Capítulo 13: Reinicio.

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Luego de aquel maravilloso lunes, las cosas no habían ido de la mejor forma para Sehun y su semana entera se había convertido en una jodida mierda en la que tuvo que soportar, entre muchas otras cosas; las órdenes de Minho, los gritos de parte de su padre –ya que aparentemente hasta su existencia se había vuelto un problema para aquel hombre—, el acoso que actualmente Kyungsoo había decidido comenzar a aplicarle, los regaños de los profesores, la triste aura de Kyung Min y, como la cereza de ese pastel de mierda, también estaba aguantarse cada demostración de afecto y los constantes halagos que la nueva relación de Luhan tenía.

Eso en realidad era lo peor de todo porque no había segundo que pasara en el cual él no quisiera correr hacia ellos, arrancar a Luhan de las garras de esa arpía y gritarle que era suyo cual niño pequeño, sin embargo, eso no se podía y él tan sólo tenía que atragantarse con todo su coraje y los jodidos celos que amenazaban con volverlo loco.

Justo como en ese momento que únicamente podía apretar los puños y rechinar los dientes al ver como esa perra se colgaba del cuello de su lindo castaño y ponía su mejor cara de estúpida en un intento de lucir tan linda como a Sehun no le parecía que era, lamentablemente, Luhan parecía no compartir esa opinión ya que tenía una sonrisa estúpida estampada en la cara mientras le acariciaba el rostro con mucha ternura.

– Si las miradas mataran seguro Seohyun ya hubiese explotado o algo así –comentó tranquilamente Kyung Min, ganándose una mirada fulminante de parte del rubio–, pero tú tranquilo Hunnie, nadie lamentaría la muerte de la perra esa –sonrió ampliamente, contagiando a Sehun con ese gesto y no, no era porque estuviera de acuerdo –o bueno, sí lo estaba pero no lo admitiría— con las palabras del pelirrojo de falsos ojos grises sino más bien que era la primera vez en toda la semana que lo veía sonreír de esa forma.

Por fin él parecía genuinamente feliz y eso era algo que Sehun agradecía enormemente. Lo vio tomar asiento frente a él luego de un rato y no pudo evitar arquear una ceja cuando su amigo le extendió un folio azul.

– ¿Qué es eso? –preguntó sin rodeos y tomó el folio azul.

– Tu cronograma y ficha para el viaje –anunció tranquilamente.

– ¿Qué? –inquirió sumamente sorprendido y ante eso Kyung Min únicamente pudo poner los ojos en blanco.

– Dije que es tu cronograma y...

– No –interrumpió Sehun–. Escuche perfectamente lo que es, mi pregunta es... ¿por qué? –cuestionó.

– Porque prometiste que irías al viaje conmigo –señaló tranquilamente.

– Yo ya sé eso pero no te pedí que pagaras absolutamente nada –dijo molesto.

– Ya lo sé –murmuró–. Yo únicamente quise darte un regalo –explicó.

El rubio estaba listo para discutir por ello pero al final terminó por morderse la lengua y ahorrase sus tonterías luego de ver la tristeza y suplica reflejadas en las expresiones faciales de su mejor amigo. Al final lo único que hizo fue tomar el folio azul y construirse una falsa sonrisa de gratitud para así devolverle la alegría al rostro ajeno.

– Lo entiendo –aseguró–. Muchas gracias, Min –sonrió lo mejor que pudo e incluso revolvió el cabello rojizo del otro para hacerlo reír.

Aquello realmente funcionó y poco tiempo bastó para volver a ver la enorme sonrisa adornando el pálido rostro de su mejor amigo, aun cuando él no se sentía realmente nada feliz.

Lo que restó de la jornada escolar Sehun se dedicó únicamente a ignorar el tema y a la empalagosa pareja que tanto lo enloquecía. Para cuando la hora de salida llegó, él sintió todo el alivio del mundo y salió de ahí disparado, ignorando incluso a Kyung Min pero la realidad era que ya no aguantaba ni un segundo más en ese maldito calabozo de tortura; según su parecer.

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