Yo sólo observaba sus acciones, pero nunca les tomaba importancia.
Esas personas dejaron de verse, pero nunca me preocupé.
Mi mejor amigo por el que descubrí tener sentimientos hacia él, desapareció sin dejar rastro, nadie se acordaba de él, no habí...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
MELANY
Sonó la alarma, me levanté y me cambié de ropa, me puse unos pantalones vaqueros, una camisa negra y unas playeras. Y como no, el collar.
Me recogí el pelo en una cola de caballo y cogí mi mochila. Bajé las escaleras y me hice el desayuno.
Mi hermano bajó las escaleras con la mochila en el hombro. Llevaba una camisa blanca y roja y unos pantalones cortos. Nuestros padres ya se habían ido a trabajar. Sergio me robó una tostada y se despidió.
--Suerte con tu examen de inglés.--me burlé con una taza de leche en la mano.
Sergio abrió la puerta, me enseñó el dedo corazón sin siquiera mirarme y salió.
Terminé de desayunar y cogí las llaves de mi casa. Al abrir la puerta vi a Kevin apoyado en la pared, me sobresalté del susto. Él soltó una carcajada.
--Hola, ¿no ha llegado Carla?--le dije cerrando la puerta.
--Estoy aquí.--dijo Carla detrás de mí. La saludé y guardé mis llaves en la mochila.
Empezamos a caminar hacia el instituto hablando tranquilamente.
Me quedé observando a Carla durante unos segundos, recordando el día en el que vino a mi casa llorando, destrozada, contándome esa historia que siempre se había guardado durante tanto tiempo. Con solo siete años, la madre había dicho que no quería saber nada de ella, que no quería una carga, y se marchó abandonándola. Desde entonces nunca se supo más de esa mujer. Su padre siempre ha intentado ayudar a que Carla olvide todos esos malos recuerdos del pasado, y con el tiempo, ha podido superarlo. Incluso su padre se enamoró de una mujer que tenía una hija, y desde entonces, Carla se ha vuelto más fuerte con la ayuda de su padre, su madrastra y su hermanastra.
Aunque yo la conocía muy bien, y sabía que por mucho que ella no quisiera demostrarlo, en el fondo, echaba de menos a su madre.
--¡Melany, Kevin!--una voz conocida me sacó de mis pensamientos, Kevin y yo nos giramos al oír nuestros nombres, y pudimos ver a Karol, que estaba a unos metros caminando con Alex mientras nos saludaba con la mano.
--¡¡Hola, Karol!!--gritó Kevin imitando el mismo gesto.
--¿Ahora sois amigos?--preguntó Carla.
--Se podría decir que sí.--afirmé con una sonrisa.
Karol y Alex se acercaron y fuimos hablando por el camino hacia el instituto.