30° Ariel

85 6 4
                                    

El tiempo pasó raudo aquella semana, entre la ansiedad de los test de embarazo y la compañía esporádica de Alessandro en la casa de Velkan mientras éste no estaba. El día de la fiesta ya había llegado.

Velkan estaba en casa luego del trabajo, estaba cambiando sus ropas por un traje negro con ligeros con terciopelo rojo en su interior, junto con una corbata de tono carmesí. Estaba concentrado sacando un poco de sus feromonas pues no había visto a Sabone en sus nuevas ropas, pues el vestido rojo era meramente un fetiche personal, tan sólo imaginarle su Alfa interno deseaba tenerle a un lado, evitando que cualquier extraño se le acerque y quiera robar aquel jardín de sus garras. Terminó por arreglar sus cabellos, engominando hacia atrás siendo un espécimen realmente guapo frente al espejo, después de todo, tenía que verse bien para estar junto a Sabone.

Mientras el Omega estaba en el centro de la ciudad en un gran centro de estética. Estaban terminando de maquillarle y ondear las extensiones, con las pestañas falsas que extendían el misterio en sus rojizos ojos, los cuales estaban ocultos mientras la maquillista estaba haciendo su trabajo en un smokey eyes con un acabado tornasol.

-...Por fin ♥ terminamos~- Dijo el estilista en jefe, apreciando a Sabone desde lejos luego de casi 3 horas y media de trabajo intenso.

-...Es... demasiado lindo...- Murmuró la maquillista con una sonrisa orgullosa de su trabajo.

El chico en tanto estaba cansado sólo de ser preparado para la ocasión, y las palabras de los otros le hacían sentir inseguro de mirarse en el espejo, buscando a Ale con la mirada, acercándose a éste dudoso:

-... ¿Me veo bien?... ¿No soy un payaso?.- Le murmuró bajito, cosa de que sólo él le escuchase, con un aire notablemente preocupado. El aroma de las feromonas de Sab era dulce y suave, casi pareciendo un perfume tiñendo sus ropas:- ...¿Crees que Velkan se sentirá bien de... que le acompañe?...

-Sabone... -El rubio le movió las pestañas con notoria iluminación en sus ojos mirando a su bello amigo:- Si yo pudiera ser Alfa por un día mataría por tomar tu mano luciendo así...¡¡DIOS!! Te ves taaaan Di-Vi-No!!❤❤❤❤ .- Caminó hasta la estilista para chocar los 5:- ¡Bien hecho! ❤ -Exclamó volteando a mirar a Sabone serio:- Si el idiota de tu Alfa no se siente bien por lo que tiene, corre a mis brazos y prometo cuidar de ti ❤ -Le sonrió.

  El peliblanco sólo rió avergonzado con el comentario, le costaba creerse guapo y eso estaba claro en sus manos nerviosas y expresión algo afligida en cuanto fue a pagar por los servicios y salir a esperar el automóvil que le recogería para luego ir a por Velkan a casa:
-...Gracias por acompañarme hoy Ale... ¿Qué harás ahora? ¿Nos vemos mañana para terminar de ver la trilogía de la película?.- Preguntó, buscando quitarse el miedo de ser un travestido en la fiesta del padre de su novio.

-Te llamo. ❤ Por ahora Diviértete ❤ Cualquier cosa me avisas, si quieres escapar ya sabes a quien llamar~.- Le sonrió divertido notando como el auto se colocaba junto a ellos dejando ir a su amigo.

Sabone subió al vehículo en los asientos traseros, los vidrios eran polarizados y tanto silencio en el viaje le ponía aún más nervioso, moviendo un poco los pies a la espera de llegar a casa a recibir a Velkan. Quería verlo cuanto antes y acurrucarse, imaginando que nada pasaba ni nada malo pasaría.

Alessandro se despidió con la manita hasta que el auto se perdió en la esquina por lo que terminó sonriendo satisfecho: -Ahh~~ crecen tan rápido ❤

Velkan se encontraba listo así que marcó al teléfono de su Omega mientras aplicaba un perfume reactivador de feromonas: -Cachorro ¿Dónde estás? Deberías estar aquí...

El teléfono casi voló de las manos del chico al sentir el móvil vibrar, respondiendo la llamada torpemente:
-Eeeeh... ah! Estamos doblando en la esquina! Ya casi llegamos...- Respondió con alivio al caer en cuenta que estaba cerca de su Alfa. El auto no tardó en detenerse frente a la entrada del hotel, a lo que Sabi se arrinconó para darle espacio a Vel.

El Coste de la Sangre // OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora