MELANY
Me levanté temprano, miré el reloj y eran las siete de la mañana. Decidí ir al balcón que tenía a un lado de mi cama, apoyé mis brazos y me puse a ver las vistas.
Se veían las casas de los habitantes, los callejones, el teletransporte y el cielo despejado con un sol resplandeciente. Oí la puerta abrirse, entró Zack dejando un bolso negro y rosa encima de mi cama e iba vestido con una sudadera negra y unos pantalones vaqueros.
–¿Qué haces despierta tan pronto?–preguntó acercándose al balcón.
–No podía dormir.–le expliqué y volví a mirar a la ciudad.
De repente todos los jugadores salieron de sus casas y se dirigieron al teletransporte. Ahora entendí por qué era tan grande. Vi a Valeria y Valentina a lo lejos y vestían diferente. También conseguí ver a Karol y Alex que iban con la misma ropa con la que los vi ayer. Ellos no pudieron verme.
–¿A dónde van todos?–pregunté, Zack se puso a mi lado con las manos en los bolsillos de su sudadera.
–Al entrenamiento. Hoy es viernes, este fin de semana podrán descansar de tanto luchar.
–¿Qué se hace en el entrenamiento exactamente?
–Ya sabes, nos enseñan movimientos con nuestras armas, cómo cogerlas, utilizarlas, y nos dicen cómo trabajar con tu compañero. Y hacemos pruebas duras como correr o levantar cosas pesadas para ver nuestra fuerza y velocidad. También ponen ejercicios de estiramiento y relajación.
–¿Y tú no vas?–pregunté.
–No, es una pérdida de tiempo.
–¿Acaso no quieres ganar el juego?
–No, pero tampoco quiero morir. Si alguien se mete en mi camino lo elimino sin más. Si gano pues gané.
–Que seguridad. –dije mirándolo.
–¿Qué pasa, acaso tienes miedo?–preguntó mirándome a los ojos.
–Bueno, la verdad no sé qué me espera ahí afuera... Ni si conseguiré llegar lejos.
–¿Por qué quieres ganar el juego?–Di un largo suspiro.
–Llevo tres semanas pensando que estoy loca, dejándome llevar por los malos pensamientos y planteamientos. Mis amigos de repente desaparecen, nadie los recuerda y cuando creo poder conseguir volver hacia ellos me doy cuenta de que están atrapados en esto. Y quiero arriesgarme, luchar, gritar, llorar. Sólo por poder ver sus sonrisas de nuevo y volver a tener esa sensación de estar bien conmigo misma. De saber que no tengo piedras en mi camino.–Zack alzó una ceja.
–¿Además de mágica también eres poeta?–no pude evitar soltar una pequeña risa.
–¿Cómo te sentirías si una persona muy importante para ti se va y tú ni siquiera pudiste decirle lo mucho que la querías?–lo miré a los ojos y él evitó la mirada.–Dios mío, no nos conocemos de nada y ya te estoy contando historietas. Mejor dejémoslo.
Zack suspiró. Me miró con intención de decirme algo pero se quedó en silencio.
Se giró y se dirigió a la puerta.
–Isabel te espera en frente del teletrasporte, dice que quiere hablar contigo. Ahí tienes ropa y cosas de higiene. Yo me voy a dar una vuelta, adiós.–cerró la puerta sin dejarme responder.
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Imborrable
RandomYo sólo observaba sus acciones, pero nunca les tomaba importancia. Esas personas dejaron de verse, pero nunca me preocupé. Mi mejor amigo por el que descubrí tener sentimientos hacia él, desapareció sin dejar rastro, nadie se acordaba de él, no habí...