Capitulo 13: En los pasillos.

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 Con Lori las cosas no eran tan fáciles como antes después de que sus compañeros se enterara de que él era un Cielo puro, las miradas interesadas y de envidia no se hicieron esperar, incluso Ricardo le propuso ser su guardián del Rayo. Él se negó educada mente, pero el rubio mayor no se rendiría tan fácilmente, era demasiado terco como para hacerlo. Una vez que terminaron las clases con el profesor Arthur se fue a Lenguaje con la profesora Arale Izumi; donde se gano un fuerte golpe en la frente con una tiza por cortesía de su querida maestra Arale.

 Se dirigió hacia su habitación sobándose su adolorida frente sintiéndose inquietante mente observado desde el momento en el que salio de la clase de lenguaje. Apresuro el paso y abrió la puerta tocando el picaporte mandando una pequeña cantidad de sus llamas hacia la cerradura.

 Cuando escucho un suave ¨Clik¨ cuando se abrió la puerta. Cada llama es diferente, no hay una flama igual a la otra por lo que eran perfectas para ser usadas como llave (y aun así era sorprendente el hecho de que la escuela tuvieran tan innovadora tecnología). Aquella cerradura fue echa específicamente para su llama, solo con ella se abrirá o se cerrara, es un método muy eficaz para evitar la entrada de intrusos indeseados. Cruzo el marco y luego volvió a cerrarla, volviendo a escuchar el Chik, avisando que esta se cerro.

- Hoy fue un día muy pesado - murmuro dejando la mochila a un lado de la cama recostándose boca abajo con pereza, faltaba una hora para la comida y él quería descansar aunque fuera un poco - Led... - llamo con un susurro a su mascota, este salio de su mochila y luego se sentó a un costado de la cama esperando obedientemente ordenes - despierta me en... una... hora - susurro cerrando sus ojos y quedando finalmente dormido.

- Kyuuu~ - Led miro el sol y luego observo a su maestro, bueno, ya estaba acostumbrado a ser el despertador personal de su amo.

En otro lado.

 Van caminaba tranquilamente por entre los pasillos del edificio de los Again, el edificio más grande que era ocupado solo por ocho estudiantes. Los más fuertes habitan en el mejor, las otras cuatro alianza comparten entre ellas los otros dos edificios restantes: los Lukccio y los Gliocas comparten el edificio Oeste de seis pisos, Deshonra y Besta el edificio Este de cinco pisos.

 El guardián de la Nevada observaba a su alrededor, estaba asiendo la vigilancia, cuidando que no allá entrado nadie de otra alianza en su edificio. Odiaba patrullar el edificio porque era grande, vacío y muy frío. Este lugar era la guarida de varios elementos y aun así seguía sin ser un lugar apropiado. Ya no podía esperar a la ceremonia del viernes, quería tener a su Cielo cerca para así poder calentar un poco aquel frío lugar. Hace tiempo que quería estar cerca de él, ya no aguantaba tanta soledad, tanto frío... tanto silencio. Un verdadero Cielo, su Cielo, podría crear un hogar apropiado con solo su presencia.

- ¿Qué buscas aquí, líder de Besta? - pregunto impasible con un tono parco y una mirada fría.

- Hola, pequeño Van - dijo con un tono algo serio acercándose al peliblanco quien le miro sin inmutarse.

- ¿A qué has venido? - le pregunto con aquel tono monótono sin cambiar la mirada ni la mueca estoica que siempre posee.

- A lo de siempre - decía acercándose, su cabello castaño y ojos violetas le hacían ser bastante popular tanto entre mujeres como con hombres, pero para alguien tan frío e indiferente como Van, cosas tan vanas como esas no eran de su interés - ¿Cuando piensas unirte a mi alianza? Al final tu famoso Cielo no llego - decía cruzándose de brazos, levantando una ceja con elegancia - únete a mi, se mi Nevada y abandona a los monstruos de los Again.

