Èmó bān de tàiyáng

297 40 1
                                    

 Desde el principio Shaoran supo que era diferente al resto. 

 Su madre y él jamas pudieron formar un lazo de madre e hijo debido a que ella jamas pudo cargarle en brazos ni amamantarle por culpa de sus poderosas llamas doradas, si, desde antes que nació estaban activas; en otras palabras, fue extremadamente doloroso y traumante para la mujer el traerle al mundo. Su padre les había abandonado creyendo que su hijo era un monstruo, un demonio, y que su esposa le había engañado, porque él no pudo engendrar un ser tan repulsivo como el propio Shaoran, que ni siquiera podía controlar sus flamas por lo fuertes que eran, cosa que hacían que siempre estén cubriendo su piel como una armadura dorada.

 Un Sol cuya fuerza era aterradora. Nadie querría tener cerca a un hombre que no puede controlar su propio poder, seria peligroso y hasta mortal hacerlo.

 En su pueblo era tan odiado como un demonio destructivo, pero también era adorado como un dios, específicamente como la reencarnación de Zhu Rong, el dios del fuego que montaba un dragón, cosa que atrajo a creyentes de todas partes del país como también a Cielos interesados. ¿Quién no querría a quien se rumoreaba era la reencarnación del dios Zhu Rong bajo su ala? Tenerle como su Sol seria aumentar enormemente su estatus. Fue ahí en donde el odio de Shaoran hacia los Cielos comenzó, empezando con su progenitora que era una Cielo que se suponía debía cuidarlo y amarlo como una verdadera madre, pero ella le vendió al mejor postor, quien pagara más podría llevarse al monstruo a casa, actuando como una cisquera y él como su bestia, prácticamente una marioneta sin sentimientos.

 Muchos ofrecieron verdaderas fortunas por tenerle, incluso el mismo gobierno se vio interesado.

 Pero al final fue llevado por una familia perteneciente a la mafia china, era pequeña y débil, pero aun así lograron pagar más que los pobres pueblerinos y pudieron quedarse con el premio mayor: el Sol más fuerte de toda China. Y a pesar de todo, no fue tratado como algo frágil, no, él debía de ser tan fuerte como un dragón, por lo que Shaoran fue sometido a múltiples torturas para hacerle tolerante al dolor, a entrenamientos inhumanos y a maestrías con maestros de las artes marciales de todo el mundo.

Había sido criado para ser un arma perfecta.

 El Cielo a cargo de aquella familia mafiosa había intentado forzar un lazo con él a pesar de que le dijo que no deseaba un vinculo, incluso le advirtió que abría consecuencias grave si seguía con su cometido, y tal y como se lo dijo, antes de que pudiera doblegarlo, él hizo estallar sus poderosas llamas y luego entro en un peligroso frenesí de sangre. No supo muy bien que había pasado, solo que al despertar tenia las manos rojas por la sangre derramada y a sus pies habían cientos de cuerpos, él solo había aniquilado a toda la familia y a algunos inocentes que cruzaban por ahí. Realmente no le importo mucho la muerte de esos estúpidos, pero ahora tenia otro problemas: tenia que controlar sus llamas o ellas le controlaran a él.

 Necesitaba Capsulas del Cielo si quería controlar sus llamas, y para eso necesitaba dinero, mucho dinero. Busco trabajos, concurso en torneos en los que de premio era una buena suma monetaria, participo y en todos gano pero aun así era insuficiente, por lo que se vio obligo a trabajar de vez en cuando como sicario. No iba a mentir, le encantaba sentir la sangre caliente en sus manos, era gratificante ver como la luz se les apagaba en los ojos de sus victimas, también lo eran escuchar sus ruegos que pedían por sus vidas egoísta mente, incluso una vez asesino a un hermano que le entregaba la vida de su hermanita bebe a cambio de la suya. Lastima, porque ninguno de los dos sobrevivió demasiado tiempo. Y fue en ese periodo de tiempo, en el que luchaba por premios, que fue reconocido como el mejor luchador de China, luego de eso lucho en uno Mundial, y también salio victorioso por lo que termino siendo llamado como el maestro de artes marciales más fuerte del mundo.

Armonía y Discordia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora