Todo por tu amor ~||ADJ#2||~ ©

Luna de miel

Observo a Tyler conducir el convertible bajo el sol y se ve demasiado sexy.

—¿Muy buen paisaje verdad?— pregunta arrogante.

—Mmmm— pongo mis pies sobre sus piernas— la verdad no.

Me observa por la colilla de su ojo y sonrió.

—¿Segura?— preciona mi talón contra su súper Tyler y el calor sube a mi mejilla.

—Lo estoy considerando.— me observa con su mirada de hoy te voy a destrozar y sonrió tímida.

De la nada, Tyler inicia a orillar el auto y veo su semblante de preocupación. El auto se detiene por completo y recojo mis piernas para que el pueda bajar.

—¿Qué paso?— pregunto llevando una paleta a mi boca.

—No lo sé.

Abre el capo e inicia a examinar lo que esta dentro.

—¿Necesitas ayuda?— pregunto.

—No, no hay nada que se pueda hacer— cierra el capo y se vuelve a meter al auto.

Es de preocuparse, el sol esta ocultandose y la carretera que nos lleva a la playa de Cancún se ve demasiado desierta, eso significa que esta noche podremos pasar frío, y que tardaremos años en llegar al lugar donde será nuestra luna de miel. Si, la playa, no quise otro lugar a pesar de todas aquellas ciudades extravagantes que Tyler me ofrecía, yo sólo pedí la playa, y el estuvo de acuerdo.

—¿Y ahora qué haremos?— me recargo en mi asiento.

—¿Conoces las carreteras de México?— me pregunta y bajo mis lentes de sol para fulminarlo con la mirada.

—Claro que si Tyler, yo vivo aquí— ironizó y vuelvo a ponerme los lentes.

—Ven aquí— palmea sus muslos y lo obedezco.

—¿Dormiremos aquí?.

—Lo más seguro— inicia a besarme.

El sol muestra sus últimos rayos y ambos lo observamos.

—Bree— lo observo y acaricia mi mejilla— gracias, por no darte por vencida, y darme una milésima oportunidad.

—Para mi es un placer— inició a besarlo y me remuevo en sus piernas para dejar las suyas acorralas enmedio de las mías y estar frente a él.

El beso se intensifica y sus manos precionan mi tracero. Me muevo de adelante a atrás lentamente y Tyler gruñe contra mis labios y eso me excita aún más.
Sus manos invaden mi top y masajean mis pesones, lo observo a los ojos y el deseo es evidente en estos. Inicia besar mi cuello y la ropa nos inicia a sobrar...
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Me remuevo un poco sintiendo el calor emanando de un cuerpo y caigo en cuenta de quien esta a mi lado.
Abro los ojos y veo a un Tyler recién levantado.

—Buenos días, pequeña— besa mi nariz y sonrio ante su tierno jesto.

—Buenos días grandulon— hago un recorrido por toda su gloria, y veo un encantador torso desnudo— Eres insaciable.

Suelta una ronca carcajada y me derrito.

—Bueno, no soy el único.

Me levanto de su pecho e inició a vestirme.

—¿Qué haremos con él auto?— lo observo vestirse también.

—Esta en perfectas condicines— lo observo ceñuda para luego caer en la cuenta de que fui víctima de este hombre.

—Quieres decir...— examino la información— ¿que el auto siempre funciono y tú sólo me engañaste para tener sexo en plena carretera, dentro del auto?.

—Así es bonita— me da una sornisa victorioso y se pone sus lentes de sol arrancando el auto.

Maldito Tyler.

Llegamos a la hermosa y fresca cabaña que Tyler compro, pues dijo que si le gustaba— cosa que es segura— volveríamos.

Me sorprende ver que es sencilla y no extravagante como aquello que suele comprar Tyler.

Me tiro sobre la cama y observo el techo del cual cuelga un bonito adorno con conchas marinas. El ruido de las olas ameniza el lugar y me fascina, esta alejado de todo, pero cerca de aquello que necesitamos; privacidad, tranquilidad.

Siento la mirada de Tyler y giro mi cabeza para verlo recargado sobre el marco de la puerta, observandome.

—¿Qué?.

—Nada— se sienta a mi lado mientras acaricia mi mejilla— ¿te he dicho qué eres la mujer más hermosa qué conozco.

Lo beso y niego en medio del beso.

—¿A no?— pregunta contra mis labios.

—Bueno, si— me separo de él y lo observo a esos ojos llenos de amor.

Luego de muchos besos, Tyler se queda dormido, y sólo puedo verle cuidadosamente.

El sol inicia a ponerse y con cuidado me levanto para salir a verle.

El aire alborota mi cabello y vestido y me hace tener repetidos escalofríos.
Miro el sol dar sus últimos rayos y me encanta el paisaje, es hermoso.
Inevitablemente me transporto a aquella primera vez que fui a la playa con el abuelo.

Recuerdo como me tomo de la mano y así juntos caminamos descalzos por la orilla de la playa mientras me describía lo maravilloso de estos paisajes, y ni como olvidar su típica frase.

"Todo lo que ves, es un regalo de aquellos wue te cuidan desde arriba".

Antes aquella responsable era mi abuela, ahora son ambos.

—Gracias abuelo— digo a lo bajo dándole la bienvenida a la oscuridad.

—¿Entrentenida?— pregunta alguien a mis espaldas y mi piel se eriza, este no es Tyler.

—¿Disculpa?— me giro para encontrarme con un castaño de ojos marrones.

—Lorens— me ofrece su mano pero no la tomo.

—¿Se te ofrece algo?— levanto mi vista al escuchar esa empoderada voz. Mierda y más mierda....