— Bienvenido, hermanito.
Sehun gruñó por lo bajo, permaneciendo en su lugar con sus ojos clavados en la despreciable figura frente a él. Él parecía estar más tranquilo que nunca, sentado en un viejo sofá individual con una lata de cerveza en la mano.
— Así que... —Sonrió divertido—. ¿Cómo está mi Luhan?
La ira se desató, explotando y corriendo por todo su cuerpo. Fue tras él cegado por la rabia, con el recuerdo de aquel maldito día en su mente en conjunto con la mirada asustadiza que Luhan siempre tenía a partir de entonces.
«¡Destrúyelo!, ¡Destruye todo lo que lo amenace!»
La voz de su cabeza gritaba como un mantra, veía rojo y cuando se abalanzó sobre el demonio que intentaba lastimar a quien más amaba. Él fue a su encuentro, viendo venir el primer golpe de parte del menor sin lograr evitarlo.
El puño de Sehun golpeó duro, haciendo crujir algo en el rostro ajeno. Atacando por segunda vez sin darle ni un segundo para reaccionar, estrellando su puño una vez más sin importar el lugar donde conectaban.
Lo escuchó quejarse y un estallido de dolor fue lo siguiente que sintió, dándole rápidamente pasó a la sensación de humedad corriendo desde su nariz y goteando hasta manchar el suelo. Todo se volvió frenético, un enfrentamiento casi animal.
La adrenalina bombeando a su máxima capacidad, golpes yendo y viniendo entre gruñidos y quejidos guturales. El sonido de cristales estrellándose se hacía más y más constante, el aire olía a sudor combinado con sangre y sus pulmones quemaban por un respiro.
Un brutal golpe en la cabeza lo aturdió, casi enviándolo al suelo y consiguió apenas recuperarse, tacleando al mayor con toda la fuerza que tenía. Llevándolos al suelo, donde se movió tan rápido como pudo para estar sobre él y entonces...
Entonces dejó que su odio se hiciera cargo.
Esperando desesperadamente que con cada golpe lo hiciera sentir lo mucho que lo despreciaba y que experimentará el mismo dolor que le había causado a través de los años. Quería verlo gritar, sufrir y llorar de desesperación, pero él simplemente no lo hacía.
Aumentando su cólera y frustrándolo al ver que el bastardo no estaba rogando piedad como había hecho que Luhan lo hiciera. Y sin importar que lo golpeó cada vez con más saña, hasta un punto que él mismo lo sentía físicamente doloroso, aún con ello, Minho rió con cada golpe.
— ¡No tienes las bolas! —Rió enloquecido—. ¡No podrás hacer más que esto y entonces iré por lo que es mío!
Sehun rugió, cerrando sus manos alrededor de su cuello con el único deseo de acabar con todo de una vez y para siempre. Minho convulsionó, enterrando sus dedos en sus brazos y sonriendo perversamente aun cuando era incapaz de respirar.
— ¡Sehun, detente! —Ordenó Bobby, tirando de su ropa para separarlo de Minho.
Sehun gruñó, apretando más fuerte en espera de escuchar su cuello romperse mientras que Bobby seguía gritándole que se detuviera con desesperación.
— ¡Niño, apártate! —Gritaron a lo lejos. Sehun reconoció la voz del detective Zhang.
Un grupo de hombres los rodeó, apuntando sus armas en su dirección y a Sehun no le importaba, simplemente quería al bastardo hijo de puta muerto de una vez por todas.
— ¡Déjalo ahora, no arruines tu vida así! —Gritó. Las manos de Minho comenzaron a perder fuerza y la sonrisa en su rostro se desvaneció.
— ¡Piensa en Luhan! —Vociferó Bobby.
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Only reason.
Fanfiction*Razones para no seguir viviendo: -Eres el hijo que no debió nacer. -Mamá te odia. -Papá está demente. -Tu hermano mayor es el mismísimo demonio. -Has hecho todo mal. -Sabes que tu existencia es un gran error. -En general... tu vida es una mierda. *...