Capítulo 24: Mi fuerza.

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— ¡Arg, maldito idiota! —chilló el pequeño pelirrojo luego de leer el mensaje y se levantó de la cama a toda velocidad.

Le resultaba increíble lo imbécil que su mejor amigo podía ser si él no estaba alrededor. Tan sólo esperaba llegar a tiempo y evitar que lo mataran por imbécil.

— Hola cariño —saludó tiernamente una sonriente mujer que lo veía bajar las escaleras—, ¿vas a salir a estas horas? —inquirió al verlo tan agitado.

— Mmm, sí —sonrió a medias—, un amigo me invitó a ver la película que tanto quería ver pero tengo que correr si quiero llegar a tiempo para la función —explicó.

— Ya veo —sonrió—. Puedo pedirle al chofer que te lleve si tú quieres —ofreció.

— No mamá, está bien así —respondió, dándole su mejor sonrisa.

— Pero es algo tarde ya, me sentiría más tranquila si te llevarán —explicó.

— No te preocupes, no llegaré tarde —prometió—. Además, si el chofer me lleva a mí, tú llegarás tarde a tu conferencia, recuerda que papá se llevó el otro auto —le recordó.

— Oh, tienes toda la razón. Me había olvidado completamente —dijo con una graciosa expresión que hizo reír al más joven.

— Mejor vete ya o se te hará tarde —sugirió el menor.

— Tienes razón —asintió ella—. Nos vemos más tarde, diviértete mucho cariño —se despidió, dándole un beso en la mejilla antes de marcharse.

Kyungsoo esperó con impaciencia hasta que vio el auto donde su madre viajaba alejarse lo suficiente y salió a toda prisa. No era muy tarde, el sol apenas estaba por ocultarse y las calles aún estaban bastante transitadas, sin embargo, algo se sentía extraño tan pronto cruzó los portones de su hogar.

Consideró la idea de volver pero no lo hizo y siguió a delante porque su mejor amigo lo necesitaba pero la sensación de estar siendo observado únicamente se volvía más y más insoportable.

Sus piernas apretaron el paso mientras su cerebro le mostraba paso a paso lo que debía hacer. Atravesó las concurridas calles, esquivando a los transeúntes hasta que vio justo el camino que buscaba, deslizándose ágilmente entre la multitud hasta estar dentro de aquel callejón sin salida.

— Sabes, te imaginé más inteligente que esto, es decir, lo de la multitud fue buena idea y por poco lograste perderme hasta que decidiste ocultarte en este callejón sin salida —dijo una voz a sus espaldas.

Él por su parte miraba la pared que le impedía el paso y lentamente suspiró antes de girarse y encontrarse cara a cara con su persecutor.

— En realidad, idiota, al hacer esto yo conseguí que te descubrieras tú solo —dijo tranquilamente, sonriendo con satisfacción al ver la expresión de molestia en el rostro del perro más fiel de Suho—. Ahora, no sé porque estés siguiéndome pero si tienes que decir algo hazlo rápido que tengo mucha prisa —soltó con fastidio.

— Yo de ti no me confiaba tanto, niñito —sonrió ampliamente, pareciendo incluso alguien amigable—. No sabes con quien estás tratando.

— Guárdate tus amenazas, imbécil —masculló entre dientes.

— Muy mal, Kyungsoo, muy mal —dijo, moviendo su cabeza a modo de negativa—. Debes cuidar tu forma de hablarme, yo podría perder la paciencia y conseguir que la hermosa señora Do tenga un horrible accidente.

— ¡Jodete! ¡Tus amenazas...!

— Kang Hye Jun era su nombre de soltera antes de conocer a tu padre. Una bella y exitosa mujer de negocios que es conocida por su enorme talento empresarial y que ahora mismo viaja a una conferencia en el lado este de la ciudad, en un BMW X1 negro con placas con terminación cuatro seis —soltó, dejando atónito al menor—. Creo que luego de eso tú tal vez quieras hablarme más bonito.

Only reason.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora