XII. Plan [Amaia]

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—¿Amaia, que hacías en esta fiesta a estas horas? Son las 4 de la madrugada.

Mi madre encendió La Luz nada más entrar por la puerta. Creo que hice demasiado ruido.

—Mamá puedo explicártelo por favor cálmate.

—No me vas a explicar nada Amaia. Todo el vecindario está despierto y la policía acaba de dar un comunicado. A partir de ahora el toque de queda va ser obligatorio, y tú, Señorita Romero estás castigada.

Intente explicarle a mi madre que solo es una fiesta normal sin alcohol, pero los vecinos habían corrido toda la información incluyendo cuando enseñe las tetas encima de la mesa.

—Lo siento mamá.—Acabe diciéndola al final.
Mi madre en vez de seguir rebatiéndome se acercó a mi y me apoyó la mano en el hombro.

—Escucha Amaia, se que estás pasando por un mal momento pero tienes que saber a qué sitios ir y a cuales no sabiendo cómo están las cosas.

La miré con asombro.

—Si hija. Tu padre y yo sabemos la relación que tenías con Alfred pero estate tranquila que Alfred ya está en casa y mañana le verás.
Empecé a llorar y abracé a mi madre. Echaba de menos a Alfred, le echaba mucho de menos y me dolía mucho verle pasarlo mal.

Al día siguiente.

Sin avisar, Aitana y Ana llamaron a mi casa y subieron.

—Hola.—Las salude sin ganas.

—¿La resaca eh amiga?—Dijo Ana War.

—Supongo.

—Amaia hemos venido porque tenemos algo de información sobre lo que paso ayer.—Dijo la del flequillo.

Nos sentamos en el comedor y el rostro de mis amigas cambió.

—Gracias a la inteligencia de detective de Aitana tenemos una idea de cómo localizar al asesino.—Dijo Ana alagando a Aitana.
La chica se puso roja.

—Bueno gracias por echarme flores pero también se lo debo a Raoul.

—Buah pues no me estoy enterando de nada.—Dije mirándolas alucinada.

—Perdón que se nos va. El caso es que ayer Raoul cuando estaba en el baño de la entrada secundaria del parque escuchó a alguien cargar un arma.—Hizo una pausa y trago saliva.—Es decir, a el asesino. Pues vale, la cuestión es que según Ana hay unas cámaras de seguridad por esa zona y el centro de control de cámaras está cerca...

—Tienes razón.—Dije levantándome de la silla.

—Dejaron de utilizar ese centro de control hace unos años pero las cámaras siguen funcionando bua es verdad me lo dijo Miriam. Por una vez que la escucho cuando cuenta esas cosas.

—Bueno el caso.—Prosiguió Aitana.—Nuestro plan es colarnos en el centro de control ese abandonado después del toque de queda. Vamos tú y yo y Ana se encarga de hacer algo para mantener a los policías ocupados y que no rastreen el resto del pueblo.

El plan de Aitana era muy bueno pero había algo que no entendía.

—Una pregunta, ósea es que tengo una duda, bueno una pregunta que es lo mismo. ¿Por que no le decís a la policía que existen esas grabaciones?

—Amaia, en ese sitio viven unos pandilleros y nos meteríamos en un buen lío si se enteran de cómo los han localizado.—Me contesto Ana.

—Aaaa vale... ¿¡ESPERA QUE AITANA Y YO VAMOS A IR A DONDE GENTE MAFIOSA?!
Ana y Aitana se rieron.

—Eh no a mi no me hace gracia es peligroso y mi madre ha dicho que el toque de queda ahora es obligatorio.—Las conteste indignada.
Aitana se levantó y me señaló.

—Amaia vamos a vengar a Ricky, a Roi y a la madre de...

—Alfred...—Dijo Ana en bajo y disimuladamente.

—Eso Alfred.—Siguió entusiasmada Aitana.—Tenemos que acabar con esta gente, ¿o no?
Suspiré.

—Bueno vale pero Aitana llévate un cortaúñas o algo por si vienen a matarnos para defendernos.

—Genial.—Aitana me chocó los cinco.

—Wow Aitana ya hablas como si hubieras nacido aquí.—Dijo Ana riendo.

En realidad me había metido en un buen lío, pero al menos sería divertido.

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Esto Acaba De Empezar. OT2017🎵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora