Grave

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Observo a Tyler dormir cerca de mi grande barriguita y verle así me hace olvidar todos mia temores, no sólo los del parto, sino, todos en general.

Acaricio su rubio cabello y sigo sin creer que mis sueños se están haciendo realidad. Me casé con el amor de mi vida, y estoy por tener a dos pequeños gemelos. Si, gemelos, una niña y un niño.

El cansancio se hace presente y le doy un beso a mi rubio le largas pestañas para luego acomodarme y dejarme llevar por el sueño.
* * * * * * * * * * * * *
Siento punsadas cortas en mi vientre hasta que una muy duerte hace acto de presencia.

—Tyler— es lo primero que digo. Vuelvo a sentir esa punsada pero con más fuerza.— Tyler me duele mucho.

—Amor, ¿qué pasa?.— pregunta preocupado.

—Tyler— me siento de inmediato y tomo mi vientre, la punsada vuelve a aparecer y todo en mi se comprime cortando mi respiración— ¡Tyler duele!.

—Su... ¡SUSANA!— grita emocionado Tyler y sale corriendo de ahí como niño pequeño en navidad.— ¡Susanaaaa!, ¡los bebés ya vienen!— lo escucho gritar y tocar la puerta desesperado— ¡ya vieneeen!.

Intento guardar la calma pero las punsadas siguen. Inalo y exalo en espera de Tyler y los demás para ir al hospital pero aparentemente les gano la emocion2

—¡TYLER!— llamo a Tyler adolorida.

Observo entrar a una sonriente Susana y veo que mis bebés son más esperados de lo que pensaba.

—Susana ya vienen.— digo entre respiraciones.

—Tranquila niña Bree, todo va a estar bien— inicia a rltomar las maletas ya preparadas para este caso y es ahí cuando veo a mi hombre entrar con un brillo indescriptible en su rostro, y una sonrisa imborrable.

—Te ayudo.— se ofrece al ver a Susana ocupada.

—Ayuda a tu mujer, tarugo— lo regaña Susana y si no fuera por el dolor me reiria. Se ve tan tierno mi Tyler emocionado.

—Ya vienen amor, los bebés ya vienen— es lo primero que dice estando a mi lado. Sus ojos se laguean y los míos igual. Es hora pequeños, luego de 9 meses de vómito, y retos, por fin los podremos tener en nuestros brazos.

—Por fin— dejo salir laa lágrimas y me emotiva verlo llorar también.— te amo Tyler, y pasé lo que pase hoy, siempre te voy a amar.

—Todo va a estar bien amor, ya lo verás— me besa y no puedo, algo en mi me dice que debo preocuparme, un presentimiento con el que desde antes he soñado. Observo a Miguel entrar con una silla de ruedas y después de bajarme estamos en camino al hospital.

Las contracciones aumentan e inició a temblar del dolor. Y rogar porque eato termine pronto.

—¡Tyler ya no aguanto!— vuelve a mí otra punsada horrible entrecortado mi respiración.

—¡Conduce más rápido Miguel que se nos vienen los chamacos!— grita Susana y en este momento, por más que lo quiera lo último que saldría sería una risa.

Siento algo dentro de mi alivianarse y enseguida me siento mojada. Mierda.

—Me hice pipi— le digo a Tyler quien me enxamina. Yo también lo hago y no, no me hice pipi, la fuente se rompió.

—¡Acelera Miguel!— lo presiona Tyler.
Llegamos al hospital y soy introducida al hospital entre los brazos de Tyler.

—No puede entrar aquí, joven, no puede entrar aquí— un médico lo intenta detener y por un momento siento pena por este. No es bueno enfrentar a Tyler así.

—Mi mujer esta por tener un par de bebés que más vale sean sacados con el debido cuidado, de lo contrario tú perderas tu trabajo— lo escucho frío.

—Una silla de ruedas— exige el médico y de inmediato soy atendida.— preparen al médico partero, alisten el quirófano y el demás personal...

Pide personal y material mientras por una enfermera soy conducida a la habitación de parto. Tomo fuerte la mano de Tyler y se que él siente como mis músculos se tensan ante el dolor.

—No puede entrar aquí joven.— lo detienen y no, yo lo necesito a mi lado.

—Tyler— lo llamo mientras veo que de verdad no lo dejarán entrar. Lo observo perplejo y me aterra, me aterra la idea de que no lo vuelva a ver, de que mis sueños se cumplan.— te amo.

Escupo con el mayor sentimiento. Nunca serán bastantes los te amo para expresarle mi amor a Tyler.

—Todo va a estar bien amor, yo también te amo.— es lo último que dice antes de perderle de vista.

Llego a la habitación e inician a alistarme. Inalo y exalo pero cada vez parece más difícil.

Observan la dilatación de ahí dentro y no puedo más. Aprieto mi abdomen y escucho como algo dentro de mi truena seguido de dolor.

—Estamos listos Bree, ahora necesitamos de tú ayuda, necesitamos que pujes con fuerza y no con la garganta.

Asiento con el sudor frío corriendo por mi rostro y muchos ojos sobre mí. Inició a pujar y cada vez lo veo más imposible. Siento mi cuerpo cansado y tembloroso, descompensado en otras palabras.

Las fuerzas inician a ser nulas y sólo observo manos de un lado a otro y muchas gasas con sangre.

—Venga Bree, no te detengas— me alienta uno de los médicos,  continuó hasta más no poder y el ardor en mi cuerpo es agonizante.— los tenemos.

Escucho el llanto doble y las lágrimas de satisfacción corren por los costados de mis ojos.

Me los muestran y son preciosos, tienen tanto de Tyler, serán guapisimos mis niños, más allá de ser una bendición y un deseo frustrado de ambos, Tyler y mío.
Sus fracciones son pequeñas, sus labios carnosos y coloridos, sus ojos grandes y claros. Si, son perfectos.

Sonrió plena pero todo cambia cuando de golpe inició a sentir mucho frío, hasta el punto de hacerme temblar. Mi respiración cada vez es más corta que no siento el suficiente abasto de oxígeno, mi cuerpo reclama cansancio gracias al dolor. Mi visión se nubla y cada parpadeo me cuesta más. Me siento débil, presa en mí propio cuerpo y fuera del control de éste. Intento moverme pero es inútil, el pánico inicia a hacer acto de presencia y las lágrimas de desesperación también, esto no puede pasar.

—Tyler— susurro con la boca seca. Doy un par de costosos parpadeos hasta que no puedo más, hasta que todo es oscuridad....

Todo por tu amor ~||ADJ#2||~ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora