~Especial~
JENNY
-¡No dijiste que había examen!-gritó Matt al profe de mates indignado.
-¿No lo dije?-peguntó el profesor confuso.
-Sí lo dijo.-todos nos giramos hacia Melany, que últimamente se acordaba de todas las tareas. -Lo dijo el martes a tercera hora, incluso lo apuntó en la pizarra.
-Eso es mentira.-dijo Matt con el ceño fruncido.
-¡No lo es! ¡Que seas un cabeza de chorlito no es mi culpa!
-¡¿Cabeza de chorlito?!
-¡¡Eh, chicos!!-les gritó el profesor.-Fin de la discusión. Voy a repartir el examen.
Matt miró con mala cara a Melany y sacó su estuche. Melany y Matt nunca se han llevado nada bien, se tienen un asco mutuo en el que es mejor no meterse.
El profesor fue repartiendo y puso la hoja en mi mesa, la miré fijamente.
Todos los cálculos, los había olvidado completamente. En mi mente, sólo podía ver la imagen de mi padre levantándole el puño a mi madre y golpeándola una y otra vez...
No me molesté ni en coger el lápiz. Sabía que no podía hacer ese examen, lo que había visto me había dejado sin palabras.
Fue ayer por la noche, terminé un dibujo que había hecho y fui a enseñárselo a mis padres. Al bajar las escaleras los escuché discutiendo.
Me asomé un poco por la puerta de la sala de estar, mi padre estaba furioso, y no paraba de gritarle a mi madre que se callara.
Mi madre al intentar calmarlo, mi padre perdió el control y la golpeó en la cara, haciéndola caer al suelo.
Mi dibujo cayó de mis manos y subí corriendo a mi cuarto. Los gritos de mi madre eran horribles. Me puse la manta por encima y me tapé los oídos con las manos.
Ese día, no pude dormir.
Miré a Melany, que estaba a mi izquierda escribiendo rápidamente en el examen. Era increíble cómo había subido tanto sus notas, desde su cumpleaños había cambiado mucho.
Era mi amiga, y quería hablar con ella sobre lo de mis padres. Pero tenía miedo. Podría haber hablado con mi hermano, Diego, pero él y yo no tenemos mucha comunicación...
Entregué el examen en blanco, lo contrario a Melany, que lo tenía completo y había sido la primera en terminar.
Días después, las peleas seguían sucediendo. Muchas veces, veía a mi madre maquillarse las heridas o mentirle a sus amigas diciéndoles que se había caído en la ducha.
Mi padre a veces discutía en frente de mí sin cortarse, y mi madre en vez de decirle nada, sólo lo ignoraba.
No tuve ningún roce con ellos, hasta la entrega del examen.
-Bueno chicos, aquí tenéis vuestras notas. Quiero que mañana me devolváis el examen con la firma de vuestros padres.-el profesor empezó a repartir, y, cómo imaginaba, había suspendido.

ESTÁS LEYENDO
Imborrable
AcakYo sólo observaba sus acciones, pero nunca les tomaba importancia. Esas personas dejaron de verse, pero nunca me preocupé. Mi mejor amigo por el que descubrí tener sentimientos hacia él, desapareció sin dejar rastro, nadie se acordaba de él, no habí...