* * *
Zahir¿Pedirle que se quedará?, ¡Carajo!, le rogué a esa mujer hasta mas no poder. Casi me le arrodillo, si no hubiera estado sentado, lo hubiera hecho. Así como decía ella…. mariquismo. Pero creo que ella vio mi desesperación al pedirle que se quedara, así sea unos días, más cuando le dije que no tenía que dormir conmigo, ni verme seguido, realmente iba a respetar su espacio. Y no le quedó más que aceptar y ella misma tenía razón. ¿A dónde más iría?
Ella solo nos tenía a nosotros.
Nosotros solo la teníamos a ella
¡Yo!, Zahir Corvis estaba violando cada una de mis reglas, mis ideales etc... Estaba siendo un blandengue.
Eso diría cualquiera
¿Yo?, yo simplemente dejé de ser un maldito idiota, para mejorar y ser quien ella necesitaba en estos momentos.
Sabia de dinero, de negocios, de sexo, de placeres, de ego, de poder. Cuando Venus llegó a mi vida, yo solo pensaba en que me tocaría criar a una niña de 16 años. Enseñarle muchas cosas.
Pero fue lo contrario; aquella mocosa como la llamaba yo, me había enseñado cosas que absolutamente nadie me había enseñado: humildad, fuerza, respeto y absolutamente muchas cosas más.
Ahora, miraba al mujeron que estaba mirando las cosas en el estante, entretenida. Tenía unos tacones altísimos botines que le estilizaban las piernas fornidas, estaba vestida con un jean azul claro que le resaltaban las curvas, un suéter manga larga, que era cuello de tortuga blanco. Se veía elegante magnifica, tenía un alto moño en la cabeza y llevaba una cartera de mano blanca. Cuando la vi bajando por las escaleras no podía dejar de verla, incluso la manera en como estaba maquillada era elegante y magnifica.
Ella no caminaba, parecía que danzaba de una manera elegante, su manera de hablar, de expresarse. No era mi Venus, pero esta Venus me tenía hipnotizado. Más no enamorado como la ordinaria y peleona con la que me había casado.
Que irónico toda la vida siempre estuve un fetiche por las mujeres elegantes e imponentes. Ella fue todo lo contrario y aun así terminé amándola. Conocí demasiadas mujeres, el sexo fue majestuoso y experimentando. Pero ella simplemente con su inexperiencia terminó llenándome como nadie.
Y entonces... estaba embobado admirándola, hasta que ella se giró a verme y las mejillas se le pusieron rojas, ella abrió los ojos en par y se volvió a girar, solo pude sonreír.
Ella siente algo por mí, así ni sepa quién soy...
— ¿Qué te parece? — dijo señalando la vitrina de vidrio y se giró a verme. Me quedé en el aire.
¿Ah? Mi vista bajó a la vitrina, donde había un magnifico vestido rosa con dorado de tela de seda y armazón era grande como las princesas que veía Giss.
— Me gusta. — admití y ella asintió con la cabeza. Ella solo me miró, me miró y cabeceó para ver de nuevo el vestido. No se veía convencida. Los ojos de la gente pasaban de ella a mí, aun cuando siempre estaban acostumbrados a vernos juntos, ellos estaban anonadados con Venus. — Aunque veo que a ti no...
— es que ella es muy inquieta. — Sé que hablaba de Giss, me sorprendió el hecho de que en pocas semanas, la presencia de Venus en la casa había cambiado absolutamente todo y eso conllevaba a Giss. — Me da miedo, que corriendo tras de ti, se enrede y caiga. — musitó y soltó negando. — Mejor otro.
— compra ese. — Dije cansado, luego de visitar la quinta tienda en el dia. — Giss solo corre detrás de ti. — Ella se mordió el labio con algo de brusquedad. Venus podía olvidar su nombre, su origen, su pasado, pero sus gestos, sus malas caras, su risa, su carácter, no desaparecían. Era nostálgico y atrayente.
— Corazón. — Le musitó a una de las vendedoras que la miraban embobada. — Quiero este, la talla es de 14 meses.
— Gissel es de 12. — Rechiné.
— Pero es muy alta y gorda. Le va a quedar todo pegado y corto abajo. — Me respondió con rapidez. — además es demasiado costoso. Lo perderá en una semana. — Y por primera vez alguien le compraba ropa a la bebe sin traerla o equivocarse.
— 14. — Le dije a la chica que nos empacó la ropa en una bolsa y se la entregó a ella. Venus se quedó esperando que pagara y rodé los ojos acercándome a ella y susurrándole le dije. — Tenemos beneficios. No pagamos jamás. — Le susurré bajo y esta se giró a verme sorprendida.
— Oh... — fue apenas lo que pudo decir.
Ella recibió la bolsa y ambos salimos de aquella tienda, al alzar la vista lo primero que vi fue a Keila que iba de paso y se quedó fría al ver con quien iba acompañado. Absolutamente nadie sabía que ya Venus estaba despierta, los que sabían era porque se la habían topado. Los ojos de Keila escanearon de arriba abajo a Venus, casi que impactada. No podía creer lo que veían sus ojos. Vi de reojo a Venus que se dio cuenta como aquella mujer la veía y la vi hacer una mueca y desviar la vista caminando hacia el otro lado, eso sí... no sin antes por primera vez desde que llegó tomarme de la mano y jalarme con ella,
¡A la mierda!, aquella mujer me llevaba casi que a tirones lejos de Keila y yo no podía ver mi asombro. Se detuvo ya cuando estábamos bastante lejos y cerca de donde habíamos aparcado.
— Pensé que compraríamos los zapatos... — le dije cuando la vi abrir la puerta del auto.
— se me quitaron las ganas. — Dijo con voz seca. Estaba encabronada, como decía ella arrecha.
Una vez que nos montamos aquella mujer ni volteó a verme, se mantuvo callada todo el camino. Yo solo no podía entender lo que pasaba. Sera que la presencia de Keila le había hecho recordar algo. Necesitaba preguntárselo.
— ¿Que te sucede?
— ¿Debería sucederme algo? — respondió en seguida, mirando por la ventana.
Dios cólmame de paciencia que aún sigue teniendo el don de exasperarme.
— No. Pero tu actitud lo dice todo. — gruñí.
— No me sucede nada...
— ¿Recordaste algo? — pregunté directamente y ella se giró a verme.
— ¿Por qué me preguntas eso?
— No lo sé, quiero saber qué pasa.
— Nada.
— Maldición... — siseé y me giré viendo la ventana, ya mal humorado. Cuando entramos a la mansión la vi removerse inquieta.
Una vez que se detuvo en la mansión, se bajó en seguida, ni me esperó. Tras de ella iba yo, hecho un ogro, como siempre. La vi abrir la puerta y tenderle la bolsa a Ly con quien estaba llevándose más, luego tomó a Giss en sus brazos y le dio un beso. En seguida la ojitos grises luego de saludar a su madre, me buscó con la mirada encontrándome y tirándose sobre mí.
— ¿Por qué estás tan molesta? — Le preguntó en seguida Ly, conociéndola tan bien como yo.
— Pregúntale a este. — Dijo señalándome apenas. — que casi se le salen los ojos hoy viendo a una zorra, que no dejaba de vernos. — Dijo en mal tono y se fue directo a las escaleras. Me quedé estático al oírla y Ly me soltó un golpe directo al hombro.
— Zahir...— se quejó cuando venus no estaba.
— Era Keila, pero no la miré por gusto. — le dije en seguida.
— la vistes, por la reacción al ver a Venus. ¿No? — preguntó y asentí sonriéndole a Giss que me jalaba el cabello. — porque ahí donde va... los celos se la están comiendo y te aseguro que no recuerda a Keila, porque mínimo la hubiera desarmado como un lego.
— celos... — dije sonriendo y Ly negó divertida. — Celos... — le solté un sonoro beso a Giss que simplemente soltó una carcajada. — Si mamá esta celosa es porque le gusta papá.
— ¿Gustarle? Esa mujer no te recordará pero eso no evita que no siga enamorada de ti, nada más cuando estas cerca se pone como gelatina. — Nos interrumpió Alexa. Y mi sonrisa se ensancho.
Muy alegre y todo pero esa fiera, no volteo ni a verme en el transcurso del dia. Por más que la busqué ni una palabra decía. Solo se limitó a andar con Giss, jugando en la piscina hasta tarde y el resto de la noche viendo televisión con ella, hasta que la durmió y la dejó en la cuna, en mi habitación.
Estaba muy muy.... molesta.
Esa misma madrugada...
Sentí la puerta abrirse y un leve rayo de luz asomarse por la habitación, me removí inquieto y abrí un ojo. Alguien estaba en la habitación, al girarme la vi. Apenas con un camisón blanco transparentes, y el cabello suelto. Ahí estaba ella, sin un rastro de maquillaje, sin ropa interior. Vi embelesado sus pezones rosas que sobresalían por la camisa y al ver que no tenía panty, en seguida se me alborotó el cuerpo, ella traía una almohada debajo del brazo. Se rascó el cuello inquieta y sonreí palmeando aun lado de mí. Vi de reojo a Giss sumamente dormida.
— ¿Puedo dormir aquí? — susurró bajo para no despertar a la niña. — No puedo dormir. — Vi la hora y eran las 3:00 am.
— Ven aquí mocosa. — Le susurré y la vi caminar hacia la cama.
— Bueno...
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Venus (COMPLETA)
RomansaSinopsis Un matrimonio negociado... Un hombre millonario, poderoso y peligroso... Un contrato de por vida... Una mujer de armas tomar... Con lo que Zahir Corvis, no contaba, era que su esposa Venus aparte de darle dolores de cabeza por sus actitudes...