgo. – dijiste – Tu mismo dijiste que tenía la capacidad de regenerar heridas y que estaba imperfecta. También dijiste el riesgo que representaría si personas como Talon lograban capturarme otra vez.

– Pero las probabilidades de que Talon te capture son reducidas, ¡además todos podemos protegerte! – negaste ante el canoso.

– Talon ya logro acabar con una sede de BlackWatch, Morrison. No faltara mucho para que logre llegar hasta aquí y espero que eso no ocurra. – habían asesinado a muchos y mandados a otros al hospital, incluido Gérard. – Por favor, piensen en todos, ¡Piensen en el futuro y como ayudaría a muchas cosas más!

– Está bien. – acepto al fin el canoso, pasado luego de varios minutos. – ¿Cuando quieres que se haga el proceso?

Ese día dejaste en claro lo que querías; serias criogenizada luego de terminar con Antonio. No sería dentro de mucho, o eso esperabas, solo debías esperar la orden de Gabriel y partir para apresarlo. Y aunque tuviera contactos que lo sacaran de igual manera no desaprovecharías la oportunidad de saldar cuentas y quizás hasta conseguir la dirección de las otras bases. Entonces tu dicha se extendería más.

Giraste tu cabeza cuando escuchaste pasos en el pasillo a tu espalda; Gabriel solo hizo un movimiento con su cuello para que lo siguieras en silencio, parecía molesto aún pasado dos días desde que Gérard había ingresado a enfermería. Pero lo entendías, estaba afectado por la situación. Frunciste el ceño cuando al llegar a la habitación correspondiente de la división, BlackWatch, notaste que Genji y McCree ya estaban uniformados y equipándose para salir de misión. No te habían informado de alguna otra misión que no fuera dar con la captura de Antonio, más esa estaba en la espera de la autorización de Morrison hasta donde tú estabas informada.

– ¿A dónde iremos? – preguntaste dando fin a tu andar, observando al moreno.

– A Venecia. – respondió tosco, cargando sus escopetas. ¿Venecia? Irían a por Antonio, ¿Cuándo habían autorizado la misión? ¿Por qué nadie te aviso?

– ¿Por qué nadie me informo que el comandante dio la autorización? – preguntaste ahora descolocada ante tal acto, cualquier misión a la que se te asignara debía previamente informada.

– Porque no la autorizo, no oficialmente.

– ¿Entonces iremos a por Antonio sin autorización? – cuestionar las acciones que tomaba Reyes no era que hiciera a menudo, pero era repentino, debías hacerlo en estas situaciones. Mantuviste tu bardilla en alto aun cuando Gabriel se acercó a ti envuelto en seriedad.

– ¿Quieres terminar con esto? ¿Llegar hasta Talon? – frunciste nuevamente tu rostro para finalmente bajar la cabeza. Por supuesto que querías eso. Gabriel entendió tu acción y te entrego en brazos el uniforme que en algún momento había tomado. – Alístate.

Avanzaste en silencio hacia el costado en donde estaba un casillero con tu apellido grabado sobre una placa, te lo habían asignado por razones de orden, aunque prácticamente no tenías mucho que guardar ahí. Quitaste las prendas superiores del uniforme azul de Overwatch quedando en guardacamisa y te metiste en el uniforme oscuro. Terminaste ajustando las botas y abrochando los seguros del chaleco. Saliste de vestidores llevando el arma en brazos hacia la nave en la que ya estaba Gabriel afuera, aunque hablaba con una mujer de cabello rojizo. Tenía un traje oscuro con la insignia en su hombro pero en su espalda habían un contenedor que desplegaba tubos por encima de sus hombros. Terminaste acercándote en silencio sin apartar la mirada de ese contenedor con liquido purpura.

– Tú eres (Tn). – comento ella, tu tono de voz eran tranquilo. Extendió una de sus manos hacia ti, mostrando dispositivos sujetos a esta. – Dra. Moira O'Deorain. Genetista.

– (Tn) Edevane. – estrechaste su mano firme. Sus manos estaban frías. Miraste a Gabriel esperando una respuesta a la presencia de la pelirroja.

– Moira nos acompañara en misión esta vez, nos brindara apoyo. – aclaro el moreno a un lado de Moira. Parecía bastante confiado ahora. – Suficiente charla, suban ahora.

Subiste sin más esperar al interior de la nave sentándote a un puesto de Jesse, este solo te dio una mirada rápida y luego ocultó su rostro cubriéndolo con su sombrero. Miraste hacia donde estaba ahora sentada Moira y te incomodo bastante su sonrisa y mirada; era como el misterio y la intriga perpetua. Apartaste tu mirada al suelo concentrándote en que pronto llegarías a alguien que te daría información sobre Talon.

Sujeto 2 8 9| Overwatch Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora