Alec odiaba el blanco, y aún más su significado, cada vez que tenía que ponerse ese color se sentía mal. Ahora no tenía ninguna palabra o ningún sentimiento sobre ese día, se encontraba más distraído y roto que los otros días. Dicen que el dolor a la pérdida de tu parabatai no tiene descripción, que las pocas palabras que dicen es sentir una enorme soledad, e incluso desear la muerte. El pelinegro se sentía igual o tal vez diez veces peor. Con solo ver a su mejor amigo envuelto en seda blanca lo hacía querer irse con él.
--- Alec ---una suave voz lo trajo de vuelta a la realidad.
--- ¿Magnus? ¿Qué haces aquí? No es que no te quiera aquí.
--- No te dejaría solo en esto, y sabes que yo te apoyaría en cualquier cosa.
--- Gracias por estar aquí, lamento que tengas que soportar aguantar todas esas miradas.
--- La única mirada que me preocupa es la tuya, porque te ves horrible.
--- Así me siento.
--- Sabes que te apoyamos, y estaremos ahí en lo que necesites. Sé que no hay nada que alguien pueda hacer para remediar el dolor de la pérdida, pero lo intentaremos.
La ceremonia empezó, la tristeza se sentía por todos lados, sin mencionar como se sentía los Lightwood. Al terminar la ceremonia y la última despedida hacia Jace, el pelinegro como última acción fue a la habitación del rubio, no sabía para qué lo hacía, pero algo le decía que encontraría algo ahí. Al entrar observó con cuidado la habitación, encima del escritorio había una carta, no era nada usual que el rubio escribiera cartas. El pelinegro con determinación agarró la carta y la leyó:
Alec, siempre me gustó ese apodo, en lo personal no soy de escribir cartas, tampoco soy la clase de hombres que se arrepienten de hacer algo, porque soy perfecto como hacer cosas de las cuales arrepentirme. El punto es que puede que esta vez ambos estemos equivocados, cuando termines de leer esto espero y volvamos a ser los mejores amigos. Ambos, sorprendente, estamos enamorados de personas que consideramos perfectas para nosotros, pero a ambos no nos agradan del todo las parejas del otro. Desde que llegó Clarissa a mi vida supe que algo estaba cambiando en tu actitud, siempre la mirabas mal o siempre intentabas alejarla de mi. Al principio yo no entendía tu reacción, creí que era por tu enorme desconfianza con ella, más por ser hija de Valentine, pero luego pasó todo es con Magnus y tu boda fracasada (sigo creyendo que tal vez debiste quedarte con Lydia). No te enojes con Simon, es demasiado hablar y no conoce como filtrar sus comentarios, pero el me contó que estabas enamorado de mi. Me sorprendió, por primera vez no sabía qué decir, cómo reaccionar, qué hacer; solo no sabía que rumbo tomaría todo eso. Los parabatai no pueden enamorarse entre ellos, después de decírmelo no tuve que pensar mucho para saber desde cuándo tenías esos sentimientos por mi. Fueron desde que decidimos colocar esas runas y ser parabatai, por un segundo creí que me dejarías y no llegarías, ¿pensabas dejarme en el “altar” esperando? ¡Desconsiderado! Igual, fue cuando entendí que cuando llegó Clary tú solo explotaste en celos, y no intentes negarlo, porque ya era obvio.
ESTÁS LEYENDO
Malec (One Shots)
FanfictionOne Shots sobre el shipp entre Alec Lighwood y Magnus Bane. ❤️Malec❤️