capitulo 28 - Familia

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Nervios... los nervios me carcomían en aquel restaurante. Tenía tantas dudas, tantas inquietudes, tanto odio, odio por ser la última en enterarme y aunque en momentos así quería matar a Zahir, realmente el hecho de tomarse los cojones de decirme la verdad era signo de que estaba guardándoselo por mi bien y hasta que creyera que estaba bien del todo.
Me removí inquieta y la mano de zahir estaba en mi muslo apretándolo, era para apaciguarme pero realmente nada podría tranquilizarme. Hasta que la vi entrar y el estómago, el cuerpo y la mente todo se me pasmó.

"Uno debe ser su propio héroe"

Sentí los ojos llenárseme de lágrimas y disimulé con rapidez, no quería que ella lo notara, me llené de fuerza y paciencia. Detallándola, era una mujer canosa, tenía el cabello corto, pero aun así el rostro lo tenía iluminado con unos magníficos ojos
Azules cielo, seguía siendo pálida de piel, aun las pecas le reinaban en el cuerpo.
Ella aun ante las arrugas, la edad y el tiempo era una mujer hermosa. Agradable a la vista y desprendía elegancia. Ella se quedó estática en medio del restaurante y supe que me había reconocido sentada en una de las mesas. Ella aun me recordaba y un rayito de alegría me iluminó el alma. Zahir tenía entre sus piernas, sentada a Giss quien jugaba con una servilleta y fue lo que ella se quedó embelesada mirando. Estaba siendo escoltada por Cley. Y solo pude pensar en Michael.
Uno nunca termina de conocer realmente a las personas.
Ella siguió caminando hasta mí y cuando llegó simplemente rodó la silla, sentando aun lado de mí estaba Zahir, al otro lado la madre de él, quien había conocido poco, pero era una mujer magnifica que me tenía encantada. Una parte más de Zahir que no sabía y ahora conocía.
Esta me sonrió con aquella hermosa sonrisa y yo sentí mis ojos llenarse de lágrimas, sin poder evitarlo, sentí la mano de zahir tomar la mía.

— Estas más hermosa de lo que pensé encontrarte. — me dijo con voz suave y cerré los ojos ante los recuerdos, incluso que había olvidado, por el dolor que me causaban. — Pero no tan linda como ella. — Sonreí al abrir los ojos y ver que se refería a Giss. — tiene los ojos del papá. — dijo llamando la atención de la niña, con la mano.
— tengo demasiadas preguntas. — musité con voz baja. — Necesito saber que pasó...
— Tranquila Venus, tenemos toda una vida para hablarlo. Porque no me iré más, hija.

Los vicios, la sed de dinero y de poder cegaron a Michael, quizás el hecho de saber que la debilidad de los hombres era la carne, lo llevó a pensar que la mujer que tenía como mi madre, o como yo éramos su boleto para ser millonario y poderoso. Sin importarle lo que sintiéramos ante ello. Obligó a mi madre a acostarse con distintos hombres para conseguir propósitos para su bien y cuando creyó que ella no le servía más, por su resistencia a seguir, decidió asesinarla. Lo que Michael no sabía era que ella, era una mujer extremadamente prodigiosa e inteligente, incluso más que él, casi que ella misma planeó su muerte para poder librarse de las garras de Michael, lo único que no logró conseguir fue una manera de sacarme de la mansión y que él no sospechara que estaba viva.
Usó una mujer idéntica a ella que había muerto y la quemó, así que fue sencillo que Michael creyera que era ella y saber que su asesino había hecho el trabajo bien. El detalle era que su asesino se llamaba Alonso y era un hombre que toda su vida estuvo enamorado de ella. Así que fue fácil terminar de arreglar su muerte. El miedo de saber que Michael la encontraría si sabía que estaba viva, la hizo desentenderse del hecho de que tenía una hija y se largó a hacer nuevamente su vida. Hasta que Zahir dio con ella y al saber de la muerte de Michael comenzó a buscarme de nuevo, porque sencillamente se puede olvidar el amor hacia un hombre, pero hacia un hijo jamás, se lleva toda la vida.
De igual manera debí darle las gracias. A consecuencia de su muerte, Gael y Ly llegaron a mi vida. El mismo dia de su muerte, ellos enterraban a su abuelo. Así que ese mismo dia en el cementerio nació algo entre los tres que nos mantuvo unidos de por vida. Gracias a su partida aprendí a ser independiente, aprendí a motivarme en ser la mejor, para demostrarle a todos que no necesitaba una mamá. Me demostré a mí misma que podría lograr lo que quisiera, en las situaciones que fueran.
Como me enseñó ella, me volví el héroe de mi propia historia
No le reproché nada, no la ataqué, simplemente asentía a cada cosa que me contaba y la imagen de Michael como un padre correcto se iba alejando poco a poco y hundiéndose en los más bajos de mis recuerdos. Solo me quedé con los buenos recuerdos que tenía, porque así como Michael era un monstruo, aquel monstruo se encargó que en los años de mi infancia no me sintiera sola y fuera feliz. Eso... eso se lo agradecería toda la vida.
Porque, como hay que juzgar hay que agradecer.
                                                 

Venus (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora