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Tu cuerpo salió despedido hacia un muro luego de que una granada estallara sin poder evitarlo cerca de ti, aturdiendo y dándote un dolor en toda la espalda. Una bala salió disparada hacia ti por un soldado enemigo pero fue enviada a otro sitio cuando el escudo del alemán se colocó en su trayectoria hacia ti, este se encargó de dicho soldado y luego se apresuró a llegar hasta ti. Oprimiendo la herida en tu pierna que sin saber cómo habías recibido en algún punto. ¿Cómo habías terminado en esa situación?


Luego de la reunión con Gérard y Gabriel las alarmas del lugar comenzaron a sonar por todos lados. En las pantallas del lugar comenzaron a verse imágenes de como varias ciudades en Reino Unido eran atacadas por agentes con uniformes pertenecientes a Talon. Quisiste dar apoyo pero Morrison te pidió quedar como reserva para evitar el menor riesgo de que te capturaran así que aceptaste a regaña dientes, quedándote sola en la sala de conferencias donde las grandes pantallas mostraban todo lo que pasaba en diferentes encuentros, movías nerviosamente tus pies al ver que en algunos momentos todos se escapaban u atacaban a duras penas. Te levantaste de tu haciendo luego de ver como después de media hora, más ejercito de Talon seguía llegando. Definitivamente necesitaban ayuda.

– ¡Necesito un vehículo, ya! – gritaste a los encargados del hangar, luego de haberte puesto el uniforme azul de Overwatch. Tomaste las municiones de la primera arma que viste y las pusiste en los bolsillos de tu chaleco anti balas.

– ¡Por aquí! – te indico un ayudante, señalando una nave que al parecer estaba por salir con refuerzos. – La llevara junto con los demás a Reino unido, Morrison estará ahí.

– Eso es suficiente para mí. – Reino unido era uno de los que más concentración tenía. Apretaste el botón para subir la rampa e indicaste al piloto que partiera de inmediato.

Luego de lo que te pareció una eternidad el piloto aviso que descendería en un lugar apartado. Al estar más cerca de la rampa fuiste la primera en ver y asegurar el área para que otros también bajaran. Con arma en mano hiciste una seña y todos bajaron estando atentos a cualquier lugar. Podías escuchar perfectamente el eco de las detonaciones múltiples a lo lejos. El grupo comenzó a andar contigo de cabecera hasta que se encontraron con un grupo pequeño de talón. El encargado del escuadrón hizo una seña hacia ti.

– Dispararemos cuando tú lo hagas. – susurro a tu lado, poniendo su rifle en alto para apuntar a alguno.

Asentiste poniéndote en posición y disparando hacia uno de ellos, los demás cayeron segundos después y el líder indico seguir adelante. Pasaron unas cuadras más antes de encontrar a otro grupo, un poco más grande.

– A este paso llegaremos muy tarde – dijiste estando al lado del líder. –, mi objetivo es llegar al centro, los agentes de haya necesitan más apoyo.

– Si te crees capaz de llegar hasta allá adelante, nosotros intentaremos tomar los alrededores. Ve por los callejones o los techos si puedes. – y dicho esto corriste hacia otra dirección burlando los grupos grandes de enemigos o si podía deshaciéndote de algunos despistados rompiéndoles el cuello.

Supiste que habías llegado a tu objetivo cuando el número de soldados aumento notablemente. No hacía falta mencionar el deplorable y catastrófico estado en lo que estaba todo el lugar. Te aseguraste de acabar con dos más y arrastraste los cuerpos lejos de la vista de alguien. Tomaste uno de los comunicadores de un soldado y prestaste atención a las conversaciones, seguiste corriendo entre callejones hasta llegar al lugar en donde se suponía que tenían acorralados a los agentes de Overwatch en un edificio. Y efectivamente estaban en problemas, una gran grupo de enemigos abrían fuego a lo que parecía ser uno de los escudos que habías estado reparando con Winston tiempo atrás, reconociste el rostro fruncido de Morrison entre el humo que producía los pequeños incendios en todo el lugar.

– Piensa, piensa, piensa. – repetiste mientras veías por todo el lugar algo que te pudiera ayudar, porque era obvio que no podrías con tantos blancos, sonreíste cuando viste un auto en condiciones para rodar. Agradeciste que aun tuviera las llaves y lo encendiste, pusiste traba al volante y diste marcha haciendo que empezara a andar a una velocidad considerable por sus espaldas. Cuando estuvo lo suficientemente cerca abriste fuego hacia el auto, provocando que estallara y los mandara lejos.

