La visita al abuelo

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-Abuelo- me acerco a él y lo abrazo.

-Hola, mi pequeña.

-¿Cómo has estado?- lo examino para ver si realmente ha tomado sus medicamentos.

-Si te soy sincero, estoy cansado- algo dentro de mi se rompe y él parece notarlo- ho vamos mi pequeña, no tienes que temer.

-Abuelo, dime que te has tomado tus medicamentos al pié de la receta.

-Si lo ha hecho, por que lo obligo- aparece Sofía con una bandeja de fruta y una gran sonrisa- bienvenida Bree.

La abrazo y juntos aún que a paso lento por el abuelo, nos dirijimos al patio para desayunar.

Lo ayudo a sentarse para después yo tomar aciento frente a él. Lo observo detalladamente y no me imagino din este viejo testarudo en mi vida, sin mi pilar, mi fortaleza.

-Y cuentame Bree, ¿cómo te va en el trabajo?.

De la mierda, los últimos meses ha sido una tortura carhar con la infidelidad que le tienen al amor de tu vida, y las amenazas si digo algo.

-Bien- le sonrio- por fin me dieron mis vacaciones.

-Que no deberías de estar trabajando- me recuerda- aquí lo tienes todo Bree, no necesitas despertarte temprano y tolerar órdenes de un maleducado.

-Lo sé abuelo, y gracias, pero quiero ganarme mi propio dinero, y disfrutar de mi esfuerzo.

-Me alegra que tengas esa forma de pensar Bree- me da una mirada tierna e iniciamos a comer.

-Buenos días bella señorita- escucho a mis espaldas a alguien saludar a Sofía para luego darle un beso- Buenos días señor, y.....

Me giro y un alto Edgar con barba me observa sorprendido.

-Bree, estas aquí- nos saludamos- me alegra mucho volverte a ver.

Lo observo y no, nada ha cambiado, sigue siendo el mismo lugar, con las mismas personas, sólo que con años de experiencia más que cuando vivía aquí.

Terminamos de desayunar y juntos nos vamos a caminar y a charlar. Lo extrañe tanto.

-Y en el amor, ¿qué tal te va?.

Pues... El amor de mi vida esta por casarse con una zorra, y no, no puedo decir nada.

-Volví a ver a Tyler- el abuelo se detiene y me observa preocupado- pero estoy bien, él tiene a alguien más, y es comprensible, somos adultos, no jovenes, esto era predecible.

-No te mortifiques Bree, ya llegara el indicado- pero yo lo quiero a él.

-Eso espero abuelo.

El día se nos paso entre risas y charlas. Ahora me encuentro sentada frente a la chimenea intentando leer los reportes del trabajo, y viendo al abuelo observar el fuego.

-Es triste cuando se apaga- dice mi abuelo y dirijo mi vista fuera de la computadora para verlo- es lindo cuando dura, ver las flamas danzar y dar calor, pero es triste cuando se apagan, y sólo dejan frío y cenizas a su paso.

-Bueno, pero por lo menos disfrutamos de su calor- le digo y me observa.

-Bree, quiero heredarte todo lo que tengo, quiero que te quedes con todo lo que tengo, confío en que le darás una buena utilidad.

-Abuelo....

-Ya esta firmado Bree, tu eres la heredera que tendrá todo esto en su poder cuando mi corazón se canse.

-No digas eso, por favor- suplico y me acerco a él para sentarme a sus pies en la alfombra.

-Bree- toma mi mano y la acaricia sutilmente- ya estoy viejo, y cansado.

-Abuelo...

-Dime que serás fuerte- pide y siento una lágrima corre por mi mejilla- dime que no te dejarás caer, que me recordarás siempre por nuestros mejores momentos, y no por el por que de mi partida.

-Yo...- mi voz se quiebra y temblores abordan mi cuerpo- no me hagas esto.

-Mi pequeña- limpia las lágrimas- es un ciclo, y hay que estar preparados para lo que se venga, pero necesito tener algo seguro, y es que seguirás siendo la niña fuerte que visitaba cada mes, la misma que ríe de mis malos chistes, y que pintaba mis sombreros cuando estaba dormido, aquella que le trae alegría a mi vida, y fuerza a la misma.

Con la vista llena de lágrimas tomo aliento para hablar, pero es imposible, no puedo decir nada, ni pensar en nada.

-Yo sé que podrás con esto y más- se pone de pié- ven, vamos a dormir.

Me levanto y lo acompañó a su cuarto.

Lo ayudo a arroparse y me quedo a su lado mientras lo veo cerrar sus ojos para dormir.

-Te quiero mucho Bree- dice con sus ojos cerrados.

-Yo a ti abuelo, yo a ti- dicho esto, lo escucho suavizar su respiración y quedarse dormido.

Yo sólo lo observo dormir, con miedo a que deje de respirar. Con miedo a perderlo, él y Charlotte son las únicas personas que me quedan, o bueno, de aquellas que estuvieron conmigo desde un principio.

-No te vayas abuelo, por favor- susurro y tengo que ahogar mis sollozos para no despertarlo- no podría estar sin ti, no en esta vida.....

Todo por tu amor ~||ADJ#2||~ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora