Armonía y Discordia.

Capitulo 21: Últimos lazos.

- Interesante - murmuro Dean viendo el relámpago de cristal del tamaño de una canica que sostenía entre sus expertos dedos para poder observarla mejor viendo casi embelesado como las dos llamas se mezclaban sin mancharse con la otra creando un perfecto balance entre ellas. Froto con las yemas de sus dedos la superficie de cristal sintiendo las emociones de Lori a través del lazo recién formado, el cansancio y la fatiga que sentía de seguro se debía a haber gastado demasiada energía en una sola noche.

- ¿Estas bien? - le pregunto Derek notando también el cansancio de su nuevo Cielo, quien asintió sin muchas ganas agachándose para tomar entre sus manos a Led. El rubio mayos suspiro guardando aquel hermoso y precioso objeto que formaron sus llamas en el bolsillo de su bata de hospital - ve a acostarte, te llevare un poco de comida a la cama. Si sigues así terminaras durmiendo de pie como los caballos - sonrió intentando animarle.

- ... - Lori volvió a asentir sobresaltándose cuando una mano se poso sobre su hombro izquierdo.

- Yo te llevare, sera más rápido que caminar - decía Dash con una sonrisa juguetona, desapareciendo del lugar junto con su Cielo y la mascota del mismo poco después.

- ¿A donde vas? - le pregunto Leonzio a Dean al ver que este se marchaba del lugar con la mirada fija en su rayo de cristal verde fascinado con la luz tenue que reflejaba debido a las dos llamas que bailaban en completa armonía en su interior.

- A crear algo apropiado para poder llevar algo tan valioso como esto - dijo el pelivioleta dándole la espalda al pelirrojo mientras le mostraba su objeto de pacto. Leonzio levanto una ceja dejándolo marchar sin ninguna clase de problema pidiéndole que le hiciera uno para él también.

- ¿Te ayudo? - le pregunto Derek a Shaoran viendo las heridas que este tenia en su muslo ignorando al pelinegro que le miro de forma sarcástica mientras asentía.

- Bien, entonces yo me voy al comedor a preparar la comida para el pequeño Cielo - dijo el pelirrojo marchándose del lugar dejando solos a Shaoran y a Derek, viendo con burla la forma en la que el Sol le fulminaba con la mirada.

En la habitación de Lori.

 Luego de que Dash se marchara, él se recostó tambaleante en la cama y al poco tiempo cayo dormido profundamente con Led a sus pies. El cansancio era terrible para su cuerpo y mente, y más ahora que sentía lo mismo que sus guardianes (doble carga emocional), cosa que era nuevo y extremadamente raro para él. Lo bueno era que la mañana siguiente seria sábado y aprovecharía para juntarse con Ricardo.

La distracción siempre era buena luego de lo que vivió hace apenas unos minutos.

 Estaba tan cómodo y cálido cuando el zorro blanco le despertó porque escucho unos golpes en la puerta. Con pereza encendió la lamparita con forma de flor de loto que descansaba sobre la mesita de noche, iluminando la habitación con una luz cálida que se asemejaba a la pequeña esfera que descansaba a un lado de la lampara.

- Pase - dijo con voz adormilada sentándose en la cama. La puerta se abrió y dejo ver a un pelirrojo cargando una fuente de plata en donde llevaba un plato de cristal llena de sopa de vegetales que olía delicioso.

- ¿Estabas durmiendo? Vaya, lo siento - se disculpo colocando la fuente en la mesita de noche viendo con preocupación disimulada la palidez del menor. Frunció el ceño. A través del vinculo podía sentir el cansancio y fatiga que aquejaba a Lori como también un ligero eco de lo que seria el vinculo de todos - mandare a Derek para que te revise. Come y no te preocupes por nada. Licerio y Van patrullaran los pasillos así que nadie podrá entrar al edificio sin que nos demos cuentas antes.

- Entiendo... y no es necesario, estoy bien - le sonrió refiriéndose a lo de Derek.

 El medico seguramente podía sentir el cansancio de Lori, pero decidió no interferir y mantenerse al margen para no hacer sentir acosado al menor con su preocupación y naturaleza protectora. Leonzio no supo si sentirse molesto por eso o admirar al alemán por su capacidad de controlar tan bien sus propios instintos de elemento para evitar estresar aun más al nuevo Cielo.