Te acercaste lo suficiente al escudo cuando acabaste con los soldados restantes y agonizantes.

– Dije que te quedaras.

– Oh de nada Morrison. Le acabo de salvar la vida a parte de tú equipo.

– No utilices ese tono conmigo. – susurro amenazante. – Desobedeciste una orden, sabes lo peligroso que es el hecho de que tú este aquí ¡Talon tienen tus ojos en ti y vienes hacia ellos! ¡Es una locura!

– Vine hasta aquí porque ustedes estaban en problemas, además puedo manejarlo hasta que acabe.

– Creo que ya es suficiente – escuchaste hablar a Ana. Acercándote a ustedes dos mientras mantenían expresiones molestas. –, necesitamos todo el apoyo posible Jack. (Tn) se quedara.

Tiraste el cartucho del arma lejos cuando se acabaron las balas. Hace mucho tiempo que habías tomado como recurso el utilizar las armas de los agentes muertos de Talon. Luego de los parecía dos horas Overwatch parecía estar recuperando terreno, los agentes de reserva se habían encargado de retirar a los pocos civiles que quedaban en los edificios. Terminaste yendo junto a Reinhardt y un grupo de soldados rasos, los cuales aprovechaban el escudo para abrirse paso; por tu parte terminaste escalando los tejados y deshaciéndote de los tiradores que pretendían quedarse ocultos en las sombras, aunque igual bajabas cada cierto tiempo para ayudar y volvías a subir. Bajaste te los tejados cuando notaste que ya no quedaban enemigos en el área.

– Creo que han sido todos. – comentaste una vez que llegaste al lado de Reinhardt, quien se mantenía delante de los rasos atento. – ¿Para qué crees que hicieron todo esto?

– No lo sé. – contesto – Quizás intentaban tomar control de la ciudad. Pero de cualquier manera no permitiríamos tal cosa. – se giró a observarte con una pequeña sonrisa, confiado en sus palabras, no te molestaste en evitar que se te contagiara su expresión.

– Nos han pedido dar apoyo en las afueras. – escuchaste decir a tu costado, perteneciente al cabo. – Nosotros partiremos de inmediato, señor.

– Está bien, nosotros iremos junto a los otros.

Tras decir eso te quedaste viendo por un momento ellos iban marchando hacia las afueras, luego seguiste el paso del alemán camino a la posición de los otros agentes. Realmente ninguno quería entablar conversación; no era el momento ni lugar. Estaban a solo unas cuadras cuando escuchaste el sonido de algo metálico contra el suelo a tus pies, bajaste la cabeza para ver pero quisiste gritar más la granada te cegó al igual que a Reinhardt, haciendo que entre tambaleos se separan siendo rodeados por un grupo de enemigos que habían estado esperando entre las sombras que ustedes bajaran la guardia. La primera reacción de Reinhardt aun estando cegado fue activar su escudo pero por tu parte no tenías uno por lo que recibiste una bala sin darte cuenta por la adrenalina en tu pierna. Cuando el efecto de la granada cegadora desapareció y pudiste ver nuevamente apartaste tu cuerpo a un costado evitando el golpe que prendía darte uno de los soldados.

Tomaste su brazo y diste vuelta lanzándolo contra el suelo y pisando con fuerza su cuello. No eran apenas más de ocho y parecían estar agotados, ¿por qué arriesgarse de tal manera? Abriste fuego contra tres de ellos mientras que Reinhardt arremetía contra los otros gritando cosas. Por un descuido recibiste un golpe con la culata de sus armas en el abdomen dejándote sin aire, aprovecharon dicho descuido y lanzaron a tus pies esta vez una granada explosiva que lanzo tu cuerpo hacia un muro.

Así fue como llegaste a este punto de estar semiconsciente.

– ¡Esos bastardos! Responde Edevane – dijo Reinhardt, presionando con su mano la herida en tu pierna. Por esos momentos de agite había olvidado por completo la explicación de Winston sobre cómo funcionaba tu cuerpo respecto a heridas, mostrando su rostro lleno de preocupación ante tu capacidad para responder a sus llamados.

– Estoy bien... – respondiste a duras penas, pasando una mano por sobre su armadura. Trayéndole así paz a su cuerpo. Pero por tu parte no hacías más que contener un alargado gemido de dolor debido a todo el malestar que sentías en tu cuerpo al ser alzada por el agarre del robusto. – Vayamos por los demás y acabemos con esto.

Sujeto 2 8 9| Overwatch Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora