7° Por favor...

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Un fuerte temblorcito recorrió la columna del chico al ser alzado, sintiendo cómo la viscosidad salía de su interior, cayendo en cuenta por fin de todo lo que habían hecho, había perdido la virginidad con aquél Alfa, y también había ignorado por completo el tener que protegerse de ''ese tipo de final''.
- Creo... creo que debería ir a la farmacia a buscar algo para evitar... "eso"...- Murmuró avergonzado de si mismo, buscando apartarse rápido a darse un baño y buscar una farmacia de turno.
Sus piernas estaban temblorosas y débiles por el esfuerzo, así que su andar fue a tropezones buscando mantener el equilibrio apoyándose de la pared, comenzando a sentir la desesperación por sus actos: sus supresores le habían estado fallando, estaba consciente de eso, era lo primero que debía regular llegando a Rumanía y aún así sólo fue un tonto caliente que buscó la verga del Alfa.

 Velkan se incorporó en el sofá mientras miraba al Omega caminar a duras penas por las paredes, era un como un pequeño ratón escapando, se acomodó su miembro en sus prendas y tomó su teléfono texteando como si todo siguiera normal. Se demoró un minuto en aquéllo y soltando un suspiro se levantó del lugar para acercarse  al muchacho quien no avanzó mucho en su escape. Sin preguntar lo alzó cual princesa y lo llevó a su nueva habitación. Cuando llegó lo dejo caer en la cama y lo miró serio.
-Quedate aquí... Es una orden. -Soltó mientras giraba sobre sus talones saliendo del lugar cerrando la puerta.

El chico ahogó un grito al ser levantado, más de sorpresa que de miedo, quedando sentado, sucio y desnudo sobre su cama, parpadeando anonadado por la salida del otro. Se quedó ahí, mirando la puerta, cómo a la espera de... ¿Algo?.

"Ese chico es raro" pensó el Alfa, hace menos de 5 minutos estaba disfrutando de su verga cual puta empedernida y ahora se escabullía por las paredes como un pequeño ratón a punto de morir.

En 4 minutos exactos sonó el timbre de la casa, era un Beta trabajador del lugar quien le dio un sobre con píldoras y preservativos. Velkan solo agradeció con un movimiento de cabeza y le cerró la puerta en la cara.
Volvió a la habitación de Sabone con una sonrisa lanzando a la cama el sobre sellado.

-Toma... ahí hay lo que necesitas para silenciar algo que no quieras, supresores de celo, pastillas anticonceptivas y algo así como una pastilla del día después además de condones por si quieres otra muestra. -Le lanzó una sonrisa aún con el ceño fruncido porque era un macho serio aunque estaba feliz por ser la primera del Omega.

  Sabone tomó el sobre revisándolo antes de abrir la boca. -...Ah... Gracias Velkan.- Respondió con una pequeña sonrisa de gratitud, no esperaba que el otro fuera a preocuparse, pero ''A fin de cuentas los Alfas no están para andar regando hijos por el mundo'' Pensó para si antes de agregar:- ... ¿Podrías... ayudarme a ir al baño?... De verdad necesito una ducha...- Dijo algo asustado por la mirada del otro, pero aún así cómodo con su presencia, dudando un poco antes de agregar:- ... ¿Esta mal que me haya gustado eso?

- Me gusta que te guste el Sexo Sab. -dijo mientras se acercaba tomando el cuerpo desnudo del muchacho, como una princesa nuevamente. Su voz era seca pero en su rostro se dibujó una sonrisa inconsciente pasando a dejar a Sabone sentado sobre el inodoro, para acto seguido abrir el agua de la tina y así templarla.

-Si te gusta podríamos hacerlo cuantas veces quieras. -Dijo, buscando la mirada del chico en cuanto terminó de abrir la llave.

Los ojos grises del Alfa parecían atravesar a Sabone, quién sólo intentó mantener la mirada cuanto pudo, sonrojándose y apartando el rostro antes de responder -... Eso estaría bien...- Se sujetó un brazo sin poder mirar al otro. El sexo de había sentido como una experiencia gloriosa siendo un Omega ''nuevo''; sin mirarle agregó:- ... ¿Que hay de ti? ...¿Se sintió bien?...

El Coste de la Sangre // OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora