Recoje tus cosas

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—¿Llevan todo?— pregunta mi padre y una oleada de alegría me invade, antes de hace un par de días, no sabía lo que era tener un padre, o bueno, uno que se preocupe realmente.

Tyler y yo nos fuimos al día siguiente de aquella cena de la casa de mi abuelo. Sin embrago no podiamos partir a Inglaterra sin antes pasar por donde mi padre. Así que si, aquí estuvimos hasta el Viernes.

—Si, papá, lo llevamos todo.

—Te voy a extrañar mucho, mi niña— lo abrazo y siento como me presiona más a él.

—Vamos a estar en comunicación, esto apenas comienza papá.

Me da una tierna sonrisa y Tyler luego de terminar de despedirse de Chat y Eithan, se incorpora a mi lado.

—Fue un gusto volverle a ver señor— musita Tyler estrechado la mano con mi padre.

—Dime Cesar, y el gusto fue mío hijo— me observa— cuidas mucho a mi hija, confió en ti.

—Así será se... Cesar— corrige.

—Bueno, papá— interfiero— creo que es hora de irnos.

—Los quiero— nos abraza a Tyler y a mi.

—Mi casa no será grande, pero con gusto los reci—

—Dios Santo Bree, tienes más de tres autos distintos, un hogar inmenso, con jardines y cuartos para cada una de nuestras extremidades.— me interrumpe Tyler.

Lo observo y capto que esta hablando de su casa.

—Pe... Pero—

—Con gusto los esperamos, tienen las puertas abiertas de nuestro hogar— termina por mi Tyler.

—Gracias, saben que esta es su casa.

Dicho esto Tyler y yo nos retiramos en camino a el aeropuerto.

—Tyler, respecto a lo antes dicho de la casa y todo eso.

—Bree— lo observo llevar mi mano a sus labios y besarla— todo lo mío es tuyo.

—Pero es tu duro trabajo, trabajo en el que yo no aporte.

—Claro que si aportaste Bree— usmea su saco y saca una pequeña foto instantanea, para luego entregarmela— tu siempre has sido mi motivación, cada vez que yo entro al campo, no sólo entro con la ilusión de ganar, sino, de volverte a encontrar, de que me vieras jugar o esucharas mi nombre en la televisión, revistas, periódicos, o la radio, sin embargo, te encontre de una forma peculiar, pero creo yo necesaria.

Observo la foto y me encanta, simplemente es perfecta, y saber que aún la guarda es aún mejor. Ni como olvidar ese día en la playa.

—Entonces.... ¿dices qué yo estuve detrás de todo eso?.

—Bree, tu siempre estas presente en cada jodido momento de mi vida, en cada éxito, y empujandome en cada fracaso, lo mío ahora es tuyo Bree.

Le doy una amplia ronrisa y mi corazón revolotea.

—No tendré mucho, no comparado con todo lo que tienes, pero sabes que lo mío también es tuyo.

—Lo sé— me da un beso corto el los labios y después de papeleo etc... Al fin estamos en el vuelo, a punto de llegar otra vez a Inglaterra.

—Oye Tyler, ¿cómo es que llegaste a donde mi abuelo?— pregunto con notable melancolía en mi voz.

—En cuanto vi que dejaste tu responsabilidad a un lado, supe que se trataba de alguien importante, la única persona por quien harías eso, tu abuelo, así que yo también salí de ahí, detrás tuyo, te busque desesperado para yo llevarte en el jet de mi padre, pero ya te habías ido, así que sin dudarlo, me fui para apoyarte.

—No sabes cuan agradecida estoy, por todo, se que no es fácil tener que cuidar de mi, de consolarme.

—Sabes que siempre estaré para ti Bree.

—Y lo sé, se que me vi como una tonta al pedir que te alejaras, pero no quería que el día de tu compromiso me dolerá más de lo que yo tenía pensado.

—Bonita— lo observo— eso no va a pasar, ahora estamos juntos, nuevamente, ¿okey?, y las cosas que hicimos en el pasado, sólo son intentos frustrados por volver a estar juntos.

Le doy una sonrisa tierna y así, tomados de la mano, aterrizamos y bajamos del avión para tomar nuestro equipaje y encontrar al chofer de Tyler quien nos llevará a mi casa.

—Tyler, este no es el camino a mi casa— reclamo mientras veo como nos desviamos.

—Ni a la mía— musita y me confunde.

Luego de unos minutos, visualizo el gran edificio donde se dice que trabajo.

—No estas pensando lo que creo que estas pensando, ¿o si?.

—Tal vez— abre mi puerta y juntos entramos a la empresa, saludo amable a todos los que conozco y hecha nervios subimos, juntos a la oficina del señor Mitcher.

—Buenos días señorita Bree— me saluda la chica de la recepción un tanto sorprendida— buenos días señor O'Conell, no recuerdo tener una visita programada.

—No es una visita— dice seco— recoje tus cosas Bree.

Asiento y hago lo que me pide mientras lo veo dirijirse sin previo aviso a la puerta de la oficina de Mitcher, mierda....

Todo por tu amor ~||ADJ#2||~ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora