10° Contrato.

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-...¿Vel?... ¿Estás bien?

-Necesito un cigarro. -Ni siquiera miró al Omega, solo se dirigió a la salida del centro comercial. Sabía perfectamente que Sabone le seguía en silencio por su aroma. Ya eran las 7 de la tarde pero todo estaba oscuro como la madrugada y la verdad el apetito ya se le había ido al carajo. A penas llegó al aire libre, llevó su mano a el bolsillo del pantalón para sacar un cigarro y lo encendió como si su vida dependiera de ello.  Caló al menos unas 10 veces antes de mirar al Omega.
-¿Aún tienes el contrato? No el de la compra, sino ¿El que autorizas la venta de tu cuerpo?

Al oír sus palabras el peliblanco sólo asintió:- Sí, esta en mi maleta, ¿Por qué? ¿Pasa algo?

-...Bueno, me acaban de llamar por teléfono para notificarme mientras estabas ocupado en la tienda... Te están comprando de nuevo. -Velkan exhalo el humo- Por unos 50 mil millones de dolares...

Los ojos del Omega se abrieron grandes:- Espera... ¿Qué? ¿A que te refieres que comprando de nuevo? ¡Eres mi dueño Velkan!.- Exclamó entre nervioso e impactado sujetando el brazo del mayor.

-Tu contrato. Autorizaste a ser vendido al mejor postor, antes, durante y después de recibir alguna oferta...

Las manos del chico soltaron al otro, con el rostro más pálido de lo que ya de por si era y los ojos muy grandes, abriendo un poco la boca buscando las palabras:- ...en... en que momento... ¿Dónde dice eso?...- Su voz parecía un hilo apenas audible, y sus manos temblaban al igual que su voz.

El Alfa botó su cigarrillo mirando al Omega, aun no lo terminaba. Pero necesitaba entregar tranquilidad al muchacho por lo que suspiró y lo tomó de los hombros.
-Sabone, ¿Quieres ser vendido? Se que es más dinero y tu familia sería feliz con ello pero...¿Qué hay de ti?

-¡Con lo que ofreciste es más que suficiente Velkan!.- Gritó sin poder contenerse antes de que la explosión de emociones le inundasen, al igual que sus ojos no tardaron en llenarse de lágrimas que torpemente intentaba detener con sus manos:- ¡N-No quiero ir rotando de casa en casa! ¡Tu me tratas bien! ¡No quiero que me maten como los demás Omegas dijeron!.- Balbuceo sin poder alzar la vista ni abrir bien los ojos por las lágrimas que le salían.

- Bobo...-Le desordeno los cabellos en un modo de cariño. - Por lo que pude saber, un tipo en China te quiere para su colección. No morirás...-le sonrió fingido ante las lágrimas del Omega:- Me gustaría que te quedarás conmigo Sabone...

El muchacho sollozaba intentando calmarse, alzando un poco la vista ante el desorden a su cabello, haciendo un puchero y sólo lanzándose a ocultar el rostro contra el pecho del Alfa, abrazándole con fuerza, como si eso respondiese a su comentario.

Velkan no dijo nada, solo correspondió el abrazo respirando profundo los cabellos del Omega. No tenía ni idea de que hacer en esa situación. Lo único claro en todo esto, era que vendrían por el muchacho mañana a primera hora por la mañana... Y ya estaba oscuro como para poder hacer algo.

El Omega sólo se quedó ahí, con el rostro contra el pecho del otro, suspirando un poco antes de apartarse despacio:- ... Vamos a casa Velkan... - Susurró cabizbajo pensando en como solucionar eso. La sonrisa se había marchado de su rostro, y sólo había seriedad en él.

Velkan lo siguió mientras pensaba en alguna solución y muchas cosas se le pasaron por la mente todas posibles (según él) como también de imposibles. Llegaron al auto ambos en completo silencio para dirigirse a casa. Sab se fue mirando por la ventanilla, necesitaba llegar a revisar esa documentación, necesitaba encontrar el "pero" a aquél contrato. A mitad de camino preguntó con seriedad:- ...¿Cómo le hacen los demás Alfas para mantener a sus Omegas? Dijiste que muchos tienen a más de uno...

El Coste de la Sangre // OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora