Sujeto 2 8 9| Overwatch Y Tu

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Hiciste un esfuerzo por no desmayarte estando de cabeza, teniendo las piernas y manos amarradas y con una máscara de oxígeno atada tras la nuca; y como toque especial, estar metida en un tanque de agua trasparente. Podría sonar fácil pero aguantar era una verdadera tortura, era agobiante la sensación de estar atada y sumergida en agua porque claramente tus instintos te decían que nadaras hacia la superficie. Cosa que por obvias razones no podrías cumplir. Te quejaste de manera interna al recordar nuevamente la poca ropa que llevabas y lo fría que estaba el agua.

¿Por qué estabas en un tanque de agua semidesnuda? Bien. Luego de varios intentos al fin habías logrado tomar desprevenido a uno de los guardias y atacarlo con todas tus fuerza y lo que te permitían las cadenas. Estabas orgullosa de que para cuando lograron detenerte al hombre le faltaba un dedo y estabas segura de haberle roto el antebrazo. Solo lamentabas no haber sido veloz y haberlo asfixiado. Habías descargado gran parte tu rabia al menos, más acumulabas el resto para los jefes principales de Talon.

Tus recuerdos fueron interrumpidos cuando una alarma se empezó a escuchar, opacada ante tus oídos por el agua, junto con una luz roja por todo el lugar. Algo ocurría y solo pensabas en una cosa, en el rastreador que habías implantado en tu propio cuerpo. Una de las puertas metálicas se abrió de manera estruendosa dejando ver a múltiples agentes uniformados de Talon con las armas cargadas, uno de ellos se acercó y bloqueo el suministro de oxígeno de tu mascarilla, haciendo que al momento la misma se desabrochara y cayera a una parte del tanque. Empezaste a revolverte puesto que retenías tanto oxígeno en tus pulmones. Escuchaste un sonido opaco y pocos segundos después el tanque se abrió a la mitad, dejando salir de golpe toda el agua y permitiéndote respirar con dificultad mientras tosías. Dos de ellos se acercaron mientras uno quitaba los seguros de tus pies, pensaste en golpearlos una vez los hubiera abierto y escapar pero tu idea se esfumó en cuanto el otro golpeó varias veces sin piedad tu abdomen. Debilitándote. Tu cuerpo cayó estrepitosamente al suelo haciéndote gemir de dolor.

– Si serán hijos de puta. – Gruñiste mientras ambos te levantaban y empezabas a ser escoltada por ellos entre los largos y oscuros pasillo que eran iluminados por momentos por la luz roja de la alarma.

(...)

Una gran cantidad de antiguos agentes de Overwatch se encontraban reunidos por parte a los alrededores de un viejo conjunto de edificios vacíos y grisáceos por el tiempo junto con una pequeña cantidad de nieve sobre ellos. El rastreador los había llevado hasta Rusia, fuera de las zonas civiles, hacia las zonas industriales donde se hallaban la mayoría de las primeras fábricas de Ómnicos que fueron desmanteladas al final de la crisis. Jack, quien hasta ahora había mantenido la cabeza gacha, frunció el ceño al recordar algo que tú mencionaste una vez; cuando te preguntaron por el posible paradero de una base de Talon. Mencionaste que una vez lograste ver nieve, pocos lugares caía nieve y tenían la posibilidad de tener alguna base cerca. Ángela se acercó por detrás teniendo su traje blanco de valkiria, tenía su nariz algo roja por el frío que recibía.

– Winston tiene todo preparado. – Dijo simplemente, con voz calmada mientras apretaba el bastón entre sus manos enguantadas.

– ¿Sabes lo que ocurrirá después de esto, verdad? Las leyes de Petras... – Comento de vuelta, sin apartar la mirada de los edificios.

– Ellos entenderán Jack; cuando sepan por qué lo hicimos entenderán. Les interesa el bien de la humanidad. – Respondió apenas, confiada en la verdad que otros verían.

Ninguno dijo otra cosa más, más el canoso mantenía su ceño fruncido, lejos de estar relajado. Puesto era una operación de Overwatch con muchísimos agentes que podrían ir a la cárcel por ley al haber vuelto; pero lo hacían por el bien común. Todos y cada uno habían sido informados de que tan valiosas eras y que debían hacer cualquier cosa para asegurarse de que salieras de esa base con vida. Todos se arriesgaban. Era más que obvio que cuando se hiciera la batalla las fuerzas rusas advertirían a las naciones unidas de su presencia en el país. La mayoría contaba con que saldrían rápido de ahí, cosa que también era poco probable.