- Guau- fue el primer sonido que emitió mi hermano cuando me vio bajando por las escaleras a pasos apurados.
- Por favor, dime que voy bien.
-Te ves perfecta, sin duda le gustarás a esa chica.
- Eso espero- murmuré agachando la cabeza. Era ya sábado y hoy tenía mi cita con Sofía, solo me había dicho que fuera con ropa casual, que ella ya se ocupaba del resto.
Así que había optado por pantalones cargos y una camiseta ancha por dentro de estos y una sudadera por encima.
Cuando sentí vibrar mi teléfono en el bolso le di un beso rápido en la mejilla a mi hermano y salí prácticamente corriendo hacia el cruze donde mi cita de hoy me esperaba con su coche.
Toqué el cristal de la puerta antes de abrirla captando su atención cuando entre al interior del vehículo. Ella me dedicó una sonrisa antes de escanearme por completo y sonreír aún más.
Tal vez feliz como yo de tenerme allí.
Una vez ya sentada y con el cinturón puesto noté unos labios posarse en mi mejilla, provocando que mi boca formaran una sonrisa mayor que la suya.
Oh dios mío, realmente estaba teniendo una cita con Sofía. Otra cita con Sofía.
- Hola.
-Buenos días- me saludó, acomodándose en el asiento del conductor- ¿Lista para hoy?
- Mas que lista, pero ¿Y dónde vamos?- pregunté cuando el coche se puso en marcha.
-Es una sorpresa, pero estoy segura de que te va gustar. Además, hoy a salido muy buen día.
La miré de reojo, su vista estaba clavada en la carretera y por la radio sonaba la canción god is a woman. Observé su cabello, se lo había vuelto a cortar, el otro día los mechones ya se posaban con calma sobre sus hombros, hoy apenas los rozaban.
Observé los asientos traseros, habían un montón de objetos tapados con una manta con cuidado de que no se viera nada de lo que tenía escondido. La curiosidad me entró y a poco estuve de girarme y levantar aquel trozo de tela, para tener una pista de donde iríamos.
- Puedes dormirte si quieres, tardaremos en llegar poco más de una hora y estoy segura que poco has dormido- dijo haciendo que volviera a verla y me olvidará de los asientos traseros.
- ¿como lo sabes?- pregunté levantando una ceja. Era verdad, anoche tenía que entregar un trabajo de su asignatura que llevaba aplazando desde hacía dos semanas en hacer.
- ¿Tal vez porque he visto esta mañana que has enviado el trabajo a las 2 de la mañana?
- Trabajo mejor bajo presión...
- Está bien, está bien, pero duerme un poco, vas a necesitar energías para cuando lleguemos.
¿Donde iríamos?
*****
-Diana, Diana- escuché que alguien me llamaba- Ya estamos- noté que me agitaba suavemente- Diana...
-Mmm... -murmuré evitando despertarme, pero terminé abriendo los ojos cuando me di cuenta de que estaba tapada con una manta. Me encontré de lleno con los ojos de Sofía, que nunca me cansaría de decir lo hermosos que eran- Ugh, tengo algo de sueño todavía y hace frío- contesté mientras me tapaba bien con la manta, si Sofía estaba a mi lado todo estaba bien.
- Es normal que tengas frío, estamos en la nieve- un momento, había dicho que estabamos en la nieve. NIEVE.
Mi cabeza no estaba procesando la información, pero yo ya había abierto la puerta del coche dejando que el frío inundara mi cuerpo, aunque no lo sentí, pues estaba admirando el infinito paisaje blanco que se alzaba enfrente mía.
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Yo tengo 18 años
RomanceEn edición. "¿Y tú que edad tienes?" "22" "Se va a enterar tarde o temprano que tienes 18" "No si nadie se lo dice" "Señorita Walker" En ese momento no me pude creer lo que veía... Ella iba a ser mi nueva profesora de historia.