Capítulo 35: Contra reloj.

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Algo iba mal.

El maldito presentimiento lo golpeó con fuerza tan pronto llegó al nido de inmundicia que Minho llamaba guarida. Había una bruma casi tóxica abarrotando cada centímetro del lugar y las sonrisas maliciosas de los perros falderos de Minho no auguraban buenas noticias.

— ¡Hermanito! —Saludó un sonriente y falsamente amable Minho.

Sehun lo miró con atención, notando lo fuera de sí que lucía, sus ojos inyectados en sangre y la sonrisa maníaca en sus labios. Percatándose también de algunas cosas sobre lo que parecía una mesa.

— ¿Para qué me llamaste? —Interrogó, deseando más que nada salir de ese lugar.

A ese punto Sehun sabía que Minho ya era lo suficientemente peligroso lúcido y no quería ser testigo de lo que podría hacer drogado.

— Ven, siéntate junto a tu hermano mayor —indicó con movimientos un tanto torpes.

— No tengo tiempo. Dime que quieres —masculló irritado.

— Nada, nada —rió tontamente—. Es solamente que hoy pensé que no he pasado tiempo contigo y eso está mal.

Sehun frunció el ceño, recorriendo el lugar con la mirada discretamente. Tenía un mal presentimiento pero nada parecía fuera de lugar, era como cualquier otro día dentro de esa pocilga del infierno y de todas formas Sehun no podía dejar de pensar que había algo más.

— ¿Cómo está Luhan? —Preguntó causalmente.

Y por mucho que Sehun no hubiera querido hacerlo, reaccionó a su nombre e inmediatamente miró en dirección a su hermano mayor. Él estaba inmutable, como analizando la situación y Sehun esperaba que él no hubiera logrado ver la preocupación en él de ninguna forma.

— ¿Por qué mierda tendría yo que saber? Ya no tenemos relación alguna —masculló, pidiendo para sus adentros que él creyera en sus palabras.

— Oh, es verdad —suspiró exageradamente—. Me olvidaba que todavía estás molesto porque te cambió por esa zorra —rió maliciosamente, provocando—. En fin, actualmente no es como si pudieras verlo de todas formas —se encogió de hombros—. Es decir, dudo que a Kim Suho le guste compartir sus juguetitos.

Sehun se tensó, luchando con fuerza para mantener su expresión estoica y no romperle la cara al otro por hablar de Luhan de aquella manera.

— Si ya terminaste con tus idioteces, yo me voy...

— Okay —sonrió ampliamente—. Ve con cuidado por favor —pidió con falsa preocupación.

Sehun no respondió, simplemente quería irse cuanto antes y, en su lugar, al final se quedó petrificado en su sitio al escuchar un llanto desgarrador romper el tenso silencio dentro del lugar. Se giró lentamente, con el corazón a mil por hora, sintiéndolo detenerse cuando sus ojos captaron a los dos individuos que aparecían.

— La muy perra me mordió —gruñó molesto la nueva mano derecha de Minho.

Un frágil, lastimados y sollozante cuerpo fue arrojado frente a Minho. Él apenas y miró en dirección de la frágil figura desnuda que no paraba de llorar y se hacía un ovillo en el suelo como si con ello fuese a conseguir que ellos pararan.

— ¿Q- Qué...?

— Esto se está volviendo aburrido —resopló fastidiado Minho, mirando con aburrimiento al tembloroso bulto a sus pies—. En fin, ¿quién se supone que si...?

— ¡¿Qué mierda significa esto?! —Ladró, avanzando hasta ella, quien se estremeció tratando de hacerse más pequeñita. La simple acción hizo a sus entrañas retorcerse y tan sólo atinó a poner sobre ella su chaqueta.

Only reason.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora