6★(AU)

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Magnus se encontraba de camino al hotel donde se quedaba con Alec, estaba muy feliz ya que hoy cumplían 5 años de su relación. Con él llevaba un ramo de flores, una caja de chocolates y una carta, tenía algo planeado para Alexander, pero no tenía la fuerza para poder decírselo. Magnus tenía una de las dos llaves, así que le fue fácil entrar a la habitación. Cuando entró, no encontró a Alec por ninguna parte, así que lo fue a buscar en el cuarto. Y lo que encontró solo le partió el corazón. Magnus había encontrado a Alec a dentro de Lydia, estaba teniendo sexo con su ex-novia. Ninguno se dio cuenta cuando Magnus tiró las flores y la caja de chocolates al piso, llamando la atención de todos.

Alec miró en dirección a Magnus horrorizado, salió de Lydia y se levantó de la cama, pero Magnus hecho a correr antes de que el pelinegro dijera algo.

El moreno salió de la habitación, siendo perseguido por el pelinegro que le gritaba para que se detuviera. Magnus conocía un atajo de ese hotel -era el que usaba para llegar a la habitación de Alec más rápido- y perdió al pelinegro entre los pasillos.

El moreno salió del hotel y se subió al auto, tenía toda el rostro mojado por las lágrimas y las mejillas rojas. A pesar de lo que pasó, Magnus seguía amanfi a Alec y no podía vivir sin él.

Siguió conduciendo, sin saber a donde iba con exactitud. Mientras seguía en la carretera, Magnus no estaba percatado de quien detrás de él. Era un conductor que que estaba borracho. El conductor aceleró de más y golpeó el auto de Magnus. El moreno -gracias al impacto- se golpeo la cabeza con el volante, sintió un líquido salir de su nariz pero no le prestó atención. El conductor de atrás, volvió a chocar el auto de Magnus y este perdió el control. Su auto daba vueltas por la carretera y el moreno intentaba recuperar el control. Cuando pudo recuperarlo y dejar el auto quieto, estaba mareado por el golpe y las vueltas que no pufo reaccionar a tiempo. Un camión choco el auto de Magnus, justo en la puerta donde este se encontraba. El auto salió de la carretera y Magnus no supo más de ahí.

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Alec se subió a su auto unos minutos más tarde que su novio. El pelinegro sabía que Magnus llevaba ventaja, pero no le importó, fue detrás de él.

Mientras conducía, se dio cuenta que una ambulancia estaba detrás de él. Alec fue a un lado para dejar a la ambulancia pasar. Después de un rato muy corto -que para Alec fue una eternidad- vio a la misma ambulancia parada junto con unos policías intentando sacar a un hombre que estaba dentro de un auto, todo destrozado, fuera de la carretera.

Alec se estacionó un poco más atrás -porque por más raro que sonará para él, creía conocer ese auto- se acerco a la ambulancia, quien colocaban al hombre encima de una camilla, pero lo que vio lo dejó petrificado.

Vio a Magnus todo lastimado con sangre por todas partes y un montón de tubos y vendas por todo su cuerpo. Alec lo vio destrozado y sintió que le faltaba el aire. Al moreno lo estaban ingresando en la ambulancia para llevarlo a un hospital, y como pudo, intento llegar a él.

- ¿Quién es usted? -le preguntó una de las personas de la ambulancia.

- Soy su novio -Alec susurró que casi nadie pudo escuchar, ni él mismo.

- De acuerdo chico, entra, los llevaremos al hospital.

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Llegaron todos al hospital, y llevaron rápido a Magnus para hacerle un análisis completo, Alec solo pudo sentarse e intentar respirar.

Alec sabía que todo esto era su culpa, no debió llevarse de lo que Lydia le dijo, no debió haber tenido sexo con ella. Sino lo huberia hecho, Magnus no estaría aquí, no estaría tan mal herido.

Las horas pasaban y nadie le decía como estaba Magnus. Si estaba estable, si estaba muy herido, si le había pasado algo... Alec sentía que tenía que hacer algo, pero no podía hacer mucho, solo llamó a sus mejores amigos.

Los únicos que pudieron venir fueron Catarina, Ragnor, Raphael, Simón e Izzy. Izzy intentaba consolar a Alec, pero nada podía animarlo o sacarlo de ese transe en el que estaba.

Las horas seguían pasando, y nada de nada, sólo esa condena luz roja en la sala de emergencias. Al final, todos tuvieron que irse, a pesar de no querer hacerlo.

Al día siguiente, una enfermera salió de la habitación de emergencias y preguntó por los familiares de Magnus, a lo cual, Alec se paró de golpe.

- ¿Cómo está?¿Cómo está él?

- Jovencito, tiene que respirar. No le voy a mentir, el señor Bane no se encuentra nada bien. Perdió mucha sangre, tiene heridas profundas y graves y uno que otros huesos rotos. Entró en coma.

Alec se paralizó en ese momento. No podía respirar, el mundo le daba vuelvas, todo se veía borroso.

- ¿Pue...puedo verlo?

- Te daremos 30 minutos con él.

Alec arrastró sus pies como pudo a la habitación donde Magnus se encontraba. Lo que vio simplemente lo destrozó. Vio a Magnus, su Magnus, todo destrozado, con tubos y yeso por todas partes. No podía creer lo que veía, lo único que pudo hacer fue sentarse cerca de su cama y hablarle, aunque sabía que quizás no podría escucharlo.

- Hola cariño, o ángel, ¿por qué pasó todo esto? No respondas -rió- se que tengo la culpa de todo, de todo esto, lamento mucho que esto pasara. No tienes porque perdonarme, lo que hice es imperdonable y lo único correcto que debería recibir de ti es odio. Magnus, acostarme con Lydia fue el mayor error de mi vida, me acabo de dar cuenta que tengo problemas enserio... No es excusa, me emborraché y creo que en eso terminó. Lo único que te pido es que habrás los ojos, me golpes con ese florero y me digas lo estúpido que fui. Pero por favor, habré los ojos. Te amo Magnus.

Esto fue lo que más sorprendió a Qlec, y a Magnus, que lo escuchaba aunque no podía moverse.

- Yo también te amo, ojiazul - dijo Magnus en un hilo de voz.

Entonces, se desvaneció. La máquina solo hizo un sonido, ese sonido que indica la muerte de una persona, el sonido que paralizó el corazón de Alec.

Los médicos fueron corriendo a la habitación donde se encontraron, y la enfermera saco a la fuerza a Alec.

Los doctores hicieron todo lo posible, pero al final, Magnus había muerto. Alec no quería creerlo, no podía hacerlo.

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Volvió a su casa, donde todo empezó, donde el moreno lo había encontrado haciendo la cosa más estúpida del universo. Cuando fue a la habitación y encontró una nota, cuando la leyó, solo pudo derrumbarse en sus rodillas y llorar. Sus lágrimas bajan como una cascada.

¿Por qué había sido tan estúpido? ¿Por qué eso no le pasó a él? ¿Por qué el amor se su vida se había ido? ¿Por qué lo había perdido todo?

Porque no fue capaz de aceptar lo que tenía y fue a por más, rompiendo el corazón de la persona que más amaba. Y el suyo, que se fue con el de su amor de su vida.

Malec (One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora