«Where we're from, there's no sun,
Our hometown's in the dark,
Where we're from, we're no one.»˟ ˟
—¿Crees que tiene que ver con la voz esa?—Puede ser, ya te dije que llevan pasándome cosas así de raras desde pequeño.
—¿Pero nunca deja de estar ahí?
—Últimamente no es tan constante, casi nunca aparece.
—¿Y nunca fuiste al médico?
—¿Para qué? Me harán la típica pregunta de "¿Usted ha consumido o consume drogas con normalidad?"o me dirán que es mentira o que estoy loco.
—No perderías nada por ir, quizás te ayudan.
—Dejémoslo en que la voz es mi propia cabeza demostrándome mis inseguridades y miedos.— dije intentando sonar muy seguro de mí mismo.
—Pero hizo que intentases suicidarte.— me quedé unos segundos en blanco, no sabía qué contestar a eso.
—Pues...¡Eso! Me dió miedo ¿ves? Me enseñó que tengo miedo a perder el control y matarme.— Josh suspiró.
—E hizo que casi te tires por la ventana.
—Eso es...¿Impulsos?— rodó los ojos.
—Tyler, ¿en serio te da miedo ir al médico?
—¡Ya te estoy diciendo lo que es!
—¡Pero no puedes controlarla!
—¡Porque es como un estornudo! ¡No puedes controlarlo!
—¡Oh vamos! ¡A mi mis estornudos no intentan matarme!
—¡El mío es especial!— siempre que discutíamos por algo así lo hacíamos con un tono igual al que poníamos estando de broma, por lo tanto íbamos en serio pero nos reíamos.
—¡Los estornudos no pueden ser especiales!
—¿¡Por qué estamos hablando sobre estornudos!?
—¡Porque estás diciendo que la voz es un estornudo!
—¡Me refiero a que no se puede controlar!
—¡Por eso tienes que ir al médico!
—Que no, que no.— dije moviendo la cabeza como si tuviese tres años.
—Te acompañaré yo.
—Que no.— me crucé de brazos.
—Te compraré un taco.— negué con la cabeza.— Dos tacos.— volví a negar.— Tr...— le interrumpí.
—No quiero tacos, daddy.— hablé en un tono "inocente" -aunque remarqué el "Daddy"- acercándome a él.— Creo que prefiero otra cosa.
Josh entendió enseguida a lo que me refería.
—Quítate los pantalones ahora mismo.— me sorprendí un poco por la rapidez con la que lo dijo, le hice caso.
Estábamos en el comedor pero no parecía tener intenciones de ir a la habitación.
Josh se quitó los pantalones y yo metí mi mano debajo de su boxer para comenzar a masturbar su miembro.
Apartó mi mano y puso las suyas en mi cintura.
—¿N-no vamos a ir a la habitación?
—No es necesario.— me subió a la mesa y comenzó a besarme mientras se movía simulando embestidas.
Entonces llamaron al timbre.
Los dos suspiramos, bajé de la mesa y fui hacia la puerta tras ponerme los pantalones.
Miré por la mirilla, era el cartero. Abrí la puerta.
—¿Tyler Joseph?— asentí.— Hay un paquete a su nombre, tiene que firmar aquí.— dijo señalando el papel con su boli. Me pareció extraño ya que no había encargado nada.
—¿Qué es y quién lo envía?
—No hay detalles.— dudé en si aceptarlo o no, pero la curiosidad me invadía.
—Está bien.— firmé y me dió el paquete.
Cuando ya se había ido cerré la puerta y dejé el paquete sobre la mesa.
—¿Y eso?— dijo Josh casi tan extrañado como yo.
—No tengo ni idea.— agarré unas tijeras y las clavé en el precinto del paquete haciendo que se abriera.
La primera impresión que tuvimos fue extraña, había muchos papeles raros y otros papeles rotos como si fuesen confetti.
Saqué las cosas una a una.
Una imagen de cadáveres, la imagen me resultaba familiar.
Otra de cuervos, me pasó lo mismo que con la anterior.
Un plano de una torre, la cual reconocí enseguida.
Había muchísimos papeles con cosas escritas.
Todos tenían mi letra.
Estaban escritas las frases que había estado escuchando en mi cabeza todo este tiempo.
Había un montón de papeles de cuaderno, eran las canciones que había escrito, estaban tachadas o con apuntes hechos con un rotulador rojo.
"Esta canción nunca estará en la radio."
Había una foto de una cara, estaba muy borrosa.
Los papeles rotos tenían números y símbolos.
Y por último dos cosas: una falda igual a la que tuve que llevar en la fiesta de Brendon, solo que esta estaba rota y con sangre; y una pieza de un piano.
[Flashback]
—Tyler.— seguí tocando el piano de juguete, como siempre.— Si me haces caso te lo regalo.— lo miré.
—Está bien. ¿Qué quiere?
—Sólo quiero que me cuentes qué hiciste esta semana, como cada vez que vienes.
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Estaba tocando el piano de juguete en mi casa, mi familia nunca había querido comprarme un piano así que tenía que conformarme con eso.
—Tyler cariño, ya han venido a por tí.— me tocaba pasar el fin de semana de excursión con niños que no me caían bien.
Suspiré y recogí mi mochila para después ir hacia la puerta totalmente desanimado.
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Extrañé todo estando en la excursión, no era divertida, por suerte ya estábamos de vuelta.
Al llegar a casa subí a mi cuarto, tenía muchas ganas de tocar el piano, pero al llegar le faltaba una pieza.
Me enfadé demasiado por aquello ya que nunca podría tocarlo de la misma forma porque le faltaba esa pieza.
[Fin del flashback]
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