- No - fue su cortante respuestas, tan fría y ceca que sorprendió un poco a Alek, hermano mayor de Lori - mi Cielo esta en el internado, él esta aquí y pronto podre unirme a él - dijo con seguridad en sus palabras haciéndole saber que no había dudas en él, haciendo que Alek frunciera el ceño - ahora vete o juro que te encerrare en un ataúd de hielo - su tono de voz bajo amenazadora mente al igual que la temperatura, que bajo varios grados mientras una pesada aura de muerte cubría por completo a Van - tu también vete, guardiana de la Niebla de Besta. No eres bienvenida aquí - dijo mirando detrás de Alek, justo donde se encontraba una hermosa chica de cabello rubio arena y ojos celeste grisáceo.

- Cállate, el único que me puede dar ordenes es mi Cielo - dijo la chica con un tono amenazador. Van la observo tan fríamente que inconscientemente retrocedió un paso intimidada por el aura y la sed de sangre que se sentían en el aire frío que lo rodeaba.

- No lo volveré a repetirlo, váyanse o juro que de aquí no saldrán con vida - les dijo con su tono monótono, el aire frío a su alrededor se volvía cada vez más pesado haciéndoles saber a los dos intrusos del mal humor que tenia en esos momentos el guardián de la Nevada de Again.

- Esta bien, nos vamos por ahora - dijo Alek irritado, miro hacia su guardiana de la Niebla quien asintió y activo sus llamas creando una silenciosa niebla color lavanda que empezó a cubrir todo a su alrededor - pero recuerda, siempre habrá un lugar para ti en Besta.

- No lo necesito - fue su cortante respuesta, mirando sin cambiar su neutra expresión como el líder de Besta y su guardiana desaparecían del edificio sin dejar rastros de su presencia.

- ¿Esas molestias te siguen persiguiendo? - pregunto una voz irritada, Van se giro para enfrentar a su compañero, el peligroso Again del sol.

- ¿Por qué estas aquí, Shaoran? - le pregunto observando a un muy irritado asiático.

- Sentí dos presencias fastidiosas en el edificio, así que vine hasta acá para eliminarlas - decía soltando un suspiro de cansancio - pero cuando vine, esas escorias ya se habían ido.

- Nunca cambias - Van comenzó a caminar, tenia que terminar de hacer la ronda y luego irse a comer en el comedor del edificio.

 Shaoran le observo marcharse, quedándose hasta que desapareció de su vista para luego dirigirse hacia las escaleras con parsimonia, iría a esperar en el comedor para poder descansar un rato. Quería matar, o por lo menos darles una soberana paliza a los intrusos para poder tranquilizarse un poco, pero lamentablemente estos se fueron antes de que él llegara. Soltó un bostezo mientras caminaba por los solitarios y silenciosos pasillos, envidiaba a Leonzio y a Raito, esos dos podrán estar cerca de su Cielo mientras él tenia que conformarse con observarle desde lejos.

- Malditos con suerte - murmuro afilando su mirada, ya no aguantaba, quería estar con él y volver a sentir su llama, quería tener a su cielo y hacer un vinculo para así poder protegerlo de todo y de todos, declarándose como su único y verdadero Sol guardián - "matare a los bastardos que se atrevan a tocarlo" - pensó mientras su aura llenaba el lugar de una masiva sed de sangre, oscureciendo aun más los pasillos y alejando a cualquier ser vivo con un poco de sentido común.

 Una hora después, Led intentaba despertar a su amo lamiendo le la cara; este entreabría sus ojos con pereza soltando un bostezo que vinieron con varias lagrimillas. Se levanto y se fijo en su uniforme, estaba bien como para ir al comedor. Miro a Led y luego lo tomo entre sus brazos, sonriendo mientras se dirigía hacia la puerta dando largas zancadas, canturreando una canción de cuna para que su linda mascota se durmiera mientras lo mecía entre sus brazos.

Armonía y Discordia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora