36° Alfa Semental.

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-¡SABONE! ¡SACA A TU AMIGO DE AQUÍ! ¡¡EL CELO!!.- Soltó en un gruñido el Alfa cubriendo su nariz y encerrándose casi que de un brinco en el baño:- Autocontrol Velkan...

-Ahhh~~ ¡Aún no he terminado contigo!...gha... ¡¡Bastardo!!.- Decía Alessandro emanando feromonas contra su voluntad haciéndose bolita en el marco de la puerta por el fuego que se encendía dentro de él.

Sab sintió las feromonas de Ale casi cómo una avalancha, eran mucho mas intensas y fuertes que cualquier cosa que hubiese sentido antes. Sin pensarlo mucho le cogió del brazo usando sus fuerzas de niño flaquito para llevarlo hasta su cuarto y sentarle en la cama, corriendo a poner el seguro en la entrada a su habitación para que los impulsos de Velkan no le hicieran querer entrar al lugar, para luego correr de regreso hasta el Omega sujetándole el rostro:
-¿¡Tienes tus supresores a la mano!? ¿¡Alguna píldora de emergencia!? ¿¡Lo que sea!?.- Casi exigió mirándole a los perdidos ojos. Necesitaba su teléfono para marcar a Félix y pedirle ayuda de ser necesario, pero este estaba en la sala, y no podía salir de la habitación y sólo dejar que Velkan siguiera sintiendo las potentes feromonas de su rubio amigo:- ....Aaaah.... AAAAAHHHHH!!... ¿¡TIENES TU TELÉFONO A MANO!? ¡Lo necesito Ale!

-Ahh~ en la... Ah sala... Está en... Ahhh~ Sabone~ ¡¡Tócame!! Ahh~~arde...¡Quema!.-Se revolvió en la cama bajando su mano hasta su miembro sin tener escrúpulos de nada.

Velkan por su parte sintió un ardor en sus dientes y un fuego se encendió dentro de sí, como si el sentido común fuera consumido a cada segundo que pasaba, salió del baño batallando con su Alfa interno. Siguiendo el hilo de feromonas que el enano había regado por su habitación, logrando salir y chocando, gruñendo y olisqueando el lugar, llegó a la puerta de la ex habitación de su compra pasando a golpetear con maña y excitación:
-Sa-¡Sabone! ¡Detén éso!.- Intentó entrar notándola cerrada gruñendo al pomo de la puerta como si fuera la gran culpable de todo.

-Sabi~❤ Déjalo entrar~ Lo necesito~.- Dijo Ale sin pensar... La excitación hablaba por él.

La situación se volvía cada vez más complicada con Velkan tras la puerta y con Ale toqueteándose y suplicando en su cama. Las palabras de Marshall se repetían en su mente ''Le dejo jugar con otros Omegas, pero se que su corazón me pertenece'', sudando frío por los nervios. El celo era algo demasiado complicado, no quería que su amigo quedase también embarazado de SU Alfa... La mera idea de imaginarse a Vel atacando a Ale le revolvió el estómago, usando todo de él para intentar imponer sus feromonas contra la puerta para darle algo de consciencia a su Alfa:

-¡VELKAN! ¡VETE A CASA DE TU PADRE Y DILE A FÉLIX QUE NECESITO SUPRESORES DEL CELO AHORA MISMO!- Le bramó con un tono casi que de odio capaz de espantar a quien fuera. Solo necesitaba asegurarse que el Alfa no estaba en casa para poder ir por la medicina... y para mantener a Ale lejos de cualquier peligro en realidad.

Velkan agradecía el bálsamo producido de Sabone, pudo mantener algo su control pasando a salir a pasos torpes del departamento. Jadeando y ayudado de las paredes marcó a su celular solicitando a un Beta con supresores de Celo a su departamento ahora mismo. Todo aquello lo hacía en modo automático, cayendo cerca del ascensor ayudado por el aire que entraba.

Alessandro jadeaba y pedía ayuda como una perra en celo gimoteando: -Sabone, ¡métela~~! ¡Ahg!~.

Sabone sólo podía mirar al otro con cierta lástima, acercándose una vez que el silencio se hizo presente en el departamento, suspirando y caminando hasta Ale, sentándose a su lado mimandole un poco el cabello:
-...Tranquilo... El dolor ya va a pasar...- Le susurró bajito mientras le rascaba el cuello, en el punto donde los Alfas muerden, buscando sedarle, así sea un poquito, con eso.

El Coste de la Sangre // OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora