26.

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Sidney.

- Sid, tranquila. - pidió Chanyeol mientras me abrazaba fuertemente. Le había contado todo lo que el hombre del templo me había dicho y la preocupación que me había causado. A pesar de que había llegado siendo incrédula, la posibilidad de que se hiciese realidad me mantenía intranquila. - Bonita, a nosotros nos dijeron que tú y yo tendríamos un matrimonio feliz.

- Y a mí me dijeron que uno de las dos personas a las que amaré, se alejará de una forma horrible. Eso significa muerte, ¿no es así? - pregunté, viendo directo a sus ojos. Él acercó sus manos a mis mejillas para acariciarlas con sus pulgares y luego, se inclinó para recargar su frente en la mía. - No quiero que te pase algo malo, Yeol.

- Mi amor, no planeo irme a ningún lado. - me aseguró y luego, besó mis labios suavemente, intentando transmitirme la seguridad que él tenía. - Te amo tanto, pequeñita. No quiero verte triste por esto, ¿bien? Esas predicciones no siempre se cumplen por completo, así que tranquila. - yo asentí, intentando recobrar la compostura por él. - Así me gusta, bonita. Ahora, vamos a limpiar esas lágrimas para poder reunirnos con mi familia e ir a cenar.

- Está bien, Yeol. - accedí, un poco más calmada.


Había pasado poco desde que estabamos juntos, pero me había acostumbrado tanto a su presencia, a su cercanía, a su risa y su mirada, que ya no recordaba cómo era todo antes de conocerlo. La idea de perderlo se me hacía inconcebible.


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- Eomonim, deja que te ayude con eso. - me apresuré a decirle a la mamá de mi novio en cuanto la vi en el vestíbulo del hotel con varias compras que había hecho.

- Oh, gracias, Sidney. - dijo ella. - Siempre estás preocupándote por mí.

- Es mi forma de agradecerle por recibirme en su familia. - la mujer sonrió, dejando que alrededor de sus ojos se formaran pequeñas arrugas, y luego, palmeó mi brazo un par de veces.

- Tú y Chanyeol-ah son perfectos el uno para el otro. - afirmó con confianza. - ¿Cómo no te aceptaría? - sonreí, enternecida por la forma de hablar de la mujer, y le hice una reverencia a modo de agradecimiento, justo antes de que mi novio se nos uniera.

- ¿De qué conversan estas dos hermosas mujeres?

- De ti. - replicó su madre. - De lo perfectos que son el uno para el otro.

- Eso no lo puedo contradecir. - le apoyó Chanyeol y se inclinó ligeramente para poder besar mi cabeza. - Te amo. - susurró.

- Te amo más. - repliqué en el mismo tono de voz.


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- ¡He regresado! - grité al entrar a F5 y al instante, se escucharon pasos corriendo por el pasillo. Sehun apareció con los brazos abiertos y me dio un fuerte abrazo.

- Te he extrañado. - me dijo contento. - ¿Cómo estuvo Japón?

- Precioso. - repliqué. - Fuimos a muchos lugares interesantes.

- Y, ¿qué tal la familia de Chanyeol?

- ¿Mi familia? - preguntó la voz de mi novio, desde la puerta principal de F5, ya que por las reglas de la casa no podía entrar.

- ¿Me pareció escuchar la voz de mi hermano de tragos? - se nos unió Baekhyun y, luego de darme un abrazo, se acercó a la puerta para que Chanyeol pasara al menos hasta el recibidor. - No me traen sobrinos, ¿verdad? - mis mejillas se ruborizaron instantaneamente y a los tres hombres les causó gracia.

- No, todavía no. - respondió mi novio. - Pero fuimos a un templo y nos dijeron que... Ah, ¡Min Seok hyung! - volteé hacia el pasillo, donde mi amigo de la infancia veía toda la escena con ojos soñolientos. - ¿Recién despiertas? - Mochi asintió.

- Tuve turno en la noche. - explicó antes de girar a verme con una sonrisa. - Hola, Sid.

- Mochi. - saludé de vuelta.

- ¿Qué les dijeron en el templo? - exigió Baekhyun, impaciente como siempre, y todas las miradas recayeron en mi novio una vez más, logrando ponerlo un poco nervioso.

- Predijeron que Sid y yo tendremos una relación larga y feliz. - Sehun y Baekhyun, quienes habían formado una bonita amistad con mi novio, comenzaron a aplaudir, contentos por ambos, mientras que Min Seok se limitó a mostrar el pulgar arriba.

- ¿Eso quiere decir que se casarán? Porque pido ser el padrino, desde ya. - intervino Baekhyun, levantando la mano en alto y causando la risa de casi todos los presentes.

- Yo también quiero ser padrino. - se quejó Sehun. - Sid, diles que yo seré el padrino.

- Pregúntenle a Yeol. - bromeé, pero ellos no lo tomaron como tal y corrieron hacia mi novio para dar sus argumentos. - ¡Era una broma, niños! - exclamé al ver el rostro suplicante por ayuda de Chanyeol, pero los chicos no lo dejaron tranquilo.

- ¿Por qué pareces preocupada? - buscó saber Min Seok y no pude evitar sobresaltarme porque no había notado que se había acercado a mí. - ¿Les dijeron algo más? - asentí, apretando los labios, y luego de asegurarme que los chicos siguiesen entretenidos con mi novio, me acerqué al oído de Min Seok para contarle el resto de la profecía. - Oh, demonios.

- Lo sé. - dije y solté un suspiro. - Tengo miedo, Mochi. ¿Qué si Chanyeol es el hombre que tendrá un fatal desenlace? No puedo imaginar cómo sería todo sin él.

- Estás muy enamorada. - asentí, incapaz de negarlo, y Min Seok me vio pensativo. - Nadie sabe cuándo dejará este mundo, Sidney, y lamentablemente, no podemos evitar la muerte solo por desearlo. Lo único que puedes hacer es amar a esa persona hasta que ya no puedas más, incluso si duele.

- Lo haz dicho de una forma tan bonita. - le dije, sonriendo ante la expresión que tenía en el rostro, y él agachó la cabeza un tanto avergonzado. - Gracias, Mochi, eres el mejor amigo que he podido tener.

Love Me Right | EